Sindicales
3/10/2022|1655
Sutna: una lucha y triunfo de carácter histórico
Un primer balance de esta gran batalla obrera.
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Foto: Gentileza de Nicolás Parodi.
El acuerdo arrancado a las patronales por la dirección del Sutna y los trabajadores ha sido votado por unanimidad en la asamblea general del gremio del neumático. La asamblea fue un desahogo generalizado de los trabajadores que lucharon con uñas y dientes durante todo este tiempo. Las intervenciones apuntaron al gobierno, a las patronales y a la burocracia sindical, al mismo tiempo de saludar la enorme solidaridad lograda en la lucha. Esta etapa de la historia que escribe el movimiento obrero culmina de la misma manera que empezó seis meses atrás: con una multitudinaria asamblea general donde el conjunto de los trabajadores resuelve su propio destino.
Para entender el desarrollo del conflicto hay que tener en cuenta que pocas semanas antes de aquella primera asamblea general la lista Negra, que conduce el Sutna, había logrado desplazar hasta el último vestigio de la burocracia sindical “de todos los rincones del gremio”. Se conquistaba con una elección abrumadora la comisión directiva nacional junto con las seccionales de Merlo y San Fernando; se recuperaba la seccional de Llavallol y posteriormente el conjunto de los delegados de las tres grandes plantas. La dirección clasista del neumático plebiscitaba el mandato desde la recuperación del sindicato en 2016, luego de cinco años de lucha, organización obrera independiente y conquistas.
Luchas como el preventivo de crisis en Fate, el cumplimiento de pagos en Bridgestone, la discusión de estándares de producción en Pirelli, y muchas otras. Incluso bajo la pandemia, donde se defendieron el conjunto de los intereses de los compañeros, mientras la burguesía, el gobierno y la burocracia reducían sin tapujos el salario de los trabajadores.
Las condiciones para enfrentar una lucha de este porte se prepararon conscientemente durante toda la etapa precedente. Los plenarios del sindicalismo combativo encabezado por el Sutna junto al movimiento piquetero independiente con las banderas de la unidad de trabajadores ocupados y desocupados; el trabajo internacional intercambiando experiencias con otros sindicatos del rubro; todas las asambleas generales previas donde se resolvió en una de ellas el pedido de ingreso a la CGT en tanto sindicato industrial para dirigirse a sus pares del movimiento obrero; el trabajo permanente de cada seccional y delegado en cada uno de los sectores de las fábricas; todo estos elementos fueron preparatorios y puestos en juego en el desarrollo del conflicto.
Cada medida de lucha, los “ruidazos” simultáneos durante la conciliación obligatoria, los “viborazos” que comenzaban en un sector e iban sumando a su paso a todos los sectores, los paros escalonados y con un orden específico son parte del arsenal de herramientas que el Sutna y los trabajadores del neumático desplegaron en esta lucha.
Lo que se jugó en la lucha
El Sutna se disponía entonces a dar una dura batalla. Le apuntaba de frente al problema del poder adquisitivo de los trabajadores en el marco de una inflación descontrolada y ponía sobre la mesa, a través del problema de las horas habituales de fin de semana “al 200”, el conjunto del régimen laboral y sus remuneraciones, heredado de la década menemista con la complicidad de la burocracia sindical.
Frente a esto, las multinacionales Bridgestone y Pirelli, junto con el holding nacional Fate, definieron una causa común: enfrentar al Sutna y a los trabajadores hasta las últimas consecuencias. El objetivo de “quebrar por la espina” a la dirección clasista y al masivo activismo del gremio estuvo en el centro del problema durante los meses que duró el conflicto, donde las patronales ratificaron una propuesta sin moverse de ella, hasta el último día, donde tuvieron que ceder a una parte importante de los reclamos obreros. Increíblemente, algunas voces, aunque menores en la izquierda, señalaban que no eran correctas las reivindicaciones obreras. Todos ellos tuvieron que rendirse frente a la evidencia de esta enorme lucha obrera.
El Sutna y los trabajadores del neumático rompieron todas las barreras que podían presentarse en una lucha, probablemente por esto esta victoria se cuente entre las más relevantes del movimiento obrero de los últimos tiempos. No solo tuvieron que enfrentar a las patronales, sino a un Ministerio de Trabajo y al propio Moroni, que fue jugando el papel de “desgaste” de la mano de las patronales. “En algún momento se van a quebrar”, estimaron.
El error de cálculo se explica, primero, porque las patronales enfrentaron a un sector obrero fogueado en la lucha y con un “aguante” que proviene de un enorme trabajo de organización y lucha previo. La recuperación del sindicato en 2016 representó un cambio abrupto para el conjunto de los compañeros. Basta con haber dialogado con cualquier compañero del neumático para entender este problema de fondo. “Al pasado no volvemos más”. Los trabajadores del Sutna rápidamente percibieron el intento de las patronales de ir por todo. Esta lucha que movió la estantería nacional, fue, antes que nada, la defensa del conjunto de conquistas obtenidas en la última etapa. En este sentido, fueron los intentos de las patronales de Bridgestone y Pirelli de prohibir el ingreso a muchos representantes gremiales y otras medidas que fue tomando la patronal.
