Políticas

29/3/2023

Bullrich con la Unión Industrial: las contradicciones de un programa antiobrero

Un programa de guerra contra los trabajadores.

Bullrich junto a directivos de la UIA.

Patricia Bullrich, la presidenta del PRO, mantuvo este lunes 27 un encuentro con la mesa chica de la Unión Industrial Argentina (UIA). El convite se realizó justo el día después de que Mauricio Macri anunciara que no competirá en la interna de Juntos por el Cambio, lo que pareció subir el precio de una candidatura de Bullrich. Sin embargo, su programa de gobierno, que expuso ante los industriales, tiene múltiples contradicciones, y en resumen significa una ofensiva contra quienes viven de su trabajo.

Bullrich hizo eje en la cuestión de la reforma laboral, un viejo anhelo de la UIA. Dijo que su gobierno respaldaría a las patronales para que abaraten sus costos laborales mediante la reducción de salarios, la flexibilización de los convenios colectivos e incluso la eliminación de indemnizaciones. Este sería el plan de Bullrich para aumentar la productividad, como se ve, no sería sobre la base de aumentar las inversiones, las cuales en Argentina están estancadas.

La lideresa del PRO prometió exenciones impositivas de todo tipo para los empresarios. Pero el problema estriba en que cumplir el acuerdo con el FMI, algo que Bullrich quiere hacer, implica incrementar la presión tributaria. Estas contradicciones son una expresión de los inconvenientes que se le presentan a la clase capitalista con respecto al pacto con el Fondo, ya que lo apoya (entre otras cosas, porque le permitiría ingresar al mercado de crédito internacional) pero no quiere pagar sus consecuencias.

Asimismo, señaló que su gobierno no debería “elegir sectores empresariales que se favorezcan o que mueran”, pero planteó que avanzaría en acuerdos de libre comercio, por ejemplo con la Unión Europea. Una apertura comercial de este tipo, en el que las empresas nacionales deberán competir con otras más poderosas, llevaría a la quiebra a una parte de la industria. Además, reforzaría la subordinación de Argentina en el cuadro de la economía mundial.

Por otro lado, la presidenciable prometió eliminar el cepo cambiario. Suprimirlo llevaría a una megadevaluación, con su consecuencia en la destrucción de los salarios, el disparo del precio de las tarifas, y un aumento exponencial de la deuda en pesos que está indexada al dólar y a la inflación.

De conjunto, el de Bullrich es un programa de guerra contra la clase obrera, para recomponer la tasa de beneficio capitalista. Bullrich busca ganarse el apoyo de la mayoría de la burguesía y del imperialismo, en el marco de su disputa electoral contra el Frente de Todos, pero también contra Horacio Rodríguez Larreta en la interna del PRO.

La explosividad de estas medidas alimenta las discusiones sobre cómo hacer viable semejante programa de ajuste sin desatar una rebelión popular. Es lo que ocurrió en Francia, donde la clase obrera salió a las calles contra la reforma jubilatoria del presidente Macron. Este es el fondo de las divergencias que existen al interior del PRO entre Bullrich y Larreta; el alcalde porteño plantea aplicar el ajuste con la ayuda del peronismo y su aparato de contención.

Bullrich rechaza esa línea, aunque dijo ante los dirigentes de la UIA que sometería este paquete de medidas a una votación en el Congreso, para que todos los bloques pongan sus huellas dactilares en él.

Con todo, este intento de descargar la crisis del capital sobre los trabajadores, por parte de las patronales y sus políticos, está condicionado por el desarrollo de la crisis mundial, que está acicateando luchas populares en varios rincones del planeta, incluso en las metrópolis imperialistas (Francia, Reino Unido, Alemania, Grecia, España, etc).

Los trabajadores debemos organizarnos de forma independiente para enfrentar toda tentativa ajustadora.