La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), emitió un informe afirmando que las mujeres registran la mayor tasa de desempleo desde el inicio de la pandemia en la región. Es que, tal como arrojan los datos, la tasa de desocupación de las mujeres jóvenes creció un 4,6% desde el segundo trimestre del 2020, al pasar del 23,4% al 28,5%. Además, se produjo la brecha más grande de los últimos 5 años con un 5,8 % más alto en relación a sus pares hombres.

Esto grafica una situación que se extiende regionalmente como consecuencia del constante ataque del régimen capitalista sobre las mayorías populares, que afecta con mayor crudeza a las mujeres trabajadoras. En Argentina el cuadro resulta evidente si tenemos en cuenta que las mujeres exhiben las tasas más altas de desempleo, perciben los salarios más bajos y son mayoría dentro del mercado de trabajo informal. Es así como la tasa de empleo es del 44,2% para las mujeres y del 64% para los varones y la tasa de desocupación es del 9% y del 7% respectivamente.

El panorama es tan patente que en el contexto de la pandemia a las mujeres les costó dos trimestres más que a los hombres alcanzar los niveles de inserción en el mercado laboral, recuperación que se desarrolló profundizando la precariedad laboral y con condiciones inferiores a las prepandémicas. Cuando decimos “la deuda es con nosotras” ponemos el acento en las desigualdades reales, en este punto en el derecho al trabajo.

A los ejes trabajo-desocupación hay que sumarle, además, la cuestión del salario. Resulta que la brecha salarial es de aproximadamente el 26%, porcentaje que se acrecienta en el ámbito informal donde supera el 36%. Así las cosas, es claro por qué el 70% de las personas que se encuentran bajo los índices de pobreza son mujeres, algo que se pone en evidencia en la alta composición femenina de las movilizaciones piqueteras contra el hambre y la miseria.

Todo lo expuesto constituye la muestra más cabal de la impostura del Ministerio de Mujeres y Diversidades. Es que dicha institución responde al gobierno responsable de profundizar la precarización y la miseria salarial que golpea con mayor fuerza a la población femenina, situación que es el caldo de cultivo para que se incrementen los hechos de violencia de género y femicidios.

La situación de desocupación, o precarización laboral es toda una dificultad para que las mujeres puedan lograr una autonomía económica. De esta manera, las compañeras, en un alto porcentaje, quedan inertes frente a este flagelo de la violencia de género al no contar con los recursos materiales para poder salir de allí.

Así las cosas, es claro que las funcionarias de un gobierno cuyo único objetivo es cumplir con el FMI, nada tienen para ofrecer. Es por esto que el movimiento de mujeres y diversidades se debe organizar de manera independiente para enfrentar estas políticas ajustadoras. Tenemos razones de fondo para impulsar el planteo de paro, plan de lucha y huelga general, en unidad con el conjunto de lxs trabajadorxs ocupadxs y desocupadxs. Las reivindicaciones en favor de las mujeres solo podrán ser conquistadas en las calles tal como lo hicimos cuando ganamos el aborto legal.

https://prensaobrera.com/politicas/massa-debuta-peregrinando-ante-el-capital-financiero-internacional

https://prensaobrera.com/sindicales/quieren-llevar-a-los-trabajadores-a-tener-salarios-de-miseria-no-se-los-vamos-a-permitir