En Bridgestone, Jorge Toledo y los compañeros de la Negra se pusieron al frente de las asambleas de cada turno que quebraron los intentos patronales de reunir a los trabajadores a espaldas de la dirección de la seccional y el sindicato. Cuando la patronal intentó reunir trabajadores, se encontró completamente en soledad. Los compañeros habían tomado una decisión de fondo, luchar contra todas las maniobras patronales. La solidaridad y el apoyo fueron absolutos con el compañero Eduardo Mansilla frente a las conductas racistas de la multinacional japonesa. Lo mismo en Pirelli, donde Juan Anchaba, Maxi Giordano y todos los compañeros de la Negra libraron una feroz batalla contra las provocaciones patronales, el acoso de la policía y los intentos de quebrar las medidas con team líderes y facilitadores de la patronal. Más de 100 asambleas contabilizó el compañero José Meniño en Fate, donde su larga tradición de lucha hizo de este colectivo obrero un verdadero paredón frente a cualquier ataque patronal, de punta a punta en esta extensa lucha.
Al mismo tiempo, sucedió que el Sutna y su lucha se colocó en el centro de los problemas que enfrenta el conjunto del movimiento obrero que de a poco va tomando confianza y sale a dar la batalla. El ajuste y el ataque del gobierno y la burguesía a la clase obrera fue sin duda la condición para que la lucha de los compañeros se colocara en el centro de la situación política nacional. No alcanzaron las difamaciones ni las campañas macartistas de identificación del Sutna con el Partido Obrero, lanzadas por los monopolios mediáticos para colocar a la “opinión pública” en su contra. El intento de buscarle “intereses políticos”, ajenos a los intereses de los trabajadores, se derrumbó en la batalla pública que libraron los compañeros y también el propio partido con sus voceros en todos los medios de comunicación. Esta enorme batalla pública culminó por clarificarse hacia el final de esta lucha: lo que estaba en juego era derrotar el ajuste por inflación contra el salario, la mejora del salario real y no la voluntad “de los trotskistas de quedarse con la fábrica” como vociferaba Madanes Quintanilla.
Por un lado, se encontraban los trabajadores exigiendo una recomposición salarial, enfrentando el ajuste al bolsillo; y del otro, grandes patronales con ganancias récord en su historia, negando el aumento salarial e intentando aplastar a los trabajadores. En un sentido, la insistencia de todos los medios de comunicación en identificar al Sutna con el Partido Obrero, y en particular a nuestro compañero Alejandro Crespo, ha reforzado luego de este triunfo al conjunto de los luchadores independientes del gobierno y la burocracia sindical.
Los “troscos” resultaron ser quienes defienden, organizan y luchan por los intereses de los trabajadores, mientras las distintas direcciones sindicales burocráticas entregan el salario, las condiciones de trabajo y los convenios, en nombre de la “racionalidad”, es decir, la capitulación a las patronales y el gobierno. Es indudable, y las intervenciones en la asamblea general lo ratifican, que el movimiento piquetero combativo jugó un papel determinante en el conjunto de la lucha del Sutna. La Unidad Piquetera y en particular el Polo Obrero han jugado un papel de carácter estratégico. No solo han acompañado las movilizaciones del Sutna en forma multitudinaria. Su presencia en las puertas de las plantas en cada paro, cada movilización y corte de los accesos y autopistas, contó con la presencia de miles de compañeros del movimiento piquetero, completamente hermanados con los trabajadores del neumático.
La fase final
La permanencia en el Ministerio de Trabajo por parte de los compañeros de la comisión directiva del Sutna, debido a la provocación del 38%, abrió la etapa final del conflicto en la cual se precipitaron el conjunto de las determinaciones que se fueron jugando durante los cinco meses de conflicto. En primer lugar, la dirección del Sutna convocó a la huelga general por tiempo indefinido. Ésta, ya venía desarrollándose en Bridgestone frente a la negativa patronal de otorgar el ingreso a ocho compañeros con representación gremial.
La acción del ministerio de Callao rebeló a los compañeros en defensa de los reclamos, y de su propia dirección del gremio que ponía el cuerpo de lleno contra el Estado y las patronales. Todo el plan de lucha, centenares de paros escalonados, más de trescientas asambleas en las fábricas, las movilizaciones y cortes, todo ese esfuerzo previo se condensó en la medida final, que determinó que las patronales tuvieran que ceder. Meses de medidas de acción directa con paros y quite de colaboración en las plantas contribuyeron a un mercado de cubiertas desabastecido potenciando el impacto de la huelga general.
Algún trasnochado, desde algún café de su barrio, afirmó que se había tratado de un lock out patronal. Las patronales tuvieron que publicar que “cerraban temporalmente” las fábricas por la sencilla razón que no podían operar por la huelga general realizada por el colectivo obrero de cada fábrica y la permanencia obrera en las puertas de las fábricas. Tanto es así que denunciaron insistentemente en las actas del Ministerio de Trabajo las medidas adoptadas por los trabajadores y el Sutna.
