Políticas

14/12/2022|1659

11 de febrero: plenario abierto por un congreso del FIT-U

El FIT-U en Plaza de Mayo

Desde el Partido Obrero, integrante del FIT Unidad, proponemos realizar sin demoras, un gran Congreso Nacional del Frente de Izquierda y los luchadores, que se coloque como referencia política nacional, con un programa de salida desde el campo de los trabajadores, con un plan de acción política y, desde ese lugar, con listas unitarias en las próximas elecciones para enfrentar al enemigo.

Con esta perspectiva venimos desarrollando una intensa campaña en la que se destacan el multitudinario el acto de Plaza de Mayo del pasado 29 de octubre y los actos de todo el país para poner sobre la mesa la necesidad de una intervención de los trabajadores en la crisis política y económica. Desde ese momento hasta ahora nuestra propuesta aparece aún más ajustada para impulsar esa intervención.

El balance de los tres años del gobierno del Frente de Todos para los trabajadores es lapidario, nada que celebrar. Y tampoco para alimentar “esperanzas”, como promete el kirchnerismo. Al contrario, al desastre macrista le ha seguido una profundización de los problemas más graves que padecemos.

El plan Massa, que es el del FMI, solo pretende brindarle una tabla de salvación a como dé lugar a los acreedores y a un gobierno sin dólares y sin oxígeno.

Por eso, todo el debate en la clase capitalista es si la agenda de reforma laboral, previsional, tarifaria e impositiva se hace por shock o gradualmente.

Pero no tienen otra agenda. Ni los Bullrich o los Larreta, ni Milei ni Alberto, Cristina o Massa, a quien le han delegado la tarea del ajustazo del Fondo.

El renunciamiento de Cristina a cualquier candidatura es para despejarle el panorama al establishment, a los dueños del poder, al propio Massa, que así se puede presentar ante el capital internacional como el heredero del Frente de Todos para bien o para mal. Al menos por el momento, mucha agua pasará aún bajo el puente.

La agenda que nos presentan todas las fuerzas políticas, tanto de Juntos por el Cambio como del Frente de Todos, es de derecha. Es contra los trabajadores. Es de los que fugan los capitales, de los que lucran con la deuda usuraria, de los saqueadores de nuestros recursos naturales, de nuestro trabajo, de nuestras condiciones de vida y ambientales.

Tampoco en materia de derechos democráticos se distancian tanto, como se aprecia en el sostenimiento del represor Berni, el Bullrich del kirchnerismo, o del propio Aníbal Fernández que viene de una represión salvaje al pueblo mapuche en favor de los intereses inmobiliarios de la Patagonia.

Por una alternativa política de los trabajadores

La burocracia sindical, en todos sus matices, integrada como está al Frente de Todos se pliega a esta agenda. Hace su labor de contención. No hubo un paro nacional en tres años, que debió y debe convocarse con un plan de lucha para defender los intereses de los trabajadores.

Es claro que las grandes luchas recientes, como la del Sindicato del Neumático, la de los médicos residentes y concurrentes o tantas de sindicatos docentes o autoconvocados por toda la geografía nacional, se hacen al margen de las centrales. Lo mismo ocurre con la gran lucha de la Unidad Piquetera, que ha sido vanguardia todos estos años, contra el hambre y por el trabajo genuino.

El peronismo se presenta como el Lula de Argentina, la coalición capaz de garantizar la agenda derechista del capital. Los tenebrosos bolsonaristas argentinos como Milei pescan en el río revuelto de la bronca popular, cuando son puro menemismo, puro capital financiero, puro grupos económicos, pura represión que evoca a la dictadura y, por lo tanto, la más pura “casta política”.

La derecha macrista se divide en torno de la tarea gigantesca de enfrentar a los trabajadores.

A la izquierda se le presenta una enorme responsabilidad. Porque madura un que se vayan todos, pero está marcado en la memoria popular que volvieron todos, o nunca se fueron. Solo la izquierda obrera y socialista, delimitada a fuego de todas las variantes políticas capitalistas y, por supuesto del kirchnerismo, basada en ser protagonista de las grandes luchas obreras y populares, de apoyarse en ellas y de integrar a los luchadores a sus filas, puede ponerse a la altura de las tareas de la etapa.

Por eso, el planteo del Congreso del FIT-U y los luchadores. Necesitamos una izquierda alejada de todo carrerismo electoral, que se proponga como alternativa de transformación social. Millones esperan nuestra intervención.

Por eso invitamos a luchadores, activistas y todos aquellos que concuerden a intervenir y participar de la preparación del plenario nacional, abierto, que realizaremos el próximo 11 de febrero. Que se vayan los políticos capitalistas. Por un gobierno de los trabajadores y la izquierda, por un movimiento popular con banderas socialistas.