Opinión

17/9/2022

internacionales

La guerra en Ucrania está llevando a Europa a una crisis financiera y económica

La crisis de la energía es parte de la guerra.

Foto de archivo

Recientes contraataques de las fuerzas armadas de Ucrania han logrado recapturar parte de la zona ocupada por tropas rusas. La contraofensiva ucraniana es coincidente con nuevas sanciones a Rusia resueltas por el G7 a inicios de mes para limitar el precio de exportación del petróleo ruso.

En respuesta, Rusia anunció el corte del suministro de gas a Europa, hasta que “Occidente” no levante las sanciones contra Rusia. Así informó Dmitry Peskov vocero de Putin. El anuncio provocó una nueva suba de los ya elevados precios del gas en los mercados de Europa.

La guerra en Ucrania y las sanciones impulsan la suba de los combustibles que se traslada a los mercados de materias primas y se esparce en la economía global. El gas licuado (GNL) y el petróleo están cerca de sus máximos precios luego de la pandemia. Algo similar ocurre con los granos, fertilizantes, etc., varados en los puertos por las sanciones a los barcos rusos. La cadena de suministros agrega dificultades y costos de fletes y seguros en alza. Todos componentes que están llevando a la escalada de la inflación en las economías de los países de todo el mundo.

En Indonesia, luego de ocho años de estabilidad en precios de combustibles, el gobierno decidió una suba del 30 por ciento que generó masivas movilizaciones de protesta en las principales ciudades del país.

En Sri Lanka el gobierno colapsó, el presidente renunció, huyó y manifestantes tomaron la residencia del gobierno. El banco central no tiene reservas suficientes para la compra de fertilizantes y se produjo una pérdida de cosechas.

En Bangladesh el gobierno elevó los precios del diésel y nafta entre un 42,5 y un 50 por ciento que se trasladó a un alza en las tarifas del transporte público y la población reaccionó con grandes movilizaciones de protesta por organizaciones estudiantiles y de trabajadores.

En Argentina uno de los mayores productores de granos y soja del mundo, está junto a Turquía entre los países con mayor inflación en el mundo. El cambio de la matriz energética de Europa impacta en los costos de las empresas y produce mayor endeudamiento del Estado

En Europa la reducción del suministro del gas ruso y ahora el corte ha llevado a una desesperada búsqueda de provisiones alternativas. Los costos del gas domiciliario se elevaron en promedio en Europa cuatro veces según un análisis que publica The Economist.

Estas subas han llevado a protestas en Italia donde los usuarios quemaron las facturas de gas; en Austria y Alemania se produjeron movilizaciones en varias ciudades en protesta de las elevadas subas del gas. En Praga se concentraron decenas de miles en protesta por las subas de la energía. En Inglaterra el 14 por ciento de las familias no está pagando las facturas de gas.

Los gobiernos están organizando diversos subsidios. Alemania establece un precio máximo a pagar por las familias; el reciente asumido gobierno británico de Liz Truss va a congelar las facturas que financiará con endeudamiento. “Europa está gastando al menos 450 mil millones de euros en la lucha contra el shock energético, antes que llegue el invierno. Italia y Alemania han gastado el 2-3 por ciento del producto.” Todo se financia con préstamos.

Las implicancias económicas del corte de la provisión de gas de Rusia a Europa está transformando a empresas europeas líderes en faltas de rentabilidad e inviables. Arcelor Mittal cierra su planta de Bremen y en España por el alto costo del gas, “los precios se multiplicaron por diez”. Basf ha reducido su producción por precios de gas “altos y volátiles”.

La crisis energética de Europa desnuda la dependencia de Rusia

La crisis energética de Europa y la incertidumbre sobre la provisión de gas, “la está obligando a firmar contratos de combustibles fósiles de vigencia de décadas …” . Hipotecando el futuro con provisión de energía (GNL) varias veces superior al suministro que proveía Rusia por los gasoductos.

