Políticas

4/4/2022

Alberto Fernández y Boric, la “igualdad social” de los subordinados al imperialismo

La visita del presidente chileno.

Los mandatarios brindaron una conferencia de prensa

El presidente chileno Gabriel Boric, recientemente asumido, se encuentra de visita en Argentina junto a una comitiva de ministros, referentes políticos, empresarios y artistas. Ofreció una conferencia de prensa junto a Alberto Fernández y va a participar también el martes de un foro del comité de Comercio Argentina-Chile, con alrededor de 50 hombres de negocios.

Se ha hablado mucho de la afinidad personal entre los dos presidentes, unidos por los mismos gustos musicales (el chileno recibió de Fernández como obsequio para su asunción el disco “Artaud”, de Luis Alberto Spinetta), pero nadie ha recordado los buenos vínculos que el presidente argentino sostuvo con su antecesor en el cargo, el neoliberal Sebastián Piñera.

En enero del año pasado, Fernández visitó Chile. El embajador argentino Rafael Bielsa destacó entonces ante la prensa trasandina la “simpatía y cordialidad” entre ambos (La Tercera, 24/1/21). Más aún, los empresarios del país vecino señalaron ciertas continuidades respecto a la administración anterior de Mauricio Macri. Rodrigo Hinzpeter, presidente del Consejo Empresarial Chile-Argentina de la Sofofa (Sociedad de Fomento Fabril), afirmó que “las relaciones con los empresarios en general se mantienen más o menos estables, a pesar de que haya cambios de gobierno. La verdad es que hemos tenido sinceramente un muy buen tratamiento por parte del gobierno del Presidente Fernández (…) no he notado diferencia entre lo que fueron otros gobiernos y él” (ídem).

Tal vez el lazo entre los dos gobiernos se enturbió después, cuando Piñera ya era historia y lanzó, como una de sus últimas medidas, un reclamo por la plataforma continental contra la Argentina. Pero lo importante aquí es mostrar la versatilidad del presidente argentino. Y la continuidad de los negocios capitalistas, más allá del signo político de las administraciones a uno y otro lado de la Cordillera. Boric viene acompañado por Lorenzo Gazmuri, presidente de Icare (Instituto Chileno de Administración Racional de Empresas) y exvicepresidente ejecutivo del pulpo empresarial Copec, dedicado a la venta de combustibles. También participa Dante Arrigoni, el presidente de la Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas (Asimet).

Esta agenda empresaria se desenvuelve entre bambalinas, dado que los grandes medios han concentrado su atención en reclamarle a los dos gobiernos una mayor represión contra el pueblo mapuche.

Igualdad e internacionalismo

En la conferencia de prensa y en sus vísperas, las partes hicieron referencias a la “batalla contra la desigualdad”, a “resolver las desigualdades que hay en nuestro continente”, y a la “igualdad social”. Pero estas declaraciones contrastan con la política de los dos gobiernos. Fernández anudó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que va a profundizar la pobreza. Y su gobierno acaba de lanzar un ataque mediático contra las organizaciones de desocupados que acamparon contra el hambre la semana pasada.

Por el lado de Boric, que llegó al poder tras la rebelión de 2019, explotando el enorme repudio popular al régimen de los 30 años de la derecha pinochetista y la Concertación, designó como ministro de Hacienda a Mario Marcel, un economista que fue presidente del Banco Central bajo los mandatos de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera. Referentes de la propia coalición de gobierno chilena lo describen como un “defensor del credo neoliberal”. El programa de gobierno del nuevo presidente no incluye medidas de transformación social de fondo, limitándose hasta ahora el Ejecutivo a una tímida suba de impuestos que se busca consensuar con los grupos económicos.

En la conferencia se aludió también a “construir cooperación e internacionalismo”, pero en lugar de la unidad de los trabajadores latinoamericanos, tanto Fernández como Boric siguen otro camino. Fernández cultiva vínculos con Estados Unidos. Boric, por su parte, acaba de reivindicar en un reportaje con Clarín tanto la Celac como la Alianza del Pacífico, un acuerdo de libre comercio alentado por Washington.

Para los trabajadores de los dos lados de la frontera, la perspectiva es otra: la unidad socialista de América Latina.