Se inauguró el Comedor “Los Pekes” en Alto Comedero

Contra el gobierno hambreador de Milei y Sadir, una respuesta que fortalece la lucha y organización en los barrios.

Corresponsal.

El pasado 9 de julio se inauguró el Comedor “Los Pekes” en el Barrio 8 de marzo de Alto Comedero. Impulsado por el Polo Obrero se llevó adelante una gran jornada, con un locrazo popular, juegos, obra circense, música en vivo, finalizando con una lota, que reunió a más de 300 personas entre vecinos, familias, infancias, artistas y compañeros fortaleciendo lazos de unidad, solidaridad y salida colectiva en uno de los barrios más golpeados por el ajuste y la pobreza en Jujuy. 

En un cuadro de profunda crisis económica y social, ajuste histórico, políticas de desarticulación de las organizaciones sociales, campañas mediáticas de desprestigio y persecución al movimiento de desocupados, causas ilegales y detenciones contra los compañeros del Polo Obrero y quita de alimentos (lo que llevó al cierre de cientos de comedores en el país y en la provincia), la puesta en pie de este comedor es una respuesta que fortalece la lucha y la organización en los barrios por las demandas elementales.

La restitución de los alimentos es un logro de la lucha y persistencia de los compañeros del Polo Obrero, que inmediatamente desde mayo pusieron a funcionar el comedor con un núcleo de 60 compañeros, divididos en grupos que van rotando y semana a semana sostienen y brindan viandas a más de 100 personas, sobre todo infancias y jubilados.  

Que la demanda se concentre en esos sectores es la evidencia de quiénes son los más afectados por este gobierno. Aquí la realidad, en contraste con los datos oficiales como por ejemplo el reciente anuncio sobre la disminución de la pobreza, pone en duda y cuestiona cualquier indicador, representación o metodología. Hace pocos días Unicef informó que el 52,7% (7,2 millones) de las niñas y los niños en Argentina se encuentra en situación de pobreza monetaria y, aunque se registre una disminución respecto del año anterior, la realidad sobre todo en estos lugares combina elementos estructurales que profundizan las desigualdades.

Generaciones de familias desocupadas que no logran reinsertarse laboralmente, que viven en la informalidad o el cuentapropismo haciendo changas toda su vida, sin derechos o aportes, sin cobertura médica familiar, jubilados que cobran $379.295, que les quitan los remedios, falta de vivienda, servicios básicos y hacinamiento, falta de urbanización en los barrios populares, de espacios de recreación y cultura para las infancias y jóvenes, trayectorias educativas intermitentes, en la mayoría de las veces sin posibilidad de acceso a estudios superiores o acceso a la universidad. La degradación de las condiciones de vida también tiene consecuencias estructurales, afectan la salud mental, aumenta el alcoholismo, el consumo problemático en los barrios, la violencia y los casos de suicidio. 

Cada una de estas problemáticas tiene responsables políticos con nombre y apellido, por eso la inserción del Polo Obrero en los barrios populares, a pesar de la desarticulación y los ataques, es fundamental en este momento y no solo en la pelea por las reivindicaciones más elementales como la comida, sino en la lucha por trabajo genuino, vivienda, salud y educación, la resistencia de la lucha independiente y el rol político que jugo históricamente el movimiento piquetero en el desarrollo de la lucha de clases en la provincia y el país. 

Esto representa un punto de apoyo y fortalece la organización del Polo en Jujuy que mantiene sus asambleas, campañas, expande su influencia política e impulsa la lucha consciente contra los gobiernos ajustadores enemigos del pueblo, como Sadir y Milei.

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