La puesta en marcha del primer tramo del Gasoducto Néstor Kirchner -que une Tratayén, en Vaca Muerta, con la localidad de Salliqueló, en la provincia de Buenos Aires- es presentado por el oficialismo como “la bala de plata” que resolverá la crisis energética del país. Sin embargo, el dominio privado de los recursos hidrocarburíferos hará que la finalización de esta obra se traduzca en mayores tarifazos para el conjunto de la población y en un agravamiento de las penurias cotidianas de quienes habitan las zonas aledañas a las explotaciones petroleras de Vaca Muerta.

En primer lugar, se supone que al destrabarse los despachos de gas con el nuevo Gasoducto, crecerá la producción en Vaca Muerta, lo cual permitirá sustituir importaciones de energía. El gobierno calcula que el ahorro de divisas por este motivo rondará los U$S 1.700 millones hasta fin de año y, a partir de 2024 -donde se estima un déficit energético cero-  el ahorro previsto llegará a los U$S 4.000 millones anuales.

Ahora bien, los pulpos petroleros que operan en el yacimiento exigirán equiparar los precios internos a los internacionales (más elevados) como condición para destinar parte de su producción incremental de gas al consumo interno, en lugar de exportarla. Recordemos que el precio del gas en boca de pozo ronda actualmente los U$S 4 por millón de BTU, mientras el precio promedio de los envíos al exterior fue de U$S 7,89 por millón de BTU en 2022.

Si el gobierno cede ante esa presión, los usuarios tendremos que afrontar nuevos tarifazos en la luz y el gas, dado que el precio del gas impacta en toda la cadena energética, al ser el insumo base de la misma. Las boletas se encarecerán todavía más si llega a haber una megadevaluación, puesto que el precio del gas en boca de pozo se encuentra dolarizado, no porque guarde relación con sus costos de producción sino para complacer a las petroleras.

Cabe destacar que el Frente de Todos ha fomentado hasta el hartazgo el negocio exportador de las petroleras, al punto tal que Massa instrumentó el decreto entreguista que había dictado Cristina Kirchner en 2013 en su pacto con Chevron, el cual establece retenciones 0% y libre disponibilidad divisas para el 20% de las exportaciones de gas y petróleo de aquellas empresas que tengan proyectos en Vaca Muerta durante más de cinco años. Lo que es seguro es que el Gasoducto facilitará las exportaciones a los países vecinos, reportando enormes ganancias para las petroleras.

El salto en la producción de Vaca Muerta que se espera a partir del Gasoducto sin dudas profundizará las problemáticas que padecen los pobladores de las zonas aledañas, como Añelo. Allí, sus habitantes deben soportar sismos a causa de las fracturas que conlleva el fracking, falta de agua porque la acaparan las petroleras (con mangueras que transportan hasta 90 millones de litros desde los ríos hacia los pozos de perforación) y contaminación debido a los residuos altamente tóxicos que se acumulan en los basureros petroleros.

Paradójicamente, solo el 35% de los hogares de la Meseta de Añelo tiene conexión a gas, viéndose obligados a comprar garrafas, utilizar energía eléctrica (por la que llegan a pagar hasta $70 mil por mes), y, en los barrios de menos recursos, “en el invierno deben calefaccionarse prendiendo basura. Las principales consultas en los centros de atención primaria son problemas respiratorios” (Tiempo Argentino, 11/6). Como vemos, del “boom” de Vaca Muerta solo se benefician los capitalistas que explotan la cuenca.

A su turno, que se hagan más pozos y fracturas en dicho reservorio de no convencional traerá aparejado nuevos accidentes laborales, fruto de la adenda petrolera firmada por Macri y la burocracia sindical, que estipula la continuidad de las tareas sin importar la velocidad del viento y aumenta los ritmos de trabajo. Sin ir más lejos, en 2022 se registraron 1.033 accidentes de trabajo en el sector, mostrando un aumento del 29% respecto al 2021.

Asimismo, la flexibilización produjo la muerte de once obreros petroleros desde 2018 a esta parte, y, este año, el gremio fue al paro como respuesta a que un operario perdió el brazo mientras realizaba tareas de mantenimiento. En abril, también tuvimos que lamentar la muerte de un trabajador de Vaca Muerte en un accidente de tránsito en las cercanías, producto del pésimo estado en el que se encuentra la ruta 151.

Finalmente, solo la nacionalización bajo control obrero de los recursos hidrocarburíferos solucionará la crisis energética de Argentina, ya que es la única vía para que dicho bien estratégico esté direccionado al desarrollo nacional, a la satisfacción de los derechos básicos de la población trabajadora y la inversión necesaria para lograr una transición energética que sea amigable con el ambiente.

https://prensaobrera.com/politicas/a-gerardo-morales-y-wado-de-pedro-los-une-la-entrega-del-litio

https://prensaobrera.com/politicas/gabriel-solano-wado-de-pedro-manzur-la-formula-de-cristina-dos-ministros-del-gobierno-fracasado-de-alberto