Mujer
25/9/2025
"No las buscaron", la responsabilidad del Estado en el triple femicidio narco
El sábado 27 de septiembre, marchamos de Plaza de Mayo a Congreso por #NiUnaMenos.

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Foto: Federico Imas @ojoobrerofotografía
"Queremos ser la voz de las chicas. Porque no las buscaron, se centraron en que eran trabajadoras sexuales, por lo que estaban haciendo, en vez de intentar salvarlas", declaró a los medios una de las vecinas que salió a la calle para exigir justicia por el triple femicidio de Brenda del Castillo, Morena Verdi, primas de 20 años, y Lara Morena Gutiérrez, amiga de 15, habitantes de La Matanza que fueron halladas sin vida y con signos de tortura en una vivienda en Florencio Varela.
La movilización incesante de los familiares, amigos y vecinos de las chicas exigiendo su aparición debió sobreponerse a un andamiaje de impunidad, montado en primer lugar por la Policía Bonaerense, que se negó a tomar la denuncia hasta 24 horas después de que hubieron desaparecido y demoró cuatro días en rastrear las antenas para localizar los celulares de las jóvenes y dar con su paradero. La inacción policial fue acompañada de no pocos discursos mediáticos que se dedicaron a cuestionar los hábitos de las víctimas, depositando en ellas la responsabilidad de lo sucedido.
En la misma sintonía fueron las declaraciones del ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Javier Alonso, quien, en lugar de referirse al hecho como un narcofemicidio, lo atribuyó a una "venganza narco" perpetrada por una banda internacional asentada en la villa 1-11-14 de la Ciudad de Buenos Aires. En lugar de apresurarse a ubicar las causas del crimen por fuera de su jurisdicción, debería rendir cuentas sobre la dilación en la búsqueda por parte de las fuerzas policiales que comanda.
Lo mismo vale para Axel Kicillof, quien publicó en su cuenta de X "tenemos que involucrarnos todos en la lucha para erradicar al narcotráfico. De lo contrario se fortalece y se vuelve impune", como si no le cupiera a él, en tanto gobernador bonaerense, la máxima responsabilidad -junto con Patricia Bullrich- de combatir el tráfico de drogas en su territorio. Lo cierto es que da vía libre al accionar de la "maldita policía", que está completamente imbricada en esas actividades ilícitas. A su vez, excluye deliberadamente de la ecuación la situación de pobreza en la cual vivían las jóvenes asesinadas, lo que las volvía más vulnerables a la violencia de las redes narco. En definitiva, comparte con el gobierno nacional la ejecución de un ajuste contra el pueblo que golpea duramente sobre las condiciones de vida de las pibas de los barrios.
La atrocidad de este triple femicidio corresponde al modus operandi de las mafias de la droga, que hacen del ejercicio de la violencia sobre el cuerpo de las mujeres una forma de imponer su dominio sobre determinados territorios y rivalizar con sus pares. Se manejan con total impunidad, ya que cuentan con la protección del poder político, la policía y la Justicia. Las respalda además los instrumentos de propaganda de la ideología dominante, que construyen en el imaginario social la figura de la "mala víctima" con la que buscan justificar esos crímenes. Algo que se vio nítidamente en el tratamiento mediático que recibió este caso.
Quedó expuesta la farsa que significa el supuesto "combate contra el narcotráfico" que esgrime Patricia Bullrich como argumento para reforzar la represión callejera. A su vez, la ministra se esforzó en borrar el carácter de género del crimen de Varela, con el objetivo de desacreditar la lucha feminista que supo abrir conversaciones respecto a la desigualdad estructural que sufren las mujeres.
No podemos dejar de mencionar que la miseria que azota a los barrios pobres de nuestro país oficia de caldo de cultivo para que eche raíces el crimen organizado, explotando las necesidades de los y las jóvenes que habitan allí para convertirlos en "soldaditos" o, en el caso de las pibas, explotarlas sexualmente. En eso ha contribuido Milei, hundiendo los ingresos de los trabajadores, aumentando el desempleo y castigando a las organizaciones piqueteras que ofrecen a la juventud más carenciada una perspectiva vinculada con la lucha, alejándola de las garras narco. Ni qué decir sobre su avanzada reaccionaria contra los derechos de las mujeres y las diversidades, que incluye hasta la negación del término "femicidio".
Pese a los ataques recibidos, tanto por la derecha como por la dirigencia del peronismo, el movimiento de mujeres volvió a demostrar la justeza de su agenda, saliendo a las calles nuevamente al grito de "Ni una menos". Es necesario profundizar el camino de la movilización independiente, dado que aquella consigna de "si no nos organizamos, nos matan", ha cobrado una literalidad estremecedora.
Este sábado 27 de septiembre a las 16 hs, marchamos de Plaza de Mayo a Congreso por Morena, Brenda y Lara y por todas las que no volvieron.
