Mujer
28/3/2020
Sobre las recomendaciones de AMMAR para el ejercicio de la prostitución durante la pandemia
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Hace ya unos días que AMMAR (la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina-CTA) publicó una serie de recomendaciones para las personas que ejercen la prostitución como forma de sostén de sus vidas y sus hogares. Entre ellas se encontraban consejos como “no atender clientes del exterior”, “no dar besos”, “mantener distancia al momento de la negociación” y hasta llega a sugerir “la posición del perrito”. Para no tener que reclamar al Estado, AMMAR elige un rumbo de exposición de las trabajadoras sexuales.
AMMAR ya ha mostrado píblicamente su apoyo incondicional al gobierno nacional de Alberto Fernández y por tal motivo en su pliego de reivindicaciones ignora completamente las demandas al Estado y la incorporación de estas personas a las demandas generales de las personas desocupadas o con ocupaciones no registradas con las cuales sobreviven.
Esta primera campaña luego de que el COVID-19 aterrizara en Argentina sigue la línea que AMMAR promociona: la posibilidad de elegir los clientes, de poder imponer condiciones y ejercer la prostitución como “un trabajo cualquiera” que a veces no se elige pero que les puede llegar a convenir dentro de sus posibilidades. La realidad que se le plantea a la mayor parte de las personas en situación de prostitución es la contraria.
En el país, la asociación de meretrices, cuenta con 6500 afiliadxs, que no abarcan el conjunto de las miles y miles de personas que son sometidas a la esclavitud sexual, por las mismas presiones a las que lxs somete la pobreza y una austeridad cada vez más aguda resultado del conjunto de las políticas fondomonetaristas que implementan los gobiernos nacional, provinciales y municipales, de sometimiento de la clase trabajadora a la precarización, el desempleo y el trabajo informal. Sí es sabido que AMMAR cuenta con denuncias por regenteo de personas en prostíbulos, entregándoles carnets de afiliadas a mujeres que habían sido secuestradas con fines de explotación sexual. Lejos de la libre voluntad de las “trabajadoras sexuales”, son encontramos con una amplia mayoría que es sometida a los peores tipos de violencias y vejamientos no solo por parte de sus “clientes”, sino en mayor parte por la policía y las fuerzas de seguridad, que amenazan con detenciones, abusos y golpizas a las prostitutas por coimas si buscan “trabajar por cuenta propia” sin un proxeneta que “las cuide”. Además en los juicios a los proxenetas y tratantes, de los pocos y casi nulos que llegan a ser juzgados, los argumentos defensivos siguen la línea de Ammar, respecto a la libre elección y el consentimiento de las víctimas.
AMMAR se ha alejado del carácter que supo tener en sus inicios, una organización anti-represiva que luchaba por el fin de los abusos policiales y contra el narcotráfico que utiliza a las prostitutas como mulas y consumidoras. La organización, que cumplió 25 años hace unos días, hoy día funciona como una usina de promoción de la regulación de la prostitución y el regenteo, lejos de organizar los reclamos por el trabajo genuino y la derogación de los códigos contravencionales. Luego del asesinato de Sandra Cabrera en Rosario en manos del Estado, tiempo después de haber denunciado a la policía local por amedrentamiento, AMMAR demostró que sus lazos con los gobiernos se colocaban por encima de la defensa de la integridad física de sus afiliadxs, abandonando la lucha de Justicia por Sandra. Hoy día, luego de su incorporación a la CTA y con Georgina Orellano (su secretaria general) a la cabeza, una mujer que no ha ocultado nunca sus lazos con el peronismo y su filiación al gobierno de Alberto Fernández, cualquier salida real a la carestía aún mayor que sufrirán las personas en situación de prostitución se convierte en una ilusión.
Finalmente, la campaña contra el contagio de coronavirus a lxs “trabajadorxs sexuales” recae en una colecta solidaria organizada por el sindicato, con un CBU para que la gente pueda depositar unos pesos para dividirse entre lxs afiliadxs, una medida que trata de tapar el sol con las manos: que la que tiene que sobrevivir va a salir igual de la casa, exponiéndose tanto al contagio como a la violencia policial. Queda por demás hablar de la falta de transparencia del destino de este "fondo solidario" ya que no hay balances públicos sobre esto. La "solidaridad" queda chica frente a las necesidades de uno de los grupos mas vulnerables de la sociedad y las exigencias al Estado han sido casi nulas, solo una carta enviada al presidente.
Más que nunca es necesario luchar por un seguro al parado de 30.000 pesos para toda persona que no pueda acreditar un salario en blanco. El Polo Obrero está desarrollando una campaña de empadronamiento a nivel nacional, presionando junto a otras organizaciones de precarizadxs como Monotributistas Organizades, para que la cuarentena y la imposibilidad de salir de nuestras casas no signifique elegir entre morir de hambre y una detención por parte de la policía, las fuerzas de seguridad o las FFAA, que estos días se han desplegado en las calles y sobretodo en los barrios populares.
Es necesario organizar los reclamos genuinos de todas las personas en situación de prostitución: trabajo genuino, cupo laboral travesti-trans, el desmantelamiento de las redes de trata y la eliminación de todos los códigos contravencionales que criminalicen a las prostitutas. También la puesta en pie de un Consejo Autónomo de Mujeres y Diversidades sexuales y de género que elabore las políticas necesarias para garantizar nuestras condiciones de vida. El aumento del presupuesto de salud y asistencia social y el fin del pago de la deuda externa usuraria se vuelven las principales prioridades para el conjunto de la clase trabajadora. Romper con organizaciones burocráticas como AMMAR y sumarse a la lucha por nuestra salud e integridad se convierte en una cuestión de vida o muerte para muchxs.