Prepararse para enfrentar el ajuste de Massa, el hombre de la embajada yanqui

Massa y el embajador estadounidense

Cuando la concentración en Plaza de Mayo del jueves 28 pasado volvía a impactar en todo el país, con una enorme multitud entrando a la plaza desde tres columnas que unificaron a la Unidad Piquetera con el Frente de Lucha, el Bloque y otras organizaciones, el gobierno del Frente de Todos empoderaba al hombre de la embajada de Estados Unidos, Sergio Massa, y le encargaba ir a fondo con el ajuste contra los trabajadores para cumplir precisamente con el FMI.

La coincidencia en ambos acontecimientos no es casual. El movimiento piquetero es, sin dudas, un problema con el que tendrá que enfrentarse ese ajuste y la nueva etapa del gobierno; después Massa recibió el apoyo de Cristina y él la apoyó a ella en momentos en que es juzgada por corrupción.

El plan de lucha piquetero fue tan contundente frente al agravamiento de la situación que inclusive las corrientes oficialistas coquetearon con unificar acciones por reivindicaciones comunes, la idea de movilizarse contra el ajuste y contra la represión era claramente un punto de inicio, pero absolutamente insuficiente para un frente único que pretendiera frenar la criminalización y el ajuste como un todo. El ajuste y la criminalización es una política del conjunto del gobierno y la oposición, la una es funcional a la otra, nos criminalizan porque nos quieren sacar de la calle.

Como quedó claro desde el principio, la ofensiva antipiquetera en los medios, en la Justicia y especialmente en el arco político, desde Milei a Cristina, tiene como objetivo, sobre todo, frenar a las masas que ganan la calle con el canal que abrió la Unidad Piquetera.

El nombramiento de Massa fue saludado por las cámaras patronales, pero también por la CGT y por Pérsico del Evita y Menéndez de Somos. Por su lado, el MTE de Grabois dice que continuará con sus asambleas de protesta, con un programa de salario básico universal de 14.000 pesos que solo él sostiene. No se conoce una declaración formal de la Utep, pero es claro que se ha colocado detrás del ascenso de Massa y, por lo tanto, se repliega otra vez a las procesiones religiosas, como la marcha del 7 de agosto, que cumplirá la doble función de tratar de descomprimir la bronca popular de sus bases y servir de apoyo a un gobierno fundido y terminado para las expectativas populares.

Desde el punto de vista reivindicativo, la situación se agrava, la inflación se come los ingresos de los que tienen un plan miserable de 22.000 pesos, y si bien arrancamos un bono de 11.000 pesos, es claro que es insuficiente y que necesitamos una recomposición de esos ingresos mediante el aumento del salario mínimo vital y móvil, y en lo inmediato un bono de 20.000 pesos de emergencia como “refuerzo de ingreso” -es decir, para jubilados de la mínima, monotributistas, Potenciar Trabajo y precarizados. Peor aún es la situación de los que ni siquiera tienen un programa social, aunque deberían tenerlo, ya que cumplen los requisitos de un programa que, sin embargo, está cerrado, apenas sobreviven con changas y cada vez necesitan más el auxilio de los alimentos que el gobierno recorta sistemáticamente.

Son cuestiones urgentes que siguen postergadas, por las que volveremos a salir fuerte la semana que viene, sin ninguna tregua al gobierno ajustador, de fondo volveremos a plantear ante el nuevo “superministro” Massa el plan de trabajo genuino, es decir bajo convenio, que presentamos hace casi un año, con la creación de un millón de puestos de trabajo mediante obra pública y construcción de viviendas.

La Unidad Piquetera planteó en la Plaza de Mayo, mientras a sus espaldas se tejían alianzas contra el pueblo, que era necesario profundizar el plan de lucha que venimos llevando a cabo, el Polo Obrero ha propuesto reclamar una reunión con Massa y acampar en la Plaza si no nos recibe, proponiéndolo a todas las organizaciones que consecuentemente nos movilizamos el 28.

Por otro lado, el plenario sindical de la Coordinadora Sindical Clasista del Partido Obrero, convocado para este sábado 6, será un punto de apoyo también para la unidad de ocupados y desocupados y para empujar la campaña por el paro ´nacional y un plan de lucha contra el ajuste.

Ante un nuevo ataque de los explotadores y sus agentes en el movimiento obrero hay que profundizar la unidad, la organización y la lucha por un pliego de reclamos común de toda la clase obrera.