El lunes se conoció la noticia de un aterrador crimen en un barrio de la periferia de la capital tucumana: una nena de nueve años fue encontrada muerta y con signos de abuso, en un descampado cercano a Villa Muñecas. El crimen de esta niña (Rocío Abigail) se suma a una serie de crímenes y femicidios que se han venido sucediendo en la provincia ante la mirada cómplice del Estado provincial que nada hace al respecto.

La denuncia del padre de la víctima pinta de cuerpo entero la bronca desatada por el asesinato. El padre manifiesta que fue a la comisaría de la zona el domingo al mediodía, cuando la menor aún se encontraba desaparecida, y que no le quisieron tomar la denuncia. Tampoco pusieron personal a disposición para buscar a la nena, argumentando que no tenían móviles y que estaban “cansados”. Esto, por supuesto, desató la bronca en los vecinos que salieron junto a los familiares a buscar a la niña por su propia cuenta, hasta dar con el cuerpo en horas de la tarde.

El estado de abandono y miseria que hay en los barrios periféricos de la capital es total, la pandemia ha profundizado una situación de extrema precariedad en la que familias enteras viven de changas, hacinadas en viviendas precarias y en muchos casos sin los servicios públicos elementales. Las policías locales están asociadas con la delincuencia de la zona y en muchos casos se dedican a hostigar a la juventud desocupada que busca alguna salida a una situación por demás compleja.

Luego de que el crimen tomara estado público la policía debió movilizarse para dar con el asesino de Abigail. El escarnio público a la misma policía que asesino a Luis Espinoza y a Ceferino Nadal, sumado a la posibilidad de una pueblada contra la comisaría local, es lo que ha llevado al jefe de policía a reunir efectivos para la búsqueda de sospechosos.

Desde el Partido Obrero y el Plenario de Trabajadoras nos comprometemos a movilizar exigiendo justicia para Abigail, en estas horas ya se están coordinando acciones contra la comisaría local y otros centros de poder político. Luego de crímenes aberrantes como este no podemos dejar de señalar la complicidad del Estado y exigir la inmediata remoción del ministro de seguridad Claudio Maley.