Mujer
22/5/2024
Femicidio de Ana Calfin: ¡Anita presente ahora y siempre!
Ana merece la memoria. Pero también la Justicia.
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Jornada de lucha en reclamo de justicia por Ana.
Desde Prensa Obrera estuvimos presentes en la movilización llevada adelante en Esquel el 18 de mayo, acompañando a la familia de Ana Calfin, víctima de femicidio en dicha localidad. A continuación, reproducimos un texto elaborado por docentes de la ciudad de Esquel que acompaña a la familia en la búsqueda de justicia.
Esquel, 19 de Mayo de 2023
José Gómez Chamorro – Ximena Angiorama
Nació y creció en Esquel. Pasó su infancia, adolescencia y juventud en el barrio Lenart Englund, ex rural vieja. Realizó sus estudios primarios en la Escuela provincial N°54 y el secundario en laEscuela N° 758.
De pequeña, asistía como muchxs niñxs del barrio a la guardería Mi Casita, en busca de ese espacio de contención, donde el encuentro caracterizó a muchas generaciones mediante la excusa de realizar sus tareas, compartir la merienda y jugar.
Como cada 18, desde hace nueve meses, su familia y vecinxs marchan en busca de justicia.
El último 6 de agosto, pasadas las 21:27 horas, una explosión generó graves lesiones en el cuerpo de Ana. Aquella madrugada, desde el Hospital Zonal Esquel, certificaron que Anita presentaba quemaduras severas y pasó rápidamente a terapia intensiva en estado crítico hasta que pudo ser derivada a Buenos Aires. Sus propixs compañerxs la trasladaron y acompañaron en esos duros momentos. Ana trabajaba en el Hospital Zonal de Esquel.
La pertinente y pronta investigación de la fiscalía permitió que hoy se pueda aseverar que en un domicilio del Barrio Lennard Englud, se produjo una discusión entre Ana y su pareja. La relación entre ambos llevaba un año, y según elementos que tuvo en cuenta la Fiscalía, sería una relación asimétrica, en la que habría violencia de género y es en ese contexto que el imputado habría quemado a su pareja, haciendo pasar la situación por un accidente doméstico. Producto de esto la víctima falleció el 18 de agosto de 2023. Según el informe policial de ese día, la misma víctima habría manifestado a las autoridades que se había quemado sola intentando hacer fuego en su casa y encender la cocina a leña y se generó una explosión. La investigación permitió desvelar ese círculo de silencio. Las pericias dan cuenta de ello: no hay vestigios de explosión, y el femicida la habría golpeado para aprovechar luego su estado vulnerable y prenderla fuego.
En solitario, con el solo calor de lxs vecinxs y amigxs, marchamos cada 18 desde la plaza central, un grupo de gente, ávido de justicia. Un grupo en el que el número de integrantes noes el dato primordial, sino la fuerza con que se sostiene y alberga además del resto de la familia, a esxs tres hijxs que necesitan saber que su madre puede descansar en paz porque su femicida tendrá una condena justa.
Hoy, Miguel Vargas, imputado por el femicidio, cumple una medida de arresto domiciliario y a pesar de que en audiencia la fiscalía expuso los avances de la investigación solo se mantiene la medida de arresto domiciliario para neutralizar los riesgos de fuga y entorpecimiento de la investigación. Pese al pedido también de la prohibición de acercamiento y contacto por cualquier medio con los familiares de la víctima y testigos, la jueza solo dispuso la continuidad de la prisión domiciliaria hasta el vencimiento del plazo de la investigación. Y no es menor saber, que la jueza ha dejado en manos de este sujeto, la llave de la casa de Ana.
¿Alguien está pensando en estas infancias/adolescencias que quedaron sin su madre? ¿Son suficientes las medidas de contención que las instituciones brindan para estxs pibxs?¡por qué no puede la familia acceder a ese domicilio? ¿Cuándo podrán hacer realmente el duelo ante este injusto arrebato? Más dudas que certezas aún.
Seguramente, el abrazo de ese abuelo, sus tías, la familia y amigxs son el mayor aliciente a tanto dolor. Pero no olvidamos que es el estado quien debe estar presente ante esta dura situación. No murió por una explosión. La prendieron fuego viva. Tres hijxs quedaron sin su madre. Una familia desgarrada por la violencia machista.
En Ana, en sus sobrinas, hermanas, su hija, sus tías, estamos todas y cada una de las mujeres que bregamos por no callarnos nunca más. Porque no murió. La asesinaron.
El Concejo deliberante de Esquel, a partir de un pedido en la banca de lxs vecinxs, en el mes de marzo homenajeó a Ana Alicia Calfín, nominando el puente del barrio Lennart Englund ubicado en las calles Cambaceres y Costanera con su nombre “sería una forma de homenajear su vida y hacer visible la importancia de hablar sobre la violencia en todas formas y que cada vez que se pase por ese puente se recuerde a Ana y que el amor no te insulta, no te pega no te mata “rezaba el pedido que fuera leído en la sesión por Daniela Santillán, sobrina (hermana de la vida) de Ana.
La memoria es fundamental para que una comunidad mantenga vivos los recuerdos.
Pero no basta. Es momento en que lxs vecinxs, las organizaciones no gubernamentales y el estado nos hagamos cargo de cada infancia trunca a manos de femicidas violentos, que se amparan en este sistema patriarcal que lamentablemente, en el contexto sociopolítico actual recobra fuerzas, validando diferentes prácticas violentas y de vulneración de derechos.
En cada marcha, desde las calles ocurre el encuentro. Ana merece la memoria. Pero también la Justicia. Porque NO NOS CALLAMOS MÁS. Porque la sororidad no se veta por la simple intención de quienes intentan silenciarnos.
Termina así este frío sábado 18 de mayo. Pasaron ya nueve meses de espera. Cada unx ha vuelto a su casa. Cada unx… Menos Ana.
Por ella y por todas. VIVAS, LIBRES Y SIN MIEDO NOS QUEREMOS.