Máximo Kirchner reunió al PJ bonaerense para oficializar la postergación del Congreso del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, que pasaría ahora para principios de noviembre. Después de un largo tiempo en el freezer, y paralizado por la crisis del Frente de Todos, el cónclave camporista-pejotista resolvió convocar al acto del “Día de la Lealtad” peronista en Plaza de Mayo.

En la reunión, Máximo blanqueó que el Frente de Todos tiene que discutir la suspensión de las Paso que pidió Teresa García, presidenta del bloque de senadores del Frente de Todos en la Legislatura bonaerense.

El acto de Plaza de Mayo será uno de los tres que están en danza en un peronismo que conmemora el 17 de octubre dividido, con la CGT yendo a Obras Sanitarias y el albertista Movimiento Evita haciendo un cabildo abierto en La Matanza. La interna del Frente de Todos tiñe el 17 de octubre y anticipa nuevas disputas por la lapicera 2023 y el próximo reparto de cargos en las listas legislativas y municipales.

¿Qué pasa con las Paso?

Un capítulo fuerte es el futuro que tengan las Paso en la provincia, que concentra el mayor caudal electoral del país. Cristina, Máximo y el kirchnerismo pretenden suspenderlas o eliminarlas de cuajo para fortalecer la alianza con los barones del conurbano y el PJ provincial.

El principal mérito que se atribuye el líder de La Cámpora y presidente formal del PJ bonaerense es haber podido alinear a los caciques pejotistas con el acto del kirchnerismo. Sin embargo, del dicho al hecho hay mucho trecho y está por verse si los intendentes van a poner el cuerpo efectivamente o si van a adherir a media máquina para seguir negociando las listas únicas en los distritos para favorecer sus reelecciones o la de sus delfines.

En el centro de esta alianza por conveniencia están las exigencias de los jefes comunales, que quieren el control directo de sus distritos borrando toda posible competencia. Se trata en todo caso de una lapicera compartida con La Cámpora, que quiere darle sustento a una jefatura del PJ provincial ampliamente cuestionada desde sus inicios por los barones. En suma, un toma y daca que se mantiene en tanto se suspendan las Paso, primero en el Congreso y luego por derivación en la provincia de Buenos Aires.

Subsidiariamente, el peronismo va quemando los cartuchos y se aferra a una división de la coalición derechista de Juntos por el Cambio vía la cancelación de las Paso. El tema en cuestión es, sin embargo, si el Frente de Todos podrá mantenerse a flote -él mismo- sin la rueda de auxilio de las Paso y no termina dividiéndose, ya que está amenazado por una derrota electoral nacional que probablemente se extienda a la provincia de Buenos Aires. La presión de los intendentes pejotistas por desactivar las Paso, para refugiarse en sus distritos, confirma que la prioridad de los barones se trasladó a los municipios para retener sus propios distritos.

También Juntos por el Cambio necesita de las Paso para definir al candidato del PRO y poder mantener la alianza de los amarillos con el radicalismo. La derecha corre al Frente de Todos pero este es el que aplica la política del FMI.

Que el Movimiento Evita vaya por su cuenta el 17 de octubre a La Matanza dice mucho sobre lo incierto de un escenario sin Paso. Por lo pronto, Emilio Pérsico y el Chino Navarro, capitostes del Movimiento Evita, anunciaron que su corriente va a disputarle a Fernando Espinoza el distrito de La Matanza con candidato propio.

El Cuervo Larroque, por su parte, puso el dedo en la llaga cuando afirmó que la situación no es buena para el futuro electoral del peronismo y trascartón se refirió a la “centralidad que va adquiriendo el movimiento obrero”. El fantasma de la enorme lucha del Sutna recorre la geografía provincial y nacional y pone en escena la necesidad de una intervención de los trabajadores en la crisis política para derrotar el ajuste fondomonetarista. Larroque lanza esta advertencia a las burocracias sindicales para que desactiven los reclamos salariales y entierren las paritarias.

Fuera los políticos capitalistas

El acto del Partido Obrero del 29 de octubre coloca en discusión en el Frente de Izquierda y todo el activismo obrero la construcción de un movimiento popular con banderas socialistas para luchar por una salida y un programa de reorganización social bajo la dirección de la clase obrera. Fuera los políticos capitalistas.