Políticas

5/12/2024

Al final no hay planta de GNL sino solo un buque metanero

YPF y otras petroleras se suman a barco de licuefacción de gas que contrató PAE para 2027.

Foto: Google.

Hasta hace poco tiempo, la empresa YPF S.A. y su socia Petronas anunciaban una inversión de U$S 30.000 millones en diferentes etapas para concretar una planta terrestre de GNL que iba a generar ingresos de divisas por otro tanto, casi como una segunda Pampa Húmeda.

Nada de eso ha salido de los anuncios en los sucesivos eventos oficiales-empresariales donde se promete el oro y el moro a cambio de subsidios y apoyo estatal. Pero solo queda el RIGI y las exenciones que aportan las provincias y aún municipios. De las inversiones multimillonarias en dólares ahora solo queda que, tanto YPF S.A., Pampa Energía y otras petroleras, se suman al proyecto del “joint venture” Southern Energy conformado por PAE con Golar, que consiste en el alquiler de un barco licuefactor (propiedad de esta última) para amarrarlo en Punta Colorada, sobre el golfo de San Matías, en la costa de Río Negro. Un buque que tiene una capacidad de producir unas 2,5 toneladas anuales de GNL, es decir, un volumen marginal en el mercado mundial.

Alquilar el barco reduce sustancialmente las inversiones necesarias por un lado, pero hay otros elementos a tener en cuenta para entender las causas por las cuales la planta terrestre del proyecto de YPF S.A. y Petronas no ha salido de los papeles.

El déficit de infraestructura, la huelga de inversiones previas

Una planta terrestre de producción de GNL requiere no solo materia prima (gas natural), sino instalaciones de compresión y enfriamiento de ese gas y de almacenamiento, que consumen una gran cantidad de energía eléctrica.

Y aunque la Patagonia es una gran productora de energía eléctrica, lo cierto es que no hay infraestructura de redes de super alta tensión (500 Kv), que es la forma de transportar esa energía generada. En la zona que nos ocupa de Punta Colorada, a unos kilómetros de la costa, pasa una línea de 500 Kv que va desde Choele Choele hasta Madryn. Esta línea está saturada en su capacidad de transporte, al punto que nuevos proyectos de generación están trabados por esa saturación. La posibilidad anunciada de construir una segunda línea que una el valle medio del Río Negro y Madryn nunca salió de los papeles.

Entonces un tema crucial para una planta de GNL terrestre en Punta Colorada es la provisión de energía eléctrica sin líneas disponibles de alta tensión. Obviamente se puede resolver con la instalación de generadores en el sitio, pero esto aumenta la inversión y el costo de producción.

La “solución” entonces es un barco alquilado que cuenta en sí mismo con las instalaciones de compresión, enfriamiento, almacenamiento y producción de energía eléctrica. Pero eso implica que producir GNL a través del alquiler del barco no baja de entregar GNL a un precio base no menor a U$S 2,5 dólares el millón de BTU. Mientras el mercado mundial pague un precio superior (descontando el flete y otros costos), todo puede ser factible.

El barco llegará a la Argentina en el 2027 y viene de estar produciendo GNL en Camerún, donde entregó 8 millones de toneladas de GNL y cargó más de 120 buques metaneros. Es decir, una estadía de unos cuatro años en el país africano. ¿Transformó a Camerún en una Pampa Húmeda? La respuesta es un rotundo no, entonces ¿porqué lo haría en Argentina si produce desde el golfo San Matías? Los datos son elocuentes: en el año 2022 Camerún exportó la mitad de gas natural que la Argentina, y figura en el puesto 157 por el nivel de exportaciones a nivel mundial.

De modo que el barco Hilli Episeyo que Golar le alquilará a PAE, YPF S.A., Pampa y otras petroleras no movió la aguja del nivel de exportaciones ni de calidad de vida en Camerún. Es muy difícil que lo haga en Argentina.

