El próximo 8 de marzo, otro “Día Internacional de la Mujer Trabajadora”, volverá a ser la jornada que año tras año exterioriza y demuestra la realidad que atraviesa la lucha de las mujeres. En Florencio Varela tenemos motivos para salir a las calles.

Es una de las localidades bonaerenses donde se concentra el más alto nivel de familias pobres. Esos hogares en su gran mayoría son sustentados por el empleo informal y dirigidos en un alto porcentaje por mujeres. Los parvos planes sociales, los comedores populares y las asignaciones familiares resultan solo un aliciente que muestra los altos niveles de pobreza.

Florencio Varela, gobernado históricamente por el peronismo y hoy bajo la intendencia de Watson, no ha brindado soluciones hacia las varelenses. Por el contrario, son escandalosas las noticias que dejan al descubierto la red de trata manejada por el exconcejal Daniel Zisuela, sino todo un entramado de connivencia y participación donde ningún partido político del régimen, a nivel local quedo exento.

Otros ejemplos son el caso pendiente de la desaparecida Roxana Villalba, quien fuera vista por última vez en 2018; el caso irresuelto de la llamada “masacre de Florencio Varela”, donde aún se sigue reclamando justicia después de cinco años; las víctimas de las bandas narcos del barrio San Rudecindo; y también la cuestión de la violación en manada de Paula Martínez, quien finalmente se quitó la vida esperando que la justicia burguesa y patriarcal imparta castigo a los culpables.

Las mujeres de nuestra clase salimos a las calles a arrebatarle nuestros derechos a los gobiernos ajustadores, los mismos que reprimen a las vendedoras ambulantes, los que despiden trabajadores como en la metalúrgica Gri Calviño, los que hambrean a las barriadas desabasteciendo comedores y merenderos (porque no solo de polenta se alimentan nuestras infancias).

Marcharemos por un mayor presupuesto en salud integral, políticas de género y diversidades, por un consejo autónomo de mujeres, por salarios igual a la canasta básica, por trabajo genuino y apertura de planes sociales, en contra de los despidos y suspensiones, por un plan de viviendas para todes, exigiendo justicia para las víctimas de abusos y de trata, por la implantación de educación sexual integral y laica en todas las escuelas, en contra del acuerdo con el FMI y en favor de todos los reclamos de las mujeres.