Con el 95% de las mesas escrutadas de la elección cordobesa, los resultados marcan que el oficialismo peronista retiene la gobernación con el 42,76% de los votos, con su candidato Martín Llaryora. Luis Juez, de Juntos por el Cambio, se queda en segundo lugar con el 39,76%. Luego se ubican Encuentro Vecinal Córdoba (3%), el liberal Spaccesi (2,5%), y el Frente de Izquierda Unidad, que obtiene un 2,37% para el tramo de gobernadora y un 3% para el tramo legisladores. En sexto lugar se ubica la alianza “Creo en Córdoba de Todos”, del gobierno nacional, con el 2,1%. La lista del facho-liberal Javier Milei obtiene apenas el 0,5% y luego se ubica el Nuevo Más con el 0,3%. Un dato que se repite en Córdoba es el nivel de abstención: 32%, la más alta desde la vuelta de la democracia.

La jornada estuvo teñida por una serie de graves irregularidades a la hora del conteo provisorio, que nunca terminó. Las autoridades designadas por la Junta Electoral en cada escuela impidieron el ingreso de los fiscales a las mesas de conteo y en algunos casos los echaron de la escuela con la policía. Ello llevó a que el FIT-U hiciera una denuncia formal en tiempo real. En muchos casos faltaron los técnicos que debían manejar el sistema y se terminó improvisando un escrutinio tradicional llenado a mano. En otros muchos casos, los datos de las mesas nunca llegaron por falta de conectividad en las escuelas. La Junta Electoral se dedicó a establecer excusas generales mediáticas, mientras hacía la vista gorda frente a las irregularidades. En la mañana del lunes, el Tribunal Superior de Justicia anunció el inicio de un proceso de investigación sobre la excesiva demora del escrutinio provisorio.

La elección polarizada entre los candidatos del oficialismo y de la oposición de Juntos por el Cambio dejó un resultado desigual en los tramos que eligieron legisladores y los que eligieron a los integrantes del Tribunal de Cuentas provincial (donde se imponía la oposición). Hasta el momento, Juntos por el Cambio se quedaría con 14 legisladores por departamento y 20 por distrito único, mientras que el oficialismo obtiene 12 legisladores por departamento y 20 por distrito único. No obstante, esto puede cambiar en el escrutinio definitivo, porque en algunos departamentos existe una diferencia escasa. Los otros cuatros legisladores quedaron repartidos de la siguiente manera: uno para Encuentro Vecinal, uno para Spaccesi, uno para el FIT-U y uno para la lista kirchnerista. Así las cosas, por primera vez desde la dictadura militar, el oficialismo será minoría en el parlamento local.

El resultado principal de la elección provincial refleja la carrera derechista en la cual se embarcaron todos los candidatos capitalistas, haciendo eje incluso en el ajuste y en una profundización de la represión contra los reclamos populares. Esos planteos fueron impuestos por la oposición derechista (Juez, De Loredo, fachos-liberales) y copiada por el propio gobierno de Schiaretti. Hay que recordar que, al inicio de la campaña, el gobierno provincial procedió a perseguir e imputar a dirigentes sociales y sindicales por movilizarse, y posteriormente intentó sumarse al armado de Juntos por el Cambio a nivel nacional. En los últimos días, el gobernador electo Llaryora apoyó la reforma constitucional reaccionaria de Jujuy y la brutal represión de Gerardo Morales.

El otro dato de la elección es el derrumbe de la lista del gobierno nacional, que terminó en sexto lugar. El kirchnerismo ha venido sacando aproximadamente un 10% en las oportunidades en que se presentó en Córdoba en los últimos años; en esta oportunidad se desplomó obteniendo un 2%, un producto del fracaso del gobierno de los Fernández y de Massa, y también de la propia postura derechista asumida por la lista local, que llevó como principales referentes a personajes vinculados a la figura de De la Sota.

En un cuadro difícil, marcado por la polarización electoral, la carrera derechista y el despliegue del enorme aparato punteril del gobierno en las barriadas, el FIT-U alcanzó un 60% de los votos que obtuvo en 2019 (entre el FIT y el MST), posibilitando el ingreso una bancada de izquierda que rotará entre las cuatro fuerzas. Esas son las razones principales del retroceso del FIT-U, pero también hay que decir que la campaña tuvo serios problemas por la ausencia parcial de IS, que activó la última semana, y la borrada total del PTS. El Partido Obrero, por el contrario, desplegó una enorme campaña de movilización política del activismo que lucha en la provincia. La importante militancia que sumó a la campaña abre un cuadro de desarrollo político para afrontar los desafíos que se vienen. Ahora vamos con todo a una campaña nacional en apoyo a la candidatura presidencial de Gabriel Solano.

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