Mujer
8/8/2024
Organizadas enfrentemos los ataques y las políticas de Milei
37 Encuentro Plurinacional de Mujeres y Diversidades.
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Movimiento de mujeres.
La situación de las mujeres bajo la etapa mileista está atravesada por la duplicación de la indigencia que llega al 20% de la población, la caída de las fuentes de trabajo en rubros como el comercial, mayormente femeninos, el ataque a la economía “informal” de la venta ambulante, el trabajo en huertas y otros rubros, y la entrega de tierras de pueblos originarios y la privatización del agua en favor de las empresas extractivistas.
La pobreza alcanza en primer lugar a mujeres y niñxs. En esta realidad social estalla la pus de años de discriminación contra los sectores más empobrecidos que se manifiestan en escándalos como el del caso Loan, que ocupa los principales medios desde hace más de 50 días, mostrando los lazos entre la explotación de la pobreza, el abuso a niñxs, adolescentes y mujeres, y el poder político, en este caso un gobierno radical correntino.
En este contexto, el movimiento de mujeres debe afrontar nuevos desafíos, poner en pie una organización independiente y de lucha para enfrentar el negacionismo de la ultraderecha, sus discursos de odio y su completa destrucción de cualquier tipo de asistencia a las mujeres violentadas. Para esto es fundamental plantarse en el lugar de la más feroz de las críticas a quienes, como lo hacía Alberto Fernández, usaron marketineramente nuestra lucha para obtener resultados electorales mientras ejercían la violencia entre sus vínculos personales y sacaban de las calles a las mujeres en el espacio público.
Las mujeres que mayormente trabajaron “informalmente” los últimos 40 años no podrán jubilarse, Milei busca destruir el sistema de moratorias, que pagan los propios trabajadores, para hacerse con una mayor tajada de las cajas jubilatorias. Bajo el nuevo régimen que quieren imponer, 9 de cada 10 mujeres no podrán jubilarse y solo accederán a un ingreso que hoy está por detrás de la jubilación mínima, la cual representa un cuarto de la canasta de jubilados. Las exigencias del capital y del FMI no son solo políticas admitidas por el mileismo, son la regla de todo el arco político peronista, radical y macrista. El mileismo se distinguió por su feroz ataque a las libertades democráticas y por sus métodos de violencia contra la manifestación popular y la organización, temas claves sobre los que ha golpeado para hacer avanzar el interés de corporaciones, empresarios y del imperialismo yanqui.
Las mujeres ven cómo se reducen sus ingresos y se incrementan las tareas de cuidados que deben ser afrontadas en condiciones penosas. El feminismo referenciado con diferentes ramas del peronismo, mientras estuvo en el poder, prometió atender este tema. Armaron tardíamente un proyecto de ley en el Congreso que atendía algunos aspectos de la problemática, hicieron anuncios y luego lo cajonearon. El gobierno peronista empobreció a la población siguiendo una orientación fondomonetarista y este empobrecimiento redundó en una mayor carga de tareas para la mayoría de las mujeres. El mercado laboral se volvió más precario y, a pesar de grandes luchas que libramos por mejorar las condiciones de vida de las mujeres, dicho objetivo no se logró a través de la creación de organismos del Estado, aunque sin dudas avanzamos en el terreno de la visibilización de la problemática, la solidaridad y la acción del propio movimiento. Este es el contexto en el que llega al poder Milei y su profundo odio hacia la lucha de las mujeres y diversidades. Un ministerio compuesto mayormente por personas contratadas precariamente fue desarmado sin más y con la sola resistencia de lxs trabajadorxs que ponen el cuerpo en sus tareas, y el silencio total de quienes fueron sus funcionarias durante 4 años.
Las traiciones del pasado las siguen pagando sus víctimas. En las barriadas más pobres el narco avanza en la misma medida que buscan que retrocedan las organizaciones sociales y las condiciones de vida. La multiplicación de balaceras en los barrios dan cuenta de esta realidad y también el hecho de que en muchas barriadas son los propios narcos los que proveen de comida a comedores, una verdadera afrenta motorizada por la política criminal de Pettovello y Milei. Este ataque parte de una demonización de las organización de los más pobres que hoy se plasma en una persecución represiva y judicial que no empezó con Javier Milei ni es privativo de los sectores más reaccionarios. El racismo y la xenofobia son instrumentos ideológicos reaccionarios inherentes a este régimen social, presentes en todos los estratos políticos y sociales, y hoy están totalmente en boga.
