Políticas
16/9/2024
A pesar del ajuste de Milei al fisco provincial, Figueroa igual se arrodilla ante el “centralismo” porteño
Aunque la coparticipación federal sigue picada, el gobernador banca la motosierra “liberfacha”.
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Un régimen institucional de base capitalista no puede ser ajeno a la crisis del capitalismo y de los intereses capitalistas que expresa esa régimen.
Como en otras partes del mundo, el régimen institucional en nuestro país pierde cada día su velo “democrático” que ha servido durante largo tiempo para ocultar su carácter de clase.
Hoy va quedando en evidencia día a día, que se trata de un régimen al servicio de los intereses del sector más concentrado del capital financiero y del imperialismo yanqui.
Las victorias políticas de Milei, dentro de las instituciones de ese régimen, están condicionadas en la medida que no logre imponer una derrota histórica de la clase obrera. Algo que no ha ocurrido al momento.
Esta crisis de régimen, que fractura a los partidos que ponen en él todas sus expectativas y su razón de ser, se traslada también a la provincias.
El caso de Neuquén es muy ilustrativo. Porque el nuevo gobernador, Rolando Figueroa, ganó la elección como candidato común de un frente de ambos lados de la “grieta” (desde libertarios, evangélicos, radicales y el PRO hasta el Frente Grande, Partido Socialista y el Movimiento Evita), pero con la base común de ser un gobierno del ajuste y la demagogia chovinista: “neuquinizate” fue su eslogan de campaña.
Por supuesto, en manos de un gobierno que sirve a los intereses de las petroleras y los grupos financieros (¡¡endeudamiento usurario serial!!), no existe la menor posibilidad de una política de cierta independencia del gobierno nacional, que expresa prácticamente a los mismos intereses del capital.
Pero lo que resulta instructivo es que el gobierno nacional de Milei-Caputo se ha dedicado a hundir financieramente a la provincia, a pesar (o por eso) que el gobierno provincial sigue siendo un aliado firme de lo esencial de la política de Milei-Caputo.
La reivindicación del gobernador neuquino acerca que “el 75% de la ley de hidrocarburos” fue elaborado por la provincia, la defensa irrestricta del Rigi y la exigencia de la pronta reglamentación de la ley que fue elaborada en un 75% por Neuquén, muestra que la defensa de lo esencial para el gran capital, no puede generar más que algún roce inocuo con el gobierno nacional.
Coparticipación, regalías e impuestos provinciales
Son las tres fuentes de ingresos fiscales de la provincia del Neuquén. La coparticipación federal viene desplomándose en términos reales (deflaccionada). Según informes hasta el mes de julio, Neuquén fue una de las tres provincias que menos fondos recibió desde Nación, solo superada por la provincia de Buenos Aires y Chubut.
Al cierre del primer trimestre la provincia había perdido más de $ 23.000 millones en concepto de transferencias de Nación. Y la caída real hasta julio inclusive ha sido del 13,1%. Apenas algo menor que la caída del “opositor” gobernador Axel Kicillof.
Las regalías en aumento, por mayor producción de hidrocarburos y más volúmenes exportados, son el verdadero sostén de las finanzas provinciales. En agosto por este concepto ingresaron al fisco provincial casi $ 320.000 millones, un 4% superior a igual mes del año anterior. Y ocurre algo similar con los impuestos provinciales, donde el impuesto a los Ingresos Brutos explica casi el 92% de esos ingresos impositivos. A pesar del peso preponderante de este impuesto que paga la actividad económica, sin embargo en lo que va del año ha sido el impuesto que menos ha crecido porcentualmente. Es que en ese lapso los otros impuestos provinciales han crecido muy por encima de la inflación local: Inmobiliario lo hizo un 287%, y Sellos lo hizo un 267%.
Este conjunto ha resultado en que el fisco neuquino terminó el primer semestre con un superávit de $ 272.000 millones. Reservados para negocios espurios y como garantía del repago de una deuda dolarizada y usuraria.
De los tres impuestos, el que es de cobro universal es el Inmobiliario, cuya base tributaria incluye a cada vivienda familiar, y no solo a la actividad económica.
Es allí donde se verifica una política impositiva regresiva, que golpea desigualmente a las clases sociales, perjudicando a las familias con menores ingresos.
Y es muy evidente, también, respecto al impuesto de Sellos (cuyo mayor volumen, por lejos, corresponde a los contratos petroleros u operaciones de exportación), que ha crecido menos que el impuesto Inmobiliario, a pesar del récord de producción y exportación. Esto es producto de las eximiciones impositivas legales que gozan varias actividades económicas y la evasión tolerada y premiada con los blanqueos.
He allí uno de los aspectos que retrata por qué, aunque Milei ajuste las transferencias de Nación al fisco provincial, el gobierno de Figueroa no puede “neuquinizarse”. Todo lo contrario se “mileíza”, porque transfiere el ajuste a los municipios, a los cuales incentivó mediante el pacto de gobernanza a aumentar la presión tributaria municipal. Hecho que ya ocurre en varios municipios con la llamada “tasa a los combustibles” y otros.
Es necesaria la apertura de los libros y las cuentas provinciales al control popular, para que las penurias impositivas de las y los trabajadores no sigan siendo el paraíso fiscal de las petroleras, bancos y la especulación inmobiliaria.