Cientos de personas desfilaron por el local del Partido Obrero para despedir al Goyo Flores. Junto a su numerosa familia y amigos, estuvo una parte importante del activismo de los ’70, de los partidos de izquierda, de la juventud.

El acto con el cual lo homenajeamos estuvo impregnado de muchas emociones, de planteos políticos y del entrañable cariño y respeto que Gregorio supo conquistar en sus 77 años de vida. Era la despedida a un revolucionario, a un cuadro político de la clase obrera, a una parte sustancial de la historia de la lucha de clases en la Argentina. Hablaron cerca de 15 compañeros. Por el Partido Obrero lo hicieron los compañeros Néstor Pitrola y Christian Rath. Estuvieron también sus compañeros del Sitrac-Sitram, de Perkins. Hablaron representantes del PCR, de Izquierda Socialista, del PTS, del MST, de UniDHos, del Nuevo Mas, entre otros. Recibimos los saludos de la comisión interna de Kimberley Clark, del cuerpo de delegados de Volkswagen (Córdoba), de la LSR, de la COR, de Raúl Godoy por los ceramistas neuquinos, de Susana Aguad, de activistas del subte, de Kraft, de la Casa de los Trabajadores; se leyó una carta enviada por Liliana Olivero (ausente en el sur).

Particularmente emotiva fue la intervención de su hermana Juana, quien junto a Mecha y los sobrinos y sobrinos nietos estuvieron todo el tiempo sosteniendo a Goyo durante la enfermedad. Juana definió a su hermano como un gran luchador de la causa de los trabajadores y señaló su deseo de que la semilla plantada por Gregorio crezca en las nuevas generaciones.