El Sutna rescató todos los métodos de la clase obrera, incluida la huelga general. Un hecho notable fue que la dirección de Foetra, que no tuvo más remedio que aceptar en el plenario de delegados la solidaridad con el conflicto, sin embargo no firmó el afiche solidario por “no acordar con los métodos”, o sea con los métodos que llevaron a la victoria. Otro tanto se observó en la actitud de Palazzo y la Corriente Federal kirchnerista, que hicieron mutis por el foro hasta el final.
Desatada la huelga, la lucha política pegó un salto determinante. Se hizo eco en amplios sectores la denuncia del Sutna que la patronal y el Ministerio de Trabajo estaban intentando quebrar la negociación paritaria imponiendo su “propuesta” de hecho, pasando por encima del sindicato y los trabajadores, problema central que afectaba al conjunto del movimiento obrero. La burocracia de la CGT de los “gordos” se reunió con Alberto Fernández para exigirle “mayor firmeza” al gobierno contra el Sutna. Otro sector, encabezado por Pablo Moyano, se solidarizó públicamente con el Sutna y alertó sobre el futuro de sus propios reclamos.
La huelga se metía en la crisis de una CGT que apoya al gobierno del FMI. Otra solidaridad, que jugó un papel de enorme relevancia, fue la del Sintrabor (neumático de Brasil), relación que el Sutna viene trabajando hace tiempo. En su comunicado, el Sintrabor alertó sobre la posibilidad de un conflicto regional y aún mundial si no se resolvían favorablemente los reclamos de los trabajadores argentinos. El afiche publicado por el Sutna con la solidaridad de más de 50 sindicatos de todo el país y un sinfín de cuerpos de delegados y el total de la Unidad Piquetera, con un fuerte trabajo de la Coordinadora Sindical Clasista expresó el creciente movimiento de solidaridad.
En secuencia, se realizó una reunión de las patronales automotrices, las del neumático, la UOM y el Smata en el Ministerio de Producción, donde el “superministro” Sergio Massa anunció que dejaría importar cubiertas a las propias patronales para quebrar a los trabajadores y su lucha. La operación de Massa, excluyendo al Sutna de esa mesa, buscó crear un frente que incluyera a esos poderosos sindicatos en la extorsión. Operación que no logró su objetivo. La conferencia de prensa realizada por el Sutna ese mismo día constituyó el punto más alto de lucha política y de viraje en la comprensión sobre el rol del gobierno y del conjunto de los trabajadores.
Alejandro Crespo planteó problemas de fondo. Por un lado, denunció al gobierno de “supuestos nacionales y populares” de colocarse abiertamente del lado de las multinacionales y los holdings nacionales. Por otro lado, alertó y llamó a pronunciarse a todo el movimiento obrero, ya que con el método de importar lo que un trabajador argentino produce amenazaba cualquier acción obrera en defensa de sus reivindicaciones. Volver “a un pasado que ya conocemos” en palabras de Crespo en clara alusión a los ’90 y la dictadura). Sin lugar a dudas, esto provocó un giro en la consideración popular sobre la lucha del Sutna, recibiendo miles de adhesiones a los trabajadores.
Ese cuadro político tuvo un punto destacado en la intervención de nuestra compañera Romina Del Plá, quien denunció a Massa cara cara en la presentación del presupuesto en la Cámara de Diputados. José Meniño, en la asamblea general, destacó la presencia “de una representante nuestra en el Congreso, que le puso los puntos a Massa, nuestra diputada Romina Del Plá”. Los trabajadores repitieron durante cada movilización a las puertas del ministerio de Alem, su descontento con el superministro del ajuste y las patronales.
Sindicato Clasista
El Sutna se colocó en el centro de una crisis política y económica que procesa un gobierno que tambalea de la mano del FMI. Es, sin duda, una lucha que ocupará un lugar en la primera línea de la historia del movimiento obrero argentino por sus métodos, su orientación y por sobre todas las cosas por los enemigos de clase que logró abatir. Alejandro Crespo señaló que un sindicato que se considere verdaderamente clasista, antiburocrático y de lucha tiene que pasar inevitablemente por una tenida de fuerzas de estas características. La propia figura de Alejandro ha pegado un salto como referencia en el movimiento obrero argentino.
En esta oportunidad, nos toca la inmensa alegría revolucionaria de hacer un primer balance de esta lucha victoriosa. Sin lugar a dudas, ha sido el mejor aporte al conjunto del movimiento obrero, que tiene por delante batallas que determinarán el futuro inmediato de la clase obrera y los explotados. La construcción de una gran corriente clasista al interior de todos los sindicatos se presenta como una tarea inmediata. Una vez más, felicitaciones a todos y cada uno de los trabajadores del neumático. Unidos y adelante, por el futuro de todas las familias obreras de la Argentina.
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