Políticas

16/9/2022

¿A quiénes no toca el ajuste?

El Banco Central volvió a subir la tasa de interés que paga a los bancos.

Banco Central de la República Argentina.

El Banco Central elevó otra vez la tasa de política monetaria, es decir de los intereses que le paga a los bancos, que recibirán una tasa efectiva anual del 107% por las Leliq y pases. El gobierno sigue engrosando un negocio por el cual viene de pagar en agosto más de 400.000 millones de pesos, casi la misma cifra que los recortes decretados por Massa para el resto del año en educación, salud, subsidios y obra pública.

Este enorme negocio para la banca se sostiene a costa de encarecer el crédito y el financiamiento al consumo, lo cual golpea a los trabajadores cuando crece el endeudamiento familiar por la pérdida del poder adquisitivo de los salarios. Además recalienta la inflación, y profundiza las tendencias a la recesión económica -cuando el Presupuesto 2023 ya prevé un estancamiento.

De esta manera, en el año el Banco Central terminaría pagando intereses por $3,2 billones. Es, por lejos, el principal factor de emisión monetaria, al mismo tiempo que para restringirla recortan $210 mil millones en esferas públicas fundamentales como salud, educación y vivienda, y otros $140 mil millones en obras de agua potable y urbanización, la segmentación tarifaria en luz, agua y gas; mientras quienes trabajan en discapacidad deben luchar para que les paguen en sueldo y los estudiantes tuvieron que enfrentar la baja de 40 mil jóvenes que percibían programas sociales y becas de estudio.

Para colmo esa emisión, acrecentada por el dólar soja, es reabsorbida… colocando nuevas Leliq, es decir abultando la hipoteca y generando mayores intereses a futuro. Solo esta semana el BCRA se endeudó por otros $251 mil millones, “y lleva esterilizado incluso más de lo impreso” con (el) objetivo de financiar el tipo de cambio especial para los sojeros (La Nación, 13/9/22). Así la deuda remunerada total del Central se aproxima a la delirante cifra de los $8 billones, una bola de nieve que se multiplicó por ocho en los menos de tres años de gobierno del Frente de Todos.

La decisión de volver a subir los intereses se conoce luego de la publicación del índice de inflación de agosto del 7%, y de que en el encuentro que tuvo con el FMI le exigieran a Massa “mantener las tasas de interés en niveles positivos”, para contentar a la banca y los especuladores y desincentivar el pasaje a dólares.

Esa suba también se aplica a las tasas activas, como las de las tarjetas de crédito, cuyos costos de financiamiento llegará al 77%. Se restringe así la capacidad  de consumo de los trabajadores, como grafica un informe del BBVA que muestra que durante agosto hubo una caída del 2,9% interanual en consumo realizados con tarjetas de crédito. Por otro lado, la medida eleva el costo financiero de los créditos a la producción y al comercio, un mayor costo que las patronales trasladan al precio final que pagamos los consumidores echando leña al fuego inflacionario.

Además, esto presiona también sobre las tasas de interés del Tesoro, que depende de renovar constantemente los vencimientos de bonos que están indexados a la inflación e incluso al dólar. En este cuadro si se precipitara una devaluación abrupta se desataría una corrida que podría llevarse puesto hasta el sistema bancario.

El sendero del FMI, que el gobierno se compromete a respetar a rajatablas, agrava el cuadro de usura y acelera la escalada inflacionaria. No podemos seguir siendo los trabajadores quienes paguemos la crisis, que la pague la banca y todos los capitalistas que lucran hundiendo al país.