Mujer

16/4/2022

Córdoba: se dio a conocer una nueva denuncia por abuso sexual contra el cura Pinamonti

Una mujer de 34 años contó el calvario que  le tocó atravesar un domingo en la iglesia, cuando tenía 8 años.

Héctor Orlando Pinamonti

En los últimos días se dio a conocer una nueva denuncia por abuso sexual contra el sacerdote Héctor Orlando Pinamonti, de 89 años. Se trata del testimonio de una mujer de 34 años quién contó el calvario que le tocó atravesar un domingo en la iglesia de la localidad cordobesa de General Deheza, cuando tenía aproximadamente 8 años.

Resulta que, según el propio relato de la víctima, el día del abuso ella llegó sola a la misa y como aún era temprano se quedó en una habitación que había detrás del altar donde se encontraba el cura y una mujer que trabajaba en la institución. En un momento el hombre pidió a la mujer que se fuera a buscar algo y luego llamó a la niña para que se acercara, le frotó el pene en la cara y luego la besó en la boca mientras la manoseaba.

Cabe recordar que Pinamonti fue declarado culpable del delito de abuso sexual por la diócesis de Río Cuarto en febrero del 2021, luego de que una sobreviviente, que actualmente tiene 34 años, denunciara que fue abusada por él entre 1995 y 1999 en la casa parroquial de San Basilio, cuando su familia iba a visitarlo. La resolución, que llegó 27 años tarde, fue conquistada luego de un largo peregrinaje de la víctima y le prohíbe al abusador dar misas, pero no lo aparta de la institución.

Vale resaltar que este testimonio dio lugar a que otra víctima hiciera público que en 1978, cuando tenía 11 años, fue violada por el mismo cura, situación que se denunció en la Justicia pero que nunca prosperó y por la cual Pinamonti fue trasladado a otra localidad, causa a la que se le suma un nuevo caso de características igualmente aberrantes.

Es que cuando se trata de abuso sexual en la mayoría de los casos hay factores en común: la vergüenza, el miedo a contar y el descreimiento por parte del entorno, más aún cuando se trata de figuras con autoridad como son los religiosos. Pero en todas, aparece un sentimiento de “empoderamiento” al dejar de callar, lo que impulsa también a otras personas a contar lo sufrido. Los hechos que salieron a la luz además motivaron a que vecinos de Sampacho, localidad de donde es oriundo y actualmente reside Pinamonti, a realizar una nutrida movilización el pasado 8 de abril.

La larga trayectoria sacerdotal de Pinamonti y su labor en distintas localidades del sur de Córdoba dan cuenta del operativo de encubrimiento que impera en estos casos. El ocultamiento de los antecedentes de denuncias por abusos sexuales sobre curas y su traslado a distintos lugares es la forma de ocultar los abusos sexuales eclesiásticos. Todo esto con la connivencia del Estado, al ser la iglesia una pata fundamental en la regimentación sobre las familias trabajadoras.

Es por todo esto que urge avanzar en la separación de la iglesia y el Estado, como forma de terminar con el amparo de los aberrantes delitos eclesiásticos. A esto se le debe sumar la pelea por una efectiva educación sexual, integral, laica y científica, como herramienta para detectar tempranamente los abusos. Justicia para todas las víctimas del cura abusador Pinamonti. Basta de amparo e impunidad.