Mientras Rusia estrangula el suministro de gas al continente en un movimiento que amenaza con empujar a la región a la recesión, “las únicas opciones para un reemplazo rápido son los combustibles fósiles que corren el riesgo de cambiar el camino hacia la neutralidad en carbono” (ídem).

Cuando Francia necesita de sus reactores nucleares, la producción de los 56 reactores existentes administrados por EDF tiene la producción de energía nuclear en mínimos históricos con la mitad de las centrales eléctricas paradas por mantenimiento.

Francia planea nacionalizar la empresa EDF de energía nuclear que está en insolvencia para hacer frente a sus deudas y garantizar la continuidad del servicio. La empresa EDF está en una reducción de su producción de energía desde años, en 2018 producía 380 terawatt hora y actualmente 260, una caída superior a un tercio.

Alemania nacionalizará Uniper un proveedor de electricidad que ante los aumentos del suministro eléctrico desde que Rusia redujera el suministro de gas ha caído en insolvencia.

Los costos crecientes en la importación de energía han llevado a Alemania a registrar el primer déficit comercial en 30 años. La economía de Alemania, la mayor de Europa, tiene una caída en sus exportaciones por la suba de precios debido a los mayores costos de la energía y una suba en el monto de sus importaciones debido a la suba de los combustibles importados para sustituir el corte de suministro del gas de Rusia.

La guerra en Ucrania debilita la economía de Europa y la lleva a la recesión

La crisis energética de Europa no solo puso en evidencia la alta dependencia de Rusia en la provisión de gas, también cuestiona la viabilidad de sectores industriales con alta incidencia de energía a costos superiores.

Los contratos firmados por Alemania con proveedores de GNL de Estados Unidos aseguran el gas a precios que hacen inviable su capacidad de exportación, que la transforma en una economía deficitaria en el comercio exterior. Y siendo el principal exportador de Europa explica el hundimiento del Euro, que no detiene su derrumbe frente al dólar.

En lo inmediato las reservas de gas para el invierno son insuficientes ante el corte total del suministro de Rusia. Y no se encuentran alternativas para sustituir el déficit energético del próximo invierno.

La industria del esquisto de EE.UU. ha advertido que no puede rescatar a Europa con mayores suministros de petróleo y gas este invierno en medio de temores de que una caída en las exportaciones rusas haga que los precios del crudo vuelvan a subir por encima de los 100 dólares el barril.

La guerra ha llevado a la mayor crisis energética en Europa y en varias regiones del mundo entero que tienen dificultades para afrontar los crecientes costos de la energía.

Mientras Europa lucha para conseguir proveedores alternativos, Rusia quema el gas que no provee a Europa. Un informe de la BBC dice que una planta de gas de Rusia “cerca de la frontera con Finlandia está quemando un valor estimado de $ 10 millones (£ 8,4 millones) de gas todos los días. Los expertos dicen que el gas se habría exportado previamente a Alemania”.

No es la falta de gas el origen de la crisis energética de Europa, es por la militarización del uso de la energía entre los contendientes, entre Rusia y la Otan lo que está produciendo la crisis energética. La guerra en Ucrania es una guerra imperialista de destrucción y barbarie. Donde ninguna de los bandos enfrentados juega un papel positivo y progresivo, ambos bandos muestran la creciente destrucción de fuerzas productivas y muerte.

Los recientes avances de las fuerzas de Ucrania recuperando terreno ocupado por fuerzas de Rusia no acerca sino que aleja un final del conflicto bélico. Según especialistas y las mismas declaraciones de Putin que puso en “alerta máxima” su arsenal nuclear. “Biden debe decirle a Putin que un ataque nuclear contra Ucrania sería un acto de guerra contra Estados Unidos.”

La lucha contra la guerra es la principal bandera que debemos levantar en defensa de la humanidad toda.

https://prensaobrera.com/internacionales/contraofensiva-ucraniana-un-giro-en-la-guerra/