Vecinos y vecinas del barrio Rodrigo Bueno que se organizan en el Polo Obrero recorrieron el llamado “barrio histórico” el domingo 29, en una actividad de campaña el Frente de Izquierda Unidad, junto a Vanina Biasi, precandidata a diputada nacional, y María del Carmen Díaz, activista por el derecho a la vivienda y precandidata a legisladora. En la recorrida se interiorizaron acerca de la situación de las familias que aun no han sido relocalizadas en el proceso de urbanización del barrio, ubicado en las cercanías de la reserva ecológica de la Ciudad de Buenos Aires.

Allí pudieron constatar la situación precaria en la que decenas de familias viven a la espera de una solución habitacional. Las denuncias se concentran sobre el Instituto de Vivienda de la Ciudad y su mecanismo de adjudicación, poco claro en cuanto a quiénes son los beneficiarios de las viviendas. Además, cuentan los vecinos que hay arreglos de punteros que responden al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y que son los garantes del cuestionado proceso de urbanización.

Parte de las casas de las familias relocalizadas han sido derrumbadas parcialmente (quedando vigas y techos sin remover) como así también la totalidad de los escombros de las paredes derrumbadas. Hoy el barrio Rodrigo Bueno se ha convertido en una zona llena de escombros. Todo esto sobre humedales cercanos al río. Este cuadro es un caldo de cultivo de distintas enfermedades, y también un juntadero de ratas y otras plagas. En el corazón de la burbuja inmobiliaria, a pocos metros las torres de Puerto Madero, la inmensa mayoría de ellas deshabitadas, los más pobres viven en condiciones de completa insalubridad y precariedad.

La crisis de vivienda en la ciudad es enorme. A metros del lujo de Puerto Madero -y mientras la Legislatura porteña viene de aprobar un negociado en beneficio de la empresa IRSA en un predio aledaño al barrio para construir torres de hasta 45 pisos- familias viven entre escombros y ratas. No es muy distinto a los vecinos del sector de Bajo Autopista en la Villa 31, que también están a la espera de ser relocalizados, e incluso alrededor de 100 familias están realizando una toma reclamando una solución habitacional.

Es necesario organizar la lucha por el derecho a la vivienda, como lo hacen hoy las 110 familias de la 21-24, que se encuentran reclamando en un predio abandonado de 600 metros cuadrados por el acceso al derecho a la vivienda y que sufren el asedio de la policía de la ciudad.

En este cuadro de enorme necesidad de un plan de viviendas para los sectores populares, las y los trabajadores se están organizando para conquistar su derecho a la vivienda digna. El Polo Obrero, a disposición de esta organización.

Desde el Partido Obrero y Frente de Izquierda Unidad exigimos la suspensión de los desalojos, la constitución de un banco de tierras y un plan de viviendas y urbanización que permita terminar con la crisis habitacional y brindar puestos de trabajo genuino, financiada con un impuesto progresivo a las tierras ociosas y el no pago de la deuda externa. Solo así podemos dar solución a la demanda de las familias trabajadoras de la ciudad y todo el país.