El 11 de marzo de 2015 Andrea Castana fue atacada y asesinada mientras caminaba por el Cerro de la Cruz en Villa Carlos Paz. Su cuerpo fue encontrado dos días después cubierto de piedras, y su ropa había sido escondida a 800 metros de dicho lugar. Según los datos que arrojó la autopsia, alguien la embistió en medio del trayecto, abusó de ella y la estranguló de manera manual. A siete años del crimen aún no hay una línea firme de investigación que permita condenar al responsable.

Frente a esto, familiares y amigos de Andrea convocaron a una concentración en la Plaza del Rally en Carlos Paz bajo la consigna: “7 años sin identificación ni condena al violador y asesino de Andrea Castana”.

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Denuncian sus familiares y allegados que el accionar de la Justicia se ha desarrollado con múltiples irregularidades. La causa a cargo del Fiscal de Segundo Turno de Carlos Paz, Ricardo Mazzuchi, está paralizada hace años. Por el hecho hay cuatro imputados que se encuentran casi desinvolucrados del delito: el exmarido de Andrea, Juan Manuel Lazzaroni, su empleado Diego Luján, el periodista Fernando Villa y Omar González, un hombre con antecedentes por robo.

Así mismo, meses atrás se dio a conocer que en el cuerpo de Andrea se habría encontrado un único perfil genético masculino que coincidiría con el de un atacante de otra mujer que fue violada en 2005, pero que no está identificado. Un dato que la familia ya conocía pero que no se había hecho público por encontrarse bajo secreto de sumario, y del cual descreen aduciendo que la hipótesis del violador es una maniobra para favorecer a Lazzaroni, a quien apuntan como el autor intelectual del crimen.

El 12 de julio pasado, Luis Castana, padre de Andrea recibió una carta anónima que acusaba a los posibles responsables y decía: “no busques más Castana, fue tu yerno Juanma, él armó todo, puso la plata para terminar con la flaca y los drogones de seguridad urbana cobraron para matar a Andrea, el Negro Chomper, el Flaco Marengo, Matías Blanco y su entorno de criminales”. Algo que nunca fue investigado y que refuerza la teoría del entorno de Andrea quien siempre apuntó al círculo íntimo de la pareja.

La impunidad frente al femicidio de Andrea es, lamentablemente, una expresión más de la desidia con la que se mueve la justicia y sus fiscalías. La complicidad y el amparo del aparato represivo y el Poder Judicial frente a los femicidios es moneda corriente y es el botón de muestra de una justicia misógina, cuya misoginia se desprende de su alineamiento con un régimen político y social que se alimenta de la violencia de género como forma de disciplinamiento social más general.

Desde el Plenario de Trabajadoras acompañamos el reclamo por el esclarecimiento del femicidio de Andrea y establecemos la necesidad de luchar por un fuero único especializado en violencia de género con jueces y fiscales electos y revocables por el voto popular, para que podamos intervenir frente a la impunidad que pretenden perpetuar el Estado y sus instituciones. Justicia por Andrea Castana, ni una menos, el Estado es responsable.

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