Masiva jornada nacional piquetera reclamó por alimentos, vacunas y aumento

Movilizaron desde Desarrollo Social hasta el Ministerio de Trabajo.

Miles de trabajadores desocupados concentraron desde las 11 horas en el Ministerio de Desarrollo Social, para dirigirse luego al Ministerio de Trabajo, en reclamo por la provisión de alimentos, cronograma de vacunación a trabajadores de los comedores populares y por aumento del salario mínimo y los programas sociales. Las acciones se replicaron en distintas ciudades de todo el país. Ya insertos en la segunda ola de pandemia, el gobierno le da la espalda a los barrios pobres.

Se trata del conjunto de organizaciones piqueteras, integrado por el Frente de Lucha Piquetero y otras organizaciones, que el pasado 5 de abril anunciaron, en una asamblea en el Obelisco porteño, la continuidad del plan de lucha por una serie de reivindicaciones urgentes, desoídas por el Estado.

 

Esta convocatoria se ha vuelto ineludible en un cuadro de crecimiento de la pobreza y la desocupación, a pesar del agravamiento de los casos de contagios. Desde los convocantes señalan que con 19 millones de pobres y casi 5 millones de indigentes, con la provisión de alimentos cortada y los ingresos congelados, se vuelve imposible atravesar la crisis sanitaria sin sufrir estragos en su salud, hábitat y alimentación.

Las carencias nutricionales, el desempleo y el hacinamiento o la expulsión de sus hogares a falta de pago son factores que multiplican la propagación del virus, ya que no solo disminuyen las defensas de las personas mal alimentadas sino que se exacerban las contraindicaciones sanitarias, a falta de insumos sanitarios o capacidad económica para garantizar su cumplimiento.

“Miles de familias viviendo en condiciones de extrema precariedad y hacinamiento; existen grandes dificultades para acceder al agua potable y a los insumos para mantener las condiciones de higiene”, denuncian en un comunicado que han hecho circular en las horas previas a esta jornada de lucha.

También manifestaron que la supresión del decreto de prohibición de desalojos y congelamiento de los alquileres está generando estragos en las familias obreras, a las cuales les resulta imposible acceder a alquileres que satisfagan las necesidades elementales de sus familias, teniendo que optar por ofertas más “económicas”, donde prima el hacinamiento.

La jornada de lucha adquirió una extensión nacional, en casi todas las provincias del país y más de 100 ciudades de todo el territorio, donde decenas de miles de trabajadores desocupados se reagrupan y manifiestan por sus reclamos.

Los convocantes apuntaron en su denuncia a las tratativas del gobierno de Alberto Fernández con el FMI, que implican la reducción del gasto público para poner el presupuesto nacional a disposición del capital financiero. Esto significa recortes en alimentos, ingresos, beneficios e inversión, que ya hace varios meses se hace sentir con fuerza.

A pesar de estar transitando números de contagios sin precedente en el país, el gobierno no ha mencionado ninguna medida para aliviar la tensa situación económica y social que se vive en los barrios. Siquiera una nueva emisión del IFE, que habría llegado a 9 millones de personas en tres entregas distantes.

Lo mismo ocurre con el sistema sanitario, que en varios lugares empieza a poner de manifiesto su saturación y del cual dependen millones de habitantes que no cuentan con otro amparo que el de la salud pública.

Desde la convocatoria también se reclamó la vacunación del personal esencial que atiende los comedores populares, vaciados por la desidia del Estado, pero puestos en funcionamiento por la dedicación y abnegación de las y los militantes de las organizaciones. Al día de la fecha no hay ningún cronograma o prioridad que contemple esta situación.

Las organizaciones piqueteras denuncian que los programas sociales son insuficientes y que sus montos no se adecuan al salto de la inflación, ni a las necesidades materiales más elementales. El Estado abona unos $10.800 por cada programa Potenciar Trabajo, la mitad del valor del Salario Mínimo, Vital y Móvil de escasos $21.600. Cuando debe reunirse el Consejo del Salario Mínimo, reclamen que este sea elevado hasta el valor de la Canasta Básica Total, hoy en $58.000.

Cuando la importante columna llegó al Ministerio de Trabajo, una delegación fue recibida por los funcionarios. Estos informaron que el Consejo del Salario Mínimo re reuniría recién a fines del mes de abril. La delegación de las organizaciones piqueteras expresó allí su reclamo de equiparación según la canasta básica y denunció las consecuencias del ajuste que reclama el FMI y lleva adelante el gobierno, con 3 millones  de nuevos pobres. También reclamaron por medidas urgentes ante la segunda ola de la pandemia.

El movimiento piquetero viene de distintas acciones por sus reivindicaciones y desde allí aseguran que las jornadas continuarán y se intensificarán si no hay respuestas por parte del Estado.

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