Opinión

2/8/2022

La dolarización de la economía es un maquillaje a los problemas económicos 

Milei repite propuestas que ya se hicieron durante el gobierno de Macri.

Un avance del capital financiero internacional en la economía y la política argentina.

En mayo de 2018 Mauricio Macri, acosado por la salida de capitales y devaluación del peso, anunciaba que pediría auxilio al FMI. En junio el entonces ministro Nicolás Dujovne anuncia el acuerdo por un préstamo de 50 mil millones de dólares. Pocas semanas después, Larry Kudlow un encumbrado miembro del gobierno de Donald Trump divulgó que el Tesoro de Estados Unidos estaba analizando un plan de dolarizar la moneda argentina: “No hay creación de la moneda, a menos que tengas una reserva de dólares detrás”, o sea que no se podía emitir, y agregó: “Eso funcionó en los noventa, permitió bajar la inflación y mantener la prosperidad. Y eso es lo que necesitan hacer ahora” (Infobae, 13/9/2018).

Ahora, cuando nuevamente la masiva salida de capitales presiona a los dólares financieros y el blue, otra propuesta de dolarización comienza a circular. Es el diputado Javier Milei quien la impulsa.

Una propuesta de defensa del endeudamiento del Estado

Según Milei, lo único que un proceso de dolarización requeriría es “usar el cerebro y tener conocimientos de teoría monetaria y de equilibrio general de stock, que la mayoría de los economistas parecen desconocer”.

La clave de la propuesta es dolarizar la deuda en pesos: “Se haría un swap de los títulos públicos con las Leliq y eso haría que el monto remanente de títulos públicos sería de 50 mil millones de dólares” (Ámbito Financiero, 21/7/22).

Plantea convertir una deuda en pesos en una deuda en dólares. Sin apoyo externo, el planteo solo cierra con una emisión masiva de bonos dolarizados. Donde se iría a un canje compulsivo incluyendo los depósitos en dólares.

La esencia de la propuesta es desviar el centro de atención, la única traba para su “programa” es la “casta política”, no la burguesía y el capital financiero. Y proteger a los acreedores del Estado que obtendrían dolarizar sus títulos.

Milei lo publicita como un “plan” indoloro. “No es necesario una megadevaluación, como han dicho algunos analistas, no es necesario un Plan Bonex, no es necesario un corralito”, solo “usar el cerebro”.

Las implicaciones de la dolarización

La propuesta de Larry Kudlow en su momento y la que Milei sostiene hoy tienen en común el salvataje de la deuda impagable emitida por el Estado, y dolarizar la deuda en pesos. En Leliq, pases y Nobac, que ya superan los seis billones de pesos, al precio del dólar oficial serían 44.000 millones de dólares que pasarían a engrosar la deuda externa.

El otro aspecto es la pérdida de la soberanía monetaria. Como el Banco Central no puede emitir dólares perdería su capacidad de ejercer papel alguno en atenuar la volatilidad de los mercados internacionales de deuda y regular las tasas de interés. Algo que ya se ha ido perdiendo por su gran endeudamiento y por la masiva emisión realizada.

También dejaría de ser prestamista de última instancia, ya que no puede emitir dólares en casos de necesidad auxiliar un banco en problemas. Esto llevaría a una concentración de la banca de capitales extranjeros que sí pueden acceder a dólares de sus casas matrices, y serían los que dominarían el mercado de deuda local -que sería solo dolarizada. Un progresivo avance sobre la economía nacional de la banca extranjera, de las empresas y del Estado al ser los que monopolicen el mercado de deuda local.

Por eso, una dolarización de la economía sería un avance del capital financiero internacional en la economía y la política local.

La experiencia de la convertibilidad: desinversión y desabastecimiento energético

La primera medida fue la devaluación de la moneda nacional, en ese momento el “Austral” en una relación de 10.000 australes = 1 dólar, significó la mayor devaluación de la fuerza de trabajo desde hace décadas. Luego el Banco Central estableció una banda de flotación entre el peso y el dólar. La inflación que había llegado a superar el 4.000% fue cayendo año tras año (https://www.eco.unicamp.br/images/arquivos/artigos/510/02-Rapoport.pdf).

La estabilidad de la “convertibilidad” de Menem-Cavallo, del “uno a uno”, fue financiada por el ingreso de dólares de la privatización de las empresas de servicios públicos, transporte, centrales y distribuidoras de electricidad, YPF, etc. Y por el crecimiento del endeudamiento externo, el déficit de cuenta corriente fue una constante, la fuga de capitales no se detuvo.