A estas penurias económicas se suman ataques frontales de parte de la corriente política ultraderechista y conservadora que representa este gobierno, que incrementa la violencia contra las mujeres y diversidades y la desprotección de todo tipo ante las especificidades que sufrimos bajo el capitalismo, como la violencia doméstica o la discriminacion de género en lugares de trabajo, estudio y en las calles. Su habilitación a la violencia tiene un correlato cotidiano en la vida real. El triple lesbicidio de Barracas es una muestra de esto. Repetimos, esto no empezó hoy, el mileismo profundiza tendencias existentes. En la lucha por justicia por el crimen de Sofi Fernández a manos de policías del distrito peronista de Pilar debemos pelear de manera directa contra el gobierno de Kicillof que paga con nuestros impuestos a los abogados que ejercen la defensa de los 10 criminales implicados en esta causa y que ha dejado sin protección a la familia de Sofi. Claro que la minimización de la violencia de género está lejos de ser patrimonio exclusivo de los desquiciados que nos gobiernan a nivel nacional. El desinterés y la protección a la cultura reaccionaria de las fuerzas represivas es patrimonio también de la fracción progre de la política capitalista.
Nada de lo que relatamos comenzó hoy y marcarlo es fundamental para comprender cómo llegamos hasta acá. En un diálogo de sordxs, hay sectores que insisten con haber sido protagonistas de políticas públicas en favor de las mujeres y diversidades que les gusta enumerar, muchas de las cuales estuvieron en los papeles pero que no llegaron a las mujeres masivamente, ni a las comunidades discriminadas como la travesti trans y otros colectivos. En la mayoría de los casos no dieron respuesta a sus necesidades. En tres años el programa acompañar llegó a unas 300 mil mujeres. El programa consiste en un ingreso monetario menor expedido durante 6 meses, sin los acompañamientos prometidos ni las resoluciones de problemas que se proclaman, cuando las funcionarias salen en los medios a hacer su defensa. En este mismo periodo de tiempo, las políticas del gobierno peronista lanzaron a la indigencia a no menos de 2 millones de mujeres. Brutal.
Pero el mileismo y los bloques gobernantes que “colaboran” con sus políticas quieren hacer de la negación de la opresión y de la discriminación una política de Estado, determinada por un mercado laboral contraído y una marginalización cada vez más amplia de sectores sociales. Una sociedad así exige sacrificios enormes para que sus mujeres sostengan la estructura de la reproducción de la fuerza de trabajo en las peores condiciones. En esta tarea, el mileismo tiene de aliado central a la CGT, que se ha sentado a la mesa del gobierno a negociar la reglamentación de la reforma laboral y del Impuesto a las Ganancias, votados el 12 de junio en el Senado y reafirmada en Diputados el 27 de junio ¿Las mujeres vamos a denunciar nuevamente las traiciones de la CGT o vamos a hacer un silencio cómplice mientras entregan nuestros derechos?
Este combo es una declaración de guerra para un movimiento que supo ser de referencia mundial. ¿Dónde estamos hoy? Aunque mostramos nuestra voluntad de enfrentar esta política en las jornadas del 8M y del 3J, la mayoría del movimiento que sigue los preceptos de alguna de las alas del peronismo, con algunas excepciones que claramente se salen del molde, está paralizado y dejando actuar a la ultraderecha, ya sea porque algunas de sus fracciones coinciden por principios con él, como es el caso de los Guillermo Moreno, Pichetto y compañía, o por la pusilanimidad de sus alas progresistas que dejan actuar a estos sectores y convalidan sus posiciones concurriendo a reuniones de trabajo conjuntas. Necesitamos alzar la voz y enfrentar esta perspectiva, y demostrar que efectivamente aprendimos la lección de ser un movimiento independiente, sin ataduras políticas, sociales ni de género, yendo al frente nosotras mismas.
Milei, el desquiciado, es un “hijo sano (sic) de la sociedad capitalista” y requiere ser enfrentado junto al régimen que lo prohija. Sus métodos fachistoides, su apoyo a las políticas más reaccionarias a nivel local e internacional nos coloca ante este desafío. Asumámoslo poniendo en pie nuevamente nuestras asambleas y un plan de trabajo de cara al Encuentro Plurinacional de Mujeres y Diversidades que convierta ese reagrupamiento, que llevaremos a Jujuy en octubre, en un punto de partida de esta estrategia de nuestro movimiento, superando a la conducción actual del Encuentro que lo despolitiza y busca convertirlo en un mero hecho aislado. Rechacemos el quietismo oportunista que en definitiva es cómplice de esta reacción.
Vamos por la defensa de las luchas de las mujeres y de las diversidades
Necesitamos más peleas y no ocultar nuestros propósitos. No lo podemos hacer desde organismos del Estado, necesitamos poner en pie un organismo autónomo desde el cual dirigir políticas para las mujeres y diversidades sin seguir las agendas de los gobiernos ajustadores. La lucha por un Consejo Autónomo de Mujeres y Diversidades está en el centro de un debate que debemos darnos para transitar esta etapa.