A horas del aniversario del 3J Ni Una Menos, una maestra en el Chaco, Erica Torres y Mariel Jiménez en Lugano, CABA, fueron víctimas de nuevos femicidios. Mariel había denunciado a su ex pareja, pero el poder judicial y el gobierno de la Ciudad le dieron la espalda. Erica debía hacer dedo para llegar a su lugar de trabajo, la biblioteca de la Escuela 266 de Charata. También a ella el gobierno la abandonó, como a miles de maestrxs rurales que no cuentan con la movilidad ni con los salarios suficientes para poder costeársela.

Antes, un sujeto educado en los peores valores de la intolerancia con la diversidad y con las mujeres, asesinó a tres de cuatro mujeres a las que atacó por el solo hecho de ser lesbianas y pobres. Es el lesbicidio al que no pudieron nombrar como tal desde el gobierno de Milei, a pesar de que el asesino gritaba, mientras arrojaba una bomba molotov, que eran lesbianas, como acusación. Solo el cínico de Adorni no ve ninguna especificidad en el tema.

Por su parte, el empobrecimiento creciente de la población, que bajo este gobierno se concreta con saña, persiguiendo a los sectores piqueteros que han luchado siempre de manera independiente, inventando causas y acaparando millones de kilos de comida que no llegan a los comedores frente a tanta hambre, han incrementado la violencia social, estatal e interpersonal sobre las mujeres, que deben cargar aún más que antes con las tareas de cuidados, hacer más piruetas para sobrevivir y sin contar siquiera con la mínima asistencia.

Ninguna de estas situaciones son nuevas. Pasamos años denunciando la ausencia de políticas efectivas para hacer retroceder el femicidio diario que se sucede desde hace años en nuestro país frente a los gobiernos anteriores, y denunciando también las políticas de hambre, la negativa a formalizar el lugar de las compañeras en los comedores populares, el maltrato a ellas bajo la pandemia y todo el cuadro social que derivó en el humor social que llevó a Milei al gobierno.

A enfrentar a Milei y su plan de guerra

Milei niega (estimula) la violencia de género como apoyatura de su política hambreadora hacia la mayoría de las y los trabajadores, por eso declara una guerra abierta al movimiento que ellos consideran imparte “ideología de género”, por luchar contra el odio de género y por educar a una sociedad lejos de la intolerancia y la prepotencia hacia las mujeres o hacia diferentes expresiones de género que no cumplen con la heteronorma. Esta guerra incluye la amenaza de terminar con varias leyes de otorgamiento de derechos (que pocas veces se ejecutaron efectivamente en los hechos) y en particular con derogar la ley de aborto legal (de las pocas leyes cuya implementación efectivamente hizo retroceder fuerte la “muerte materna”, por ejemplo).

Es importante marcar que Milei declara la guerra al movimiento que abre conciencias sobre la naturaleza reaccionaria de su política y entre el que recoge menor apoyo electoral. Pero no es el único que ha sacado la conclusión de castigar al “feminismo”. También desde el kirchnerismo y desde el peronismo sostienen haber perdido la elección por culpa del feminismo y decidieron ignorar que llevaron la pobreza al 45%, le armaron las listas a Milei y le dieron más poder a los empresarios que hoy son el sostén principal del gobierno de lúmpenes que capitanea el hombre que habla con el perro muerto. Estos sectores no solo operan el ajuste en sus provincias y municipios, también colaboran a nivel parlamentario con la Ley Bases y refuerzan esta reacción con LLA para votar a Lijo y al ultraconservador y obsesionado contra el aborto legal, García Mansilla, para la corte suprema.

Conteniendo, así funciona la conducción política del PJ y también la de los sindicatos y centrales sindicales dirigidas por ese sector. También lo hace el radicalismo que dirige varias universidades y que ha pactado la Ley Bases con el mileísimo a cambio de la rebaja salarial de todas y todos los trabajadores universitarios. La independencia de los movimientos de lucha es fundamental para triunfar.

Con Milei cobró más fuerza una parte del poder ligado al Estado, empresas y a iglesias que siempre existió y que hay que combatir de frente, ya que para ellxs regular reaccionariamente la vida de las mujeres y la juventud resulta clave para disciplinar a una sociedad a la que hay que hambrear y explotar mucho mas que en el pasado. 55% de pobreza, 18 de indigencia son el testimonio de una política cuyo eje central es el de trasladar mayores beneficios de los sectores populares hacia un puñado de empresarios y al FMI.

En este contexto los sectores reaccionarios referenciados en LLA usan las redes sociales para lamentarse de la baja del índice de natalidad y adjudicar esa baja a la existencia del aborto legal. A los propagandistas de la reacción y la limitación de derechos no se les pasa por la cabeza atribuir esa baja (que es menor en Argentina que en Brasil o Chile, países sin ley de aborto legal) a la crisis, la imposibilidad de las mayorías populares de poder armar un proyecto de familia digno como fruto del hundimiento económico al que nos llevaron.

Mediante una campaña, que también llevaron a afiches callejeros, marcan que se produjeron 250 mil abortos legales en 3 años. En la clandestinidad se calculaban entre 270 mil y 400 abortos anuales. Esa cifra muestra una caída importante de la práctica del aborto, lo cual es lógico porque la campaña por la ley fue acompañada por el movimiento de mujeres, con información sobre cómo utilizar métodos anticonceptivos y más información de cuidados que el Estado nunca había impartido, cumpliendo con las órdenes de iglesias y otros sectores reaccionarios que imponen el “de esto no se habla” cuando se trata de sexualidad, géneros, abusos a las infancias y otros temas de la vida cotidiana.

Con despidos masivos, sin trabajo, con salarios de indigencia, con más crisis habitacional, más hacinamiento, mayor poder narco en los barrios y con trabajos más precarios, la situación general de las mujeres es aún más precaria y más violenta.  Necesitamos un movimiento de mujeres y diversidades que se desprenda de toda ligazón con los sectores políticos que hoy funcionan conteniendo a los sectores populares, mientras Milei avanza con la barbarie.

Basta de represión y hambre.

¡Basta de despidos!

Fin de la persecución a las organizaciones piqueteras y sociales.

Defensa del aborto legal. ESI en todo el sistema educativo.

¡Comida para los comedores ya!

Vamos por un movimiento independiente y de lucha, sin ataduras con los gobiernos, solo con el programa de lucha y reivindicación de las mujeres y diversidades. Dando continuidad a la gran jornada del 8M y a la organización concreta en asambleas y acciones comunes, podemos derrotarlos. Este 3J todxs a las calles.

¿Prohibir el divorcio? Milei quiere madres y esposas sumisas

Francisco Sánchez, el secretario de culto se pronunció contra el derecho al aborto, el matrimonio igualitario y hasta del divorcio. –

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