Políticas
5/12/2024
CPAC Argentina: Milei, entre el mundo de la fantasía y la arenga derechista
Postales del cónclave ultraconservador del Hotel Hilton.
Seguir
Una “batalla cultural” contra la izquierda.
El discurso de cierre de Javier Milei en el último evento de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), instancia que impulsan sectores de la ultraderecha internacional y tuvo esta vez como sede al exclusivo Hotel Hilton de Buenos Aires, osciló entre las arengas contra “los zurdos” y el mundo de las fantasías.
El mandatario dijo estar haciendo “el mejor gobierno de la historia”, una afirmación que solo cabe en su imaginación, y llamó a dar la “batalla cultural” contra la izquierda y el socialismo, un concepto que para él es ciertamente bastante versátil. En esta ocasión, parecía referirse tanto al socialismo propiamente dicho como a los gobiernos nacionalistas burgueses como el kirchnerismo, el PT de Brasil, etc.
Milei dijo que “no se le puede levantar la bandera blanca a la izquierda (…) no actúan desde la buena fe, sino desde una ambición criminal por el poder. Prefieren que el país colapse antes que verlo mejor (…) Por eso, no hay lugar para quienes piden lugar para el consenso. El fuego se combate con fuego. Si nos acusan de violentos, les comento que somos la reacción a más de 100 años de atropello”. Por más que en estas declaraciones haya, también, mucho de fantasioso, ya que el león supuestamente intransigente, que no ve lugar para consensos, recurrió a todo tipo de acuerdos espurios con “la casta” (gobernadores, jueces, diputados, senadores, burocracia sindical, etc.) para hacer pasar el ajuste, hay que tomarlas seriamente en lo que hace a su tono belicoso contra la izquierda, que atravesó todo su discurso. Este tipo de arengas, igual que sus descalificaciones recurrentes contra los “zurdos de mierda”, buscan crear el terreno para justificar agresiones ulteriores. Expresan, en definitiva, el temor a la intervención de los trabajadores.
Milei dio también un espaldarazo público en su intervención a Daniel Parisi, el “gordo” Dan, acusando a los medios de tergiversar su reciente mensaje en que el influencer llamó a formar el “brazo armado” del gobierno en un acto de estética fascista. Milei apeló a la misma coartada de su pupilo: que en realidad era una metáfora para referirse a los teléfonos celulares. Parisi fue uno de los oradores de una de las mesas temáticas del encuentro de la CAPC, junto a figuras de su misma calaña como Agustín Laje (de la fundación oficialista El Faro), Nahuel Sotelo (secretario de culto y civilización -sic-) y el diputado bonaerense Agustín Romo.
La ministra Patricia Bullrich, otra de las figuras del oficialismo presentes en la CPAC, también combinó la arenga represiva y la fantasía en su discurso. Se jactó de que Argentina es el país más seguro de Latinoamérica, como si fuera una extensión de la Recoleta y no un territorio golpeado en todas sus entrañas por las mafias del narcotráfico y la trata (nosotros nos seguimos preguntando dónde está Loan); apeló a estadísticas dudosas para defender su gestión y subestimar el alcance de la gravísima crisis en Rosario, y retomó todos sus ataques contra el movimiento piquetero.
Bullrich apuntó como logros de su gestión el procesamiento de referentes del movimiento de desocupados, la reforma laboral que penaliza los bloqueos fabriles, y se jactó incluso de que el gobierno pudo ejecutar, gracias a su rol como ministra, el ajuste con “paz social”, en referencia al supuesto fin de los cortes de calle, cuando lo cierto es que el año estuvo marcado por todo tipo de manifestaciones, y no solo de piqueteros: basta recordar el millón de personas que ganó las calles en la marcha universitaria y dejó en ridículo su protocolo para protestar en las veredas.
Por último, es importante advertir que un evento en que se invocó hasta el hastío la palabra “libertad” tuvo entre sus participantes a Lara Trump (nuera del magnate electo presidente de Estados Unidos, el mismo que promovió el asalto al Capitolio), Jaír Bolsonaro (que en su mensaje de video dijo que muchos de sus militantes imputados por la tentativa de golpe de Estado en Brasil “están refugiados en Argentina. Por eso, le agradezco de corazón a Milei”), Santiago Abascal (del partido franquista Vox, del Estado Español) y Branko Marinkovic (ministro de la expresidenta golpista de Bolivia, Jeanine Añez). Milei aludió, inclusive, a un eje de la libertad entre él, Trump y el salvadoreño Nayib Bukele, famoso por sus megacárceles en que los detenidos son encerrados en condiciones inhumanas. Libertad, quien no te comprende te vulnera, decía el inolvidable Miguel Abuelo.