Políticas

3/10/2024

Estatismo "libertario"

Con sus ataques al salario, Milei duplicó la cantidad de trabajadores formales pobres

En promedio los asalariados perdieron 7% en el primer semestre, completando una caída del 30% en 7 años.

Siguen cayendo los salarios.

En medio de las preocupantes cifras de pobreza e indigencia, el gobierno nacional viene afirmando que los salarios “estarían” creciendo y recuperando poder adquisitivo contra la inflación. Sin embargo, todos los informes y consultoras desmienten el discurso de Milei y dan cuenta de un deterioro prolongado de salarios e ingresos populares en el tiempo, e incluso una caída durante la gestión “libertaria” que afecta particularmente a los trabajadores.

Según datos de la consultora ExQuanti los ingresos de los asalariados y ocupados cayeron más del 7%, en términos reales, durante los primeros seis meses del gobierno de Milei, tomados en cuenta datos oficiales del Indec. Este es un primer punto para desmentir la supuesta “reactivación” salarial que sustenta el gobierno.

Visto el proceso más general tenemos que estos mismos ingresos cayeron un 30%, medido desde mediados del 2017 -cuando gobernaba Mauricio Macri- hasta la actualidad, dando cuenta de un mecanismo de transferencia de ingresos desde los trabajadores hacia los capitalistas.

El 7% de caída de los ingresos entre asalariados y ocupados bajo el gobierno de Milei expresa, a su vez, un promedio, siendo los trabajadores los más afectados por el ajuste. Si desglosamos estos números tenemos que la caída se limitó al 5,29% en los estratos sociales altos, mientras que se extendió al 8,25% en el sector medio y 14,8% en los sectores más bajos.

Estos números se corresponden con los datos nacionales respecto a la pobreza, ubicada en el 52,9% de la población. Un fenómeno de los últimos tiempos, que se ha agravado con Milei, es que incluso una porción significativa de los trabajadores asalariados formales se encuentra en la pobreza.

Actualmente uno de cada tres trabajadores formales es pobre. Considerando solo los 31 centros urbanos en que el Indec hace su encuesta (donde vive algo más de la mitad de la población del país) esto extiende el universo a unos 2 millones de trabajadores que pese a contar con “trabajo estable”, paritarias y otros derechos laborales no llegan a cubrir los gastos de la Canasta Básica Total que mide el Indec, que para el mes de agosto se ubicó en $939.887.

La situación empeora entre los trabajadores informales, donde el umbral de la pobreza alcanza al 70% de los mismos, quienes además carecen de otros derechos como obra social, financiamiento bancarizado, aportes jubilaciones, ART, etc.

Según estimaciones del Instituto Gino Germani, dependiente de la Universidad de Buenos Aires, el 30% de los asalariados registrados que son pobres en la actualidad duplican las cifras del año pasado.

La orientación de Javier Milei multiplica la pobreza entre los trabajadores, con diversos medios (devaluación, inflación, techos paritarios, despidos, ajuste, etc.),  beneficiando así a las patronales que amplían sus márgenes de ganancia sobre estos recortes.

Aquí se inscribe también la reciente sanción de la reforma laboral integrada en la Ley Bases, que suprime distintos derechos laborales y abarata los despidos, dejando a los trabajadores en una situación de mayor vulnerabilidad, en medio de una crisis económica y una caída de la actividad que amenaza a miles de puestos de trabajo.

Además de las subas sistemáticas en las tarifas del transporte público, que utilizan millones de trabajadores para acudir a sus lugares de trabajo, y de los servicios básicos, como agua, luz gas, telecomunicaciones, salud, etc.

La burocracia sindical al frente de las centrales obreras, que debería estar resolviendo las medidas de acción para enfrentar esta ofensiva contra los trabajadores, se pasea por los despachos gubernamentales para negocias la continuidad de sus privilegios de casta, dando le espalda a los procesos de lucha vigentes, como la marcha universitaria, los conflictos en el transportes y en trabajadores de la salud, entre otros.

La “liberalización” económica de Milei no trae ningún beneficio para los trabajadores, a quienes, además, se les imponen nuevas cargas impositivas, como el Impuesto a las Ganancias, mientras los capitalistas gozan de regímenes de privilegio (Rigi, exenciones tributarias, etc.).

Hay que derrotar a Milei siguiendo el camino de la marcha educativa, con los trabajadores y estudiantes en las calles, organizando todos los reclamos contra la orientación política ajustadora del gobierno nacional, y así poder abrir paso a una recomposición general de los salarios e ingresos populares, y del trabajo.

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