Opinión

14/6/2022

Un lunes negro con implicancias globales

Se esfumaron en pocas horas billones de dólares

Los mercados globales de deuda y acciones el lunes tuvieron un derrumbe que esfumó en pocas horas billones de dólares de sus tenedores, entre ellos a los bancos centrales especialmente del “primer mundo” que han acumulado en sus balances billones de dólares en bonos de deuda ante la falta de compradores y que se han derrumbado junto a las acciones.

Las compras de esos bonos fueron realizadas con planes llamados de “facilidades financieras”, que junto con las bajas de las tasas de interés fueron organizadas por el banco central de EE.UU., la Reserva Federal, en forma de varios planes de auxilio a los bancos desde la gran crisis financiera de 2008. El mecanismo fue creado para salvar a los bancos que ya comenzaban a quebrar por negocios fallidos con hipotecas y compras de bonos y acciones que se derrumbaban sin freno, como ocurrió ayer. La Reserva Federal compró los bonos desvalorizados que no tenían “mercado” (compradores) y así logró mantener a flote al sistema bancario, que sin esa ayuda se hubiese hundido como Lehman Brothers y abierto una recesión económica global.

Ese mecanismo de compra de bonos para crear una demanda desde el mismo Estado que los emite se extendió a los bancos centrales de todo el mundo. El que más ha comprado es el banco central de Japón, que tiene casi la mitad de todas las emisiones de bonos y sigue comprando. La Reserva Federal acumuló 9 billones de dólares de bonos del Tesoro y bonos respaldados por hipotecas, y ahora quieren venderlos.

Esta “experiencia” financiera ideada por el banco central de Japón, luego del derrumbe de la bolsa en 1989, ha llegado a su fin, según han anunciado las autoridades de la Reserva Federal. Y ahora viene un período de “ajuste financiero”, una reversión de lo aplicado desde 2008 para hacer frente a la creciente inflación iniciada en la salida de la pandemia con las dificultades de abastecimiento, se agravó con la suba del petróleo y los granos generada por la guerra en Ucrania y las sanciones de Estados Unidos y Europa.

Aunque los especialistas están divididos sobre la eficacia para enfrentar la inflación (la suba de las tasas de interés no van a facilitar el abastecimiento de granos, gas y petróleo), sì hay coincidencia en que van a provocar un freno a la actividad económica y agravar la caída del poder adquisitivo de los trabajadores en todo el mundo.

Argentina no es una isla

Martín Guzmán ahora está ante la decisión también de subir las tasas de interés que paga el Banco Central a los tenedores de plazos fijos y la inmensa deuda con vencimientos en el corto plazo y frenar la economía. Esto ocurre luego del derrumbe de los bonos que ajustan por inflación, o bonos CER, que tuvieron un gran castigo la semana pasada y que continuó el lunes.

El derrumbe de los “bonos CER” es parte de una baja generalizada de la deuda de los “emergentes”, se da en sintonía con una crisis de endeudamiento global. Entre las que se encuentra Argentina que no logró salir de la categoría “fronteriza” o sea de mayor riesgo que los mercados emergentes. “El endurecimiento monetario de EE.UU. sin duda erosionará el apetito por el riesgo de los inversores hacia los mercados emergentes”, sostuvo Financial Times (1/4).

“Los mercados emergentes golpeados por la peor liquidación en décadas”, titula otro artículo del FT (28/5) donde refiere a la suba de las tasas de interés y la salida de capitales de los países de la periferia de los mercados centrales.

Subas de la inflación, de las tasas de interés, la inestabilidad generada por la guerra en Ucrania y las sanciones y la desaceleración económica desencadenaron una salida de los bonos de deuda. La lista de los países con “alto grado de incumplimiento” de sus deudas se va incrementando. La lista de países con el “riesgo país” en suba incluye a Rusia, Belarús, Ucrania, Tַúnez, Argentina, Etiopía, El Salvador, Ghana, TayiKistán, Pakistán, Nigeria, Maldivia, Kenya… y sigue. Uno de cada diez países “emergentes” podría enfrentar el default de sus deudas en este año, según especialistas del J. P. Morgan.