“Nuevos socios”, viejos conocidos, y algunas cosas mas

El proyecto en Punta Colorada sumó nuevas petroleras en estos días. A las ya mencionadas, se agregó esta semana Harbour Energy, con sede en Londres. Esta petrolera, sin embargo, es una vieja conocida de PAE.

La empresa con sede en Londres (igual que Golar, la propietaria del barco), es socia de PAE en la concesión de Cuenca Marina Austral 1, en el extremo sur de nuestro país, donde también participa como operadora Total Energies (que no sería de extrañar que sea el nuevo anuncio para el proyecto en Punta Colorada). Porque el acuerdo entre PAE y Golar vió la luz, poco tiempo después que la plataforma “off shore” Fenix en Cuenca Marina Austral 1 comenzara a producir gas natural a razón de unos 10 millones de metros cúbicos por día.

Ese volumen extra no es un obstáculo para enviarlo hasta Bahía Blanca y el cono urbano bonaerense por el gasoducto San Martín, ya que este tiene una capacidad ociosa de unos 14 millones de metros cúbicos diarios. No existe estrechez de capacidad en el ducto que inicia en Tierra del Fuego. Pero las asociaciones de Harbour Energy con los socios del proyecto de GNL Punta Colorada son más extensas. Es que la empresa Harbour Energy hace apenas meses se quedó con los activos de Winthersall Dea (que pertenece a la alemana BASF y a Letterone) en Vaca Muerta, donde sus socios son PAE, YPF S.A. y Total Energy (que también está en la plataforma Fenix en Cuenca Marina Austral 1). Es decir, son todos viejos conocidos que la propaganda oficial los presenta como “nuevos actores”, lo que demuestra la atracción de un proyecto que salvaría a la Argentina de la sequedad de divisas.

El gasoducto San Martín

A falta hasta el presente de un gasoducto desde Vaca Muerta hasta Punta Colorada, el gas natural que procesará el barco licuefactor provendrá del gasoducto que viene desde Tierra del Fuego y, pasando por Bahía Blanca (donde confluye con el Neuba I y II que vienen de Neuquén), llega hasta el gran Buenos Aires. Según Enarsa, en el año 2022 ese ducto transportó 27 millones de metros cúbicos diarios. Con una capacidad nominal de alrededor de 41 millones de metros cúbicos por día, durante ese año tuvo una capacidad ociosa de unos 14 millones de metros cúbicos por día.

De modo que hasta Punta Colorada soporta bien los 10 millones de m3/día que le aporte la plataforma “off shore” de la Cuenca Marina Austral 1 (donde están todos los viejos conocidos ahora partícipes del proyecto de GNL con el barco de Golar). Pero en tal caso quedará poco margen para cualquier expansión, o el nuevo proyecto que deja trascender YPF S.A. de colocar un segundo barco en Punta Colorada.
En tal caso, quedarían dos opciones: o se construye un gasoducto desde Vaca Muerta hasta la costa rionegrina, o se establece una especie de “swap” de gas, tomando lo necesario para la expansión de otro barco del ducto San Martín, y compensando esa reducción a usinas, industrias o distribuidoras que consumen desde allí en adelante, con gas de los gasoductos Neuba I y II.

En las dos puntas (Tierra del Fuego o Vaca Muerta) los asociados en Punta Colorada son productores de gas. El swap no es una especulación porque la capacidad operativa del ducto sureño es de 30 millones de m3/día en el trayecto que pasa a la altura de Punta Colorada. Si un tercio de ese volumen lo consume el barco de Golar, la compensación para abastecer desde allí en adelante no hay forma de hacerla sin un “swap”, en la medida que no se construya un gasoducto desde Vaca Muerta hasta Punta Colorada. Pero para esto último hay que invertir.

Todo se reduce a que cuando no domina directamente la huelga de inversiones, lo que aparece es la versión bizarra de esa huelga. Todo se reduce al saqueo y punto. Por eso, sin control obrero y estatización de toda la industria energética, solo queda el saqueo de los recursos y la depredación medioambiental.

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