En la noche del sábado 4, una impresionante movilización de más de 300 personas encabezadas por la familia de Natalia Melmann sacudió el centro de Miramar con réplicas en varios puntos del país. La convocatoria se plantó contra las maniobras que buscan abrir una instancia que revea las condenas de los tres policías responsables de la violación y el asesinato de Natalia (hay un cuarto con juicio pendiente). Desde el punto de vista legal, la maniobra es un mamarracho sin el más mínimo asidero. La condena fue confirmada por Casación y la Suprema Corte Bonaerense y el recurso de queja fue rechazado por la Corte Suprema nacional. Sin embargo, el lobby de la defensa policial logró el apartamiento de los jueces de Casación bonaerense, Mariano Borinsky y Víctor Violini. El 16 de febrero deberá realizarse la audiencia que definirá si existen pruebas no tratadas en el juicio.

 

La movilización contó con la presencia de los familiares de Manolo, Laura Iglesias, Lautaro Blengio y -literalmente- decenas de casos de gatillo fácil de todo el país. El caso de Natalia es un emblema de la lucha contra la impunidad del aparato policial. La peatonal de Miramar fue copada por una columna de varias cuadras. Los vecinos y turistas detuvieron completamente sus actividades para aplaudir y expresar su respaldo. Como el año pasado, cuando la policía secuestró a Lautaro Blengio, se vio la presencia de un movimiento que cuestiona todas las estructuras policiales y políticas podridas de la Ciudad. La marcha culminó con un acto con presencia de artistas locales y unas palabras cargadas de emoción y determinación por parte de la madre de Natalia.

 

No a la revisión de las penas. Justicia para Natalia Melmann. Por el desmantelamiento del aparato represivo.