Las empresas estatales pasaron a manos de capitales privados y extranjeros. Todas se financiaron emitiendo acciones en la bolsa de Nueva York, lo que desde entonces ata la economía nacional a los vaivenes de las crisis financieras de Wall Street. Así ocurrió durante la crisis del 2008 cuando la crisis de las hipotecas en EE.UU. se convirtió en un derrumbe de las bolsas mundiales que se trasladó a la economía local generando una importante caída de las exportaciones y baja de la capitalización de las empresas, aumento del “riesgo país” y dificultades de financiamiento del estado y las empresas. El capital financiero tiene un mayor dominio de la economía nacional, las empresas “nacionales” que cotizan en Wall Street tienen entre sus grandes accionistas a los “fondos buitres”, como Blackrock, Templeton, Fidelity,

La “convertibilidad” dejó un país mucho más vulnerable, en la economía y en las finanzas. La falta de inversiones de YPF en nuevos yacimientos, de las empresas de distribución eléctrica no han invertido en el mantenimiento de la red y en nuevas centrales eléctricas. Los apagones se han convertido en una nueva “normailidad”, ahora agravada por la dependencia de las importaciones de combustibles y gas licuado. Por falta de inversión de YPF en nuevos yacimientos, ha sido vaciada y se perdió el autoabastecimiento energético. Hoy dependemos de compras al extranjero de gas licuado y combustibles a precios exorbitantes. El resultado de la “convertibilidad” financiada por las privatizaciones durante el gobierno de Carlos Menem está en el origen de la crisis actual.

Los cambios deben ser al servicio de los trabajadores y no del capital financiero

La “dolarización” es un maquillaje financiero a una crisis económica generada por el capitalismo atado al servicio del capital financiero. Sin cambios en la estructura financiera y económica no se logrará estabilizar la moneda nacional ni reducirá la inflación.

La salida de capitales con masivo desarme de posiciones en la deuda en pesos y dolarizada es parte de una tendencia mundial de salida de capitales, las subas de tasas de interés en las metrópolis potencia el derrumbe de los activos financieros locales. Hay una reversión de las políticas financieras en Wall Street que estuvieron vigentes desde 2008. Ahora un ajuste financiero con subas de tasas y menor liquidez de la Reserva Federal que ahora imitó el Banco Central Europeo con una importante suba de tasas de interés.

En Argentina el descalabro se potencia debido al fracaso de la reestructuración de la deuda de Guzmán y luego del acuerdo con el FMI. Ninguno de ambos acuerdos con los acreedores de la deuda externa lograron estabilizar el mercado de deuda en pesos y dólares ni el tipo de cambio.

Por una salida de los trabajadores

El gobierno de Fernandez-Fernandez aspostó por a una salida en sociedad con el capital financiero internacional. Pero la crisis global de la pandemia, aunque provocó la baja de las tasas de interés en las metrópolis, localmente no logró mejorar el financiamiento externo ni bajar las tasas y mejorar el perfil del endeudamiento. Ahora, con la guerra en Ucrania y la reversión de la política financiera de las metrópolis, con la suba de tasas de interés se está produciendo una salida de capitales que desestabiliza las finanzas de los países de la periferia, como Argentina, Turquía, Sri Lanka y decenas de países que enfrentan crecientes dificultades de financiamiento e inestabilidad financiera.

Las experiencias de dolarización que se implementaron en Latinoamérica como Ecuador y Panamá están implosionando, con alta inflación, reclamos de rebaja de los precios de combustibles y alimentos. La formula de la dolarización no resuelve los problemas estructurales de la economía y luego de una estabilidad pasajera estallan como ocurrió también en Argentina con el Argentinazo. Donde la “salida” de la convertibilidad fue otra devaluación masiva que dio origen a la rebelión popular.

Al gobierno de Fernández-Fernández se les han quemado los papeles. Ya no juegan un papel para guiar hacia una salida, solo parches parciales y están avanzando hacia una devaluaciֶón con el “dólar soja” y el “dólar turista” .

Es la hora de los trabajadores, que deben avanzar en su organización y lucha por un programa qué impulse sus reivindicaciones y elabore un plan alternativo a los partidos patronales.

Los trabajadores deben adueñarse de las finanzas nacionales y del comercio exterior. Poner los recursos nacionales al servicio de los trabajadores y el pueblo.

27/7/2022