Políticas
3/5/2024
Córdoba: despidos y suspensiones en la industria
El plan contractivo de Milei, que Llaryora apoya, tiende a la depresión económica que pagamos los trabajadores.
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Industria automotriz.
La Secretaría de Trabajo de la provincia de Córdoba informó que existen 43 empresas que han iniciado procedimientos preventivos de crisis. Para no quebrar, se les da a las empresas una serie de facilidades a los fines de ‘’reconducir’’ la empresa. De esta forma, avalan los retiros voluntarios, suspensiones, jubilaciones anticipadas, prácticamente medidas extorsivas para despedir trabajadores. Además de permitir a las empresas llegar a acuerdos más laxos con sus acreedores, para cancelar sus deudas.
En este marco han avanzado alrededor de 8.000 suspensiones, las que han llegado a reducir un 50% los ingresos de los trabajadores suspendidos.
Esta situación es resistida por la intervención de los trabajadores, como sucede en Weg, o en la Petroquímica de Río Tercero. La pérdida de puestos de trabajo es una de las consecuencias de la política económica del presidente Javier Milei.
Según La Voz del Interior: ‘’Afectados hay 7.851 trabajadores: todos con suspensiones de jornada de diversa magnitud y reducciones salariales. Renault anunció que no renovará 270 contratos a trabajadores de su planta de Córdoba; donde tiene (…) abiertos retiros voluntarios; Toyota Argentina avisó al Smata la apertura de un plan de retiros para reducir 400 puestos de trabajo en Zárate, Buenos Aires”.
Este dato es parcial, ya que no cuenta los despidos y las no renovaciones de contratos que se llevan a cabo en el comercio y otros rubros industriales. Este dato deja de lado al trabajo no registrado: los primeros trabajadores en quedarse sin trabajo o ser suspendidos. Son familias enteras que ven liquidados sus ingresos.
La ofensiva laboral avanza al ritmo que imponen los empresarios, banqueros, financistas y el FMI. Ya no solo hay una inflación proyectada cercana al 190% (según el FMI, que seguramente se quede corto), una devaluación que hundió los salarios pero que ya quedó ‘’retrasada’’ respecto de la inflación, y una nueva caída del PBI pronosticada hacia este año, sino que varias Pymes cierran sus puertas mientras las grandes empresas recortan su producción y las inversiones, y el consumo se encuentran profundamente retraído. Un cóctel que tiende de la recesión a la depresión.
El supuesto repunte económico en “V” del que se habla, si ocurriera, tendría como base un desplome de la economía de la clase obrera. La realidad es que la destrucción de puestos de trabajo contrae todavía más el consumo, que ya viene fuertemente golpeado por la licuación de ingresos. El “ajuste de precios” no tiene fin producto de los tarifazos en los servicios públicos, por los cuales la inflación se mantendrá alta.
Así, mientras la mayoría de los trabajadores son pobres, los sojeros presionan por una nueva devaluación del tipo de cambio, bajo el argumento de que “Argentina está cara en dólares”. Lo que ocultan es lo “barato” que es el salario que pagan.
En los primeros 134 días del gobierno nacional “el resultado financiero positivo fue del 0,5% del PBI, que se complementó con un saldo comercial favorable, generando lo que se conoce como ‘superávits gemelos’, tanto fiscal como comercial”, se publicó en Perfil. Pero estos resultados son en base no solo a la motosierra y la licuadora que desplomó las jubilaciones o congeló la obra pública, sino incluso a costa de endeudarse en dólares y de atrasar pagos multimillonarios como sucede con la generación eléctrica.
El promedio de las remuneraciones de los trabajadores ha caído un 23,9% en el primer cuatrimestre, según el Ripte. El salario promedio es de $619.007, es decir que el promedio de los trabajadores se encuentran bajo la línea de la pobreza, ya que la canasta básica (sin alquiler) ronda los $773.385. Pero, el ingreso promedio per cápita es de $156.309, según el Indec.
El FMI anticipó una contracción económica del 2,8% del Producto Bruto Interno para este 2024, siendo una predicción austera, ya que algunos plantean una caída cercana a los 3,5%. El plan del gobierno parece ser una miseria creciente, una depresión promovida por las medidas de Milei.
Llaryora señaló que el Ejecutivo nacional “no tenía un plan productivo”, para luego volver a apoyar a Milei y abandonar su discurso “productivista” de ocasión. El Ministerio de Trabajo de la provincia actúa en favor de las patronales ante los conflictos, como en Mabe, que incluso recibió fuertes subsidios.
La burocracia sindical que está enrolada en el gobierno provincial no organiza un plan de lucha. No acusa recibo de los despidos en la industria, ni las medidas y reforma laboral que Milei quiere imponer en el Congreso.
La salida para los trabajadores
Ante los despidos y suspensiones debemos organizarnos en comités de lucha para defender nuestros puestos de trabajo y reclamar que se abran los libros de las empresas al control obrero para determinar el estado real de sus cuentas, lo cual mostraría el margen para ajustar sobre las ganancias antes que sobre los salarios y puestos de trabajo.
En oposición a la entrega de la burocracia, el pasado 18 de abril se realizó una importante asamblea de trabajadores ocupados y desocupados que votó resoluciones para favorecer una intervención independiente de los trabajadores.
Es vital desarrollar a fondo las resoluciones de la asamblea. Impulsaremos una tendencia a la acción independiente levantando un programa de salida a la crisis desde la clase trabajadora. Para luchar por el salario, contra los despidos y suspensiones, contra los tarifazos e impuestos al salario, por alimentos para los comedores y asistencia social, contra el pacto ajustador del FMI, en defensa de la educación, la salud pública, por la libertad de expresión y el derecho a protestar, debemos organizar la huelga general. El plan recesivo y ajustador de Milei, su DNU y la Ley Ómnibus, el protocolo de Bullrich, deben caer.
El movimiento obrero tiene una agenda para enfrentar el ajuste del gobierno y las patronales. A la motosierra de Milei y Llaryora se la puede parar con la movilización popular, como las movilizaciones de masas realizadas el 8 y 24 de marzo, o la marcha federal educativa del 23 de abril, que demolieron la justificación paralizante de que “la gente no da”: todo lo contrario, hay reservas de lucha. Este 9 de mayo vamos a un paro activo ¡Preparemos la huelga general!