Mujer

31/7/2020

Pautas misóginas y violencia en los Cursos de Residencias de la UBA

"Pase por la peluquería"... "siempre maquillada"... "transparencias", entre otros "consejos".

UJS Medicina UBA

En la tarde del jueves, estudiantes de la carrera de Medicina de la UBA dieron a conocer una serie de “recomendaciones” con las que se encontraron al recorrer el sitio web de los Cursos de Residencias (C.R.UBA). La solapa de “Vestimenta para la entrevista laboral” agrupa los “consejos” de C.R.UBA para tener en cuenta al asistir a las entrevistas obligatorias previas al ingreso a las residencias médicas. Entre otras recomendaciones particulares del apartado dedicado a las mujeres, se encontraban que “la ropa no debe ser ni muy corta, ni muy escotada, nunca transparencias. O sí?”, que “pase por la peluquería” y que la mujer debe asistir “siempre maquillada”. Estos, al igual que otros ítems listados en la página, dejan al descubierto aquello que lxs estudiantes venimos denunciando hace tiempo: el carácter retrógrado, misógino y regimentador de las autoridades de la Facultad y quienes son hoy en día lxs organizadores del Curso de Residencias Médicas.

La misma página de C.R.UBA se enorgullece de que los cursos, que se desarrollan en acuerdo con la Secretaría de Extensión Universitaria y a los cuales lxs estudiantes deben inscribirse por la página web oficial de la Facultad de Medicina, son organizados y dictados por las Unidades Académicas de la UBA, jefes de Cátedra y jefes de Servicio de distintos hospitales. En ellos, al igual que en el resto de nuestra formación como futuros profesionales, lxs estudiantes no solo no recibimos ningún tipo de educación que contemple un abordaje integral de las problemáticas que afectan a las mujeres y las diversidades sexuales (a pesar de que los cursos del C.R.UBA se jactan de ser “en todos los casos, inclusivos”), sino que muchas veces nos enfrentamos a este tipo de comentarios que denotan el carácter misógino y violento de las autoridades educativas.

Hoy en día, son muchas las cátedras en las que se reproducen estereotipos de género y se trata a la mujer como alguien inferior o con menos capacidad profesional, como ocurrió con la diapositiva proyectada hace unas semanas en la clase de Patología II (a cargo del Decano, R. Gelpi) en la que a una zona del cerebro femenino la denominaban “área para la orientación fuera de la cocina” y a otra, “centro de coordinación de zapatos y carteras”; o sencillamente, como sucede en este caso, en las que se coloca a la mujer como un simple objeto de opinión que debe gustar a quienes serán nuestros jefes y/o colegas. En la misma línea y como una muestra fiel de lo anterior, C.R.UBA da a entender que, en ocasiones, para las médicas que quisieran conseguir un puesto como residentes podría ser útil mostrar su cuerpo por medio de “transparencias” en su ropa para así cautivar el interés de sus entrevistadores. Por lo tanto no nos sorprende que este tipo de violencia ejercida por las autoridades de nuestras carreras, que incluso han sostenido en su cargo de jefes de Cátedra a docentes denunciados en numerosas oportunidades por acoso sexual, se hagan explícitas en una instancia tan importante como las entrevistas que determinarán nuestra inserción laboral. Tampoco llama la atención que en las propias residencias sean cientos de mujeres las que denuncian este tipo de prácticas por parte de los directivos y jefes de Servicio, siendo que desde instancias previas en nuestra formación ya muestran su orientación. Aunque las autoridades se quieran pintar de inclusivas con cursos obligatorios como el de “Capacitación en temáticas de género”, la realidad que vivimos lxs alumnxs muestra su verdadera cara.

Lxs estudiantes necesitamos y exigimos que se elimine el contenido retrógrado y oscurantista de nuestra formación, que se aborden en profundidad las problemáticas de mujeres y diversidades en nuestras carreras, y se termine con la violencia y la misoginia de las currículas. Exigimos que las autoridades se hagan cargo y que la Facultad de Medicina se pronuncie en rechazo a lo publicado desde la página web de C.R.UBA. Quien en una entrevista laboral sexualiza a quien tiene enfrente y se fija en “las transparencias” o su maquillaje en lugar de evaluar su capacidad no puede ser quien defina nuestro futuro como profesionales.

Hoy más que nunca, organicémonos, estudiantes y docentes, por una educación sexual integral, laica y científica para acabar con la violencia en los planes de estudio.

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