Mujer

25/9/2025

El triple femicidio que estremece al país: Ni Una Menos, el Estado es responsable

Este sábado 27 a las 16:00 horas, movilizamos de Plaza de Mayo a Congreso y en todo el país.

Movilización frente al triple femicidio.

El hallazgo de los cuerpos sin vida de Brenda, Lara y Morena en el día de ayer conmueve e indigna a millones que, desde hace mucho más que una década, gritamos Ni una Menos en las calles. En distintas ciudades del país instantáneamente comenzaron a surgir concentraciones muy masivas y espontáneas. Este próximo sábado inundaremos las calles en todo el país, con una convocatoria central desde Plaza de Mayo en la Ciudad de Buenos Aires, para seguir reclamando frente a esta nueva atrocidad que sacude al movimiento de mujeres y disidencias. Un movimiento que supo estar a la vanguardia de la lucha y es vital devolver a las calles.

El tema tomó relevancia exclusivamente por la lucha de los familiares, que desde la desaparición vienen reclamando y haciendo diversos cortes de calle en una rotonda neurálgica de Tablada, frente a la desidia total de los funcionarios políticos y la Justicia. El abuelo de una de las chicas señalaba que el sábado al acercarse a radicar la desaparición de su nieta en la policía, le dijeron que tenían que esperar 48 horas. Es archiconocido que las primeras horas del hecho son las más importantes para ubicar el paradero y reconstruir los hechos.

Llegamos al punto tal que ese fin de semana, estos mismos familiares fueron reprimidos por la policía Bonaerense por movilizarse exigiendo que se tome la denuncia al municipio matancero dirigido por el denunciado Espinoza. Abiertamente las familias de las víctimas denuncian a la fiscalía, a la policía y a los funcionarios del gobierno de Axel Kicillof, que tardaron más de 48 horas desde la desaparición en empezar a buscarlas. Recién cuando aparecieron muertas, el ministro de Seguridad de la provincia salió a hablar asegurando que las chicas fueron directamente a una trampa, que las engañaron para matarlas, afirmando sobre una investigación en curso. Una burla total. Previo a la aparición de los cuerpos, la prima de una de las chicas reclamaba en los medios que “el celular de Pampita lo encontraron en una hora. A ellas no las buscaron porque son de una familia trabajadora humilde. Porque viven en una villa.” Una sentencia que grafica la importancia que el Estado le brinda a los casos de las mujeres pobres

Por su parte, el enfoque mediático una vez más es la expresión más ruin de la misoginia y putrefacción de este sistema. Venimos de una semana donde la empresa Shell sacó una publicidad haciendo apología al femicidio y a las redes de trata al retratar a dos hombres metiendo a una chica en una bolsa de consorcio y subiéndola a una camioneta blanca para enviarla a otra provincia. Fue rápidamente denunciada por colectivos de mujeres en las redes sociales. Fogonean la violencia más extrema contra las mujeres en sintonía con un gobierno nacional que, aunque aún no se ha atrevido, hace unos meses amenazó con eliminar la figura del femicidio. 

Los medios, además de indagar sobre los detalles más escabrosos, ponen el foco en si fue una venganza narco producto del comportamiento de las pibas o deslizan su propia responsabilidad porque eran prostitutas. Van de la mano con los gobiernos, que amparados por estos, buscan todas las aristas para salir impunes en la complicidad y responsabilidad que tienen por el asesinato de las pibas. Lara, con solo 15 años, hace un tiempo había salido en un programa de televisión contando que su sueño era tener un negocio propio y que si hubiese tenido la posibilidad no se hubiese prostituido. La pobreza, la precarización extrema y la falta de perspectivas son el escenario cotidiano en el que crecen miles de jóvenes en los barrios populares. Mientras el gobierno de Milei se jacta de su brutal plan de ajuste, en las últimas décadas todos los gobiernos son responsables de la pobreza que atosiga los barrios. 

Una hipótesis que destacaron los medios, entre muchas otras, es que las chicas eran también utilizadas por organizaciones de narcos como “mulas”, el último eslabón de una cadena de explotación en el que son reclutadas en las zonas más humildes para ingestar drogas; terminan en muchos casos muriendo por la afección en sus entrañas o asesinadas por los mismos que las someten. Las redes de trata y las bandas narco se alimentan de la descomposición social que alimentan las políticas de empobrecimiento. Viven bajo el amparo de todos los gobiernos y funcionan con la complicidad de cada uno los resortes del Estado, incluyendo al poder político, judicial y las fuerzas de “seguridad”. 

En este caso, el presunto responsable material del crimen es un conocido líder de una organización narco que pareciera vivir en el Bajo Flores bajo el conocimiento absoluto de la policía. Los trabajadores de las zonas más pobres denuncian hasta el hartazgo la presencia de estas bandas criminales sin que nada suceda. Es más, existe todo un andamiaje cómplice en todos los eslabones: en el Congreso Nacional, diputados peronistas, radicales, del PRO, libertarios, etc. han votado en unanimidad las leyes de blanqueo de capitales, garantía para que el dinero que proviene de la trata o el narcotráfico pueda ingresar legalmente al sistema para cubrir las necesidades fiscales del Estado.

Por acción u omisión, el Estado deja que las bandas narco gobiernen los barrios y sometan a los vecinos. La imbricación entre redes delictivas y el aparato estatal es moneda corriente. Nuestra organización lo viene denunciando desde hace años: la Justicia y la policía saben quiénes operan, cómo lo hacen y dónde están.

Como en muchos otros casos, la revictimización de las chicas asesinadas es total. Estamos recién en el comienzo de un proceso donde se indaga y cuestiona a la víctima mientras se ponen los recursos al servicio de dejar impunes a los responsables. Incluso, aunque algunos de ellos vayan presos, los esfuerzos se colocan en no desmantelar redes de trata u organizaciones narcos. Así fue la situación con Lucía Pérez, donde se le impartió responsabilidad a la víctima por haber tenido contacto con miembros de una banda de narcos que abusaron sexualmente de ella hasta que la asesinaron. Incluso en este caso tan conocido, solo gracias a la movilización popular logramos revertir las sentencias absolutorias de los jueces de Mar de Plata.  

Necesitamos que el movimiento de mujeres y diversidades retome con fuerza los métodos de lucha con los que hizo historia. Las especulaciones electorales del peronismo que pregona “no hacer olas” van en contra de toda lucha real contra la impunidad de femicidas, tratantes y encubridores. Que nuevamente se los lleve puesto nuestro tsunami. Como en 2016, cuando nos enteramos del femicidio de Lucía Pérez: Paremos todo. Ni una menos. El Estado es responsable.

"No las buscaron", la responsabilidad del Estado en el triple femicidio narco
El sábado 27 de septiembre, marchamos de Plaza de Mayo a Congreso por #NiUnaMenos. -
prensaobrera.com