El miércoles 12 por la mañana se realizó una contundente movilización hacia el Municipio en San Justo, para exigir justicia por Limber Valero, fusilado con un tiro en el pecho, el 16 de marzo, en medio de una balacera producida por narcotraficantes que operan en Villa Celina y que hirieron gravemente a otro vecino.

Este crimen conmocionó a esa localidad que se levantó frente a este hecho.

El poder político prepara la impunidad

En pocos días se cumplirá un mes y la causa no tiene ningún culpable ni sospechoso del homicidio. Es que recién la semana pasada entró en tratamiento en la Unidad Funcional de Instrucciones y Juicio de Homicidio a cargo de Karina Licardi. Según la fiscalía, la Comisaría N° 6 de Villa Celina demoró ¡15 días! para elevar la denuncia a la Fiscalía.

La demora de dos semanas afecta de lleno la causa, con lo cual también reclamamos que esa tardanza debe ser investigada y estas actitudes encubridoras de parte de la policía son el tejido de la impunidad que quieren garantizarle al narco en Celina. La comisaría debería ser inmediatamente intervenida por el Poder Judicial. Luego de los hechos, cambiaron al comisario pero eso no resolvió nada.

La familia Valero vive a pocos metros de los búnker donde opera la banda que sigue vendiendo droga en el barrio con total libertad, a pesar de que fueron desmantelados por los propios vecinos en medio de la furia. Mientras los familiares de las víctimas no tienen ningún tipo de protección, esta red narco tiene la zona libre.

Hay videos de cámaras vecinales donde se ven personas dando tiros al aire en forma de amedrentamiento, tratando de imponer el miedo a los habitantes de esas inmediaciones.

¿Cómo no temer si estas bandas tienen el amparo del poder político? No hay ninguna otra explicación más que la connivencia policial, judicial y del poder político del distrito.

Después del crimen del chofer de la Línea 620 y la brutal criminalización a los compañeros de esa línea, aparecieron retenes policiales y cacheos en el trasporte, un hostigamiento a los usuarios de los barrios humildes con la intención de hacer una demagogia derechista. Pero, mientras tanto, los barrios son una “boca de lobo” sin iluminación, sin asfalto, y ahora con el frío y las lluvias que llegarán, sin red de energía básica.

Espinoza y Kicillof son responsables. Fuera Berni

Las consignas de la movilización son clave: Basta de zonas liberadas. Espinoza y Kicillof son responsables. Fuera Berni. No a la impunidad. Urbanización de los barrios.

Las personas que presentaron testimonios sobre el caso en esa comisaría denuncian que a varios vecinos se la desestimaron y hasta llegaron a ¡arrojarlas a la basura!

El maltrato y la discriminación por parte del Estado a los trabajadores/as que habitan Celina son constantes. Con una población migrante que se caracteriza por ser la más superexplotada en las peores condiciones, se le suma la falta de urbanización y de servicios públicos esenciales.

Las fuerzas de seguridad, la Bonaerense, en primer lugar, son un factor clave del avance del narcotráfico y el delito. Defienden un negocio multimillonario de los intendentes, gobernadores, jueces y comisarios que embolsan millones de pesos por día.

Frente único y movilización popular

Las organizaciones del frente de lucha piquetero que se solidarizaron participaron de las reuniones previas y de la movilización (M.A.R – M.B.T – MTR 12 de Abril). Será fundamental el frente único para tener en los barrios una red de organizaciones que podamos responder con la movilización popular, para denunciar que las bandas narcos operan con la tranquilidad que brinda la Bonaerense y el aparato represivo, liberando la zona para el delito y cuidando sus negociados multimillonarios, que terminan en los bancos para el lavado de dinero y el enriquecimiento de un puñado de zánganos enquistados en el poder hace décadas.

El problema del narco no es solo la inseguridad y las balaceras. La descomposición social afecta a las familias obreras, que padecen las adicciones en sus hijos, hermanos, nietos, que caen en la venta para ser “soldaditos” o en la propia adicción que no tiene salida, ya que el Estado está para garantizar la viabilización del narcotráfico y no para atender a los que sufren el flagelo de la droga. Hoy, los centros de atención para adicciones están en manos de las iglesias y ONG cristianas y evangélicas.

Es necesario desarrollar un frente único en cada barrio, hacer asambleas que traten el problema, unir fuerzas y denunciar al poder político de cada municipio. Estar organizados y luchar de manera conjunta. Contraponer al miedo y la impunidad, la organización obrera. Es el único camino para lograr el desmantelamiento de la repodrida Bonaerense y conquistar las reivindicaciones vecinales.

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