Miles de manifestantes participaron de una nutrida convocatoria en la provincia de Jujuy contra la orientación represiva del gobernador Gerardo Morales, quien viene de impulsar 16 allanamientos contra activistas y luchadores populares y la infiltración y espionaje de las organizaciones sociales y piqueteras.

En los comienzos de  la jornada, manifestantes de la CCC fueron víctimas de la represión de la Policía de Jujuy, algo que se ha convertido en habitual, y una provocación más en el marco de una movilización colectiva que denuncia, justamente, esa misma política represiva. Además, se montaron distintos operativos policiales en puntos de la ciudad, para evitar y/o frustrar el avance de la movilización.

Esta gran manifestación es resultado de una escalada represiva, con el propósito de criminalizar la protesta social e impedir que los desocupados y activistas de organicen y se hagan escuchar ante una situación de crecimiento de la pobreza y el hambre.

Morales es un fiel ejecutor de la política que a nivel nacional escuda la propia vicepresidenta Cristina Kirchner, cuando defenestra a las organizaciones piqueteras e independientes y reclama su liquidación por medio del pasaje compulsivo de los programas sociales al control de intendentes y gobernadores.

Esto llevó a que más de 60 organizaciones de DD.HH, sociales, piqueteras, políticas y sindicales discutieran una acción colectiva para enfrentar los atropellos de Morales y de una Justicia adicta al poder del gobernador, que funciona como auxiliar de su política represiva, habilitando todo tipo de acciones ilegales e intrusivas cora la organización independiente de los trabajadores.

Al mismo tiempo que se desarrolló la manifestación en Jujuy, cientos de trabajadores desocupados y activistas se manifestaron ante la Casa de la provincia de Jujuy, en CABA, con las mismas consignas y reclamando por la libertad de organización y el derecho a manifestarse en Jujuy y en todo el país.

Esta masiva jornada de lucha le asienta un golpe a la política persecutoria y criminalizadora de Morales, exponiendo su caracter represivo y sus límites para contener un movimiento en ascenso con los peores métodos. Una muestra de que no podrá doblegar la organización independiente de las y los trabajadores.