El “lunes negro” agrava este escenario con un nuevo impulso a la salida de capitales. Por eso ayer finalizó la “primavera” con el dólar blue y comenzó un nuevo ciclo de salida de capitales. Los que vendieron bonos en pesos ahora sacan sus capitales y han subido el “contado con liqui” y el “blue”.

No debemos olvidar que los grandes“dueños” de la deuda argentina son los “fondos buitre” que negociaron la reestructuración de la deuda, los BlackRock, los Templeton, los Fidelity, etc. y la burguesía argentina. Los grandes fondos “arbitran” la deuda, nivelan hacia abajo el derrumbe. Van vendiendo sus tenencias globales cuando las condiciones financieras desmejoran, como ahora.

Desde el préstamo del FMI, la reestructuración de la deuda y el endeudamiento en pesos la burguesía en sus diversas variantes en pocos años han quemado las naves. Ha probado diversas variantes de pago de la deuda y todos fracasaron. Desde una asociación profunda del macrismo con el capital financiero, que luego del fracaso del “reendeudamiento” como forma de pago de los vencimientos de la deuda, finalizó con una estampida del dólar ante una masiva salida de capitales. Y solo episódicamente se frenó con los fondos que el FMI envió al gobierno de Mauricio Macri.

Luego de la asunción del gobierno de los Fernandez, la prolongada negociación para reestructurar la deuda ante la imposibilidad de pago finalmente cerró con un alargamiento de los vencimientos pero que incluyó el pago de intereses. El nuevo acuerdo con el FMI permitió renegociar los vencimientos en un plazo de diez años a cambio de quedar atados en una colonización del sistema económico y financiero del país. Con metas económicas revisadas trimestralmente por el FMI en déficit fiscal, emisión monetaria, tasas de interés, cronograma de pagos, tarifas, metas de inflación, brecha cambiaria.

La burguesía sin salida

El “lunes negro” y las actuales dificultades de financiamiento del Tesoro están hundiendo también la “reestructuración” de la deuda y el acuerdo con el FMI que realizó Martín Guzmán. Pero ya no hay regreso a un nuevo acuerdo ni fondos frescos del FMI.

La crisis financiera que se inició en el corazón del capitalismo en Wall Street impacta en las finanzas “globalizadas”. Turquía está padeciendo una devaluación de su moneda por la salida de capitales y el debate es si suben las tasas de interés similar a Argentina. Egipto luego de una importante devaluación de la libra egipcia no tiene dólares para la compra de granos, es el país más populoso de África.

La guerra y las sanciones desequilibraron el sistema financiero global que ahora se agrava con el “lunes negro”. Japón la “segunda” economía del mundo está padeciendo una devaluación del yen del 20 por ciento en un año, el banco central se niega subir las tasas de interés porque tienen la mayor deuda de un país del primer mundo y está por alcanzar tres veces su producto.

Los “libertarios” propagandizaron las criptomonedas como las “monedas” de un nuevo capitalismo y el cierre del Banco Central, no es casual la crisis de la interna desde el fallido acto de Milei y el hundimiento del Bitcoin. La capitalización de las criptos en seis meses cayó de 3 billones a menos de 1, las pérdidas son gigantescas. Ahora envueltos en una interna revelan lo improvisado de sus posturas y programa. Asocian en su caída a un sector del macrismo que quiere asociarlo en sus candidaturas.

Los trabajadores por una salida obrera

A diferencia de crisis financieras anteriores, ahora suben los granos, la soja y el petróleo. La alta inflación se agravará con la suba de los alimentos y el combustible. El vacío de las góndolas de aceites, harinas, etc., es el antecedente de nuevas subas. Ahora se suma el desabastecimiento de combustibles en las provincias, especialmente gasoil, lo que preanuncia nuevos tarifazos de combustibles y su traslado a mayor inflación.

La única salida al “lunes negro” es la que pueden liderar los trabajadores en la lucha contra el hambre, por el salario y por un paro activo nacional. La única salida es la huelga general, como los trabajadores han enfrentado a los “ajustes” de sus condiciones de vida.