Políticas

21/2/2022

Córdoba: subsidios al transporte, un debate entre ajustadores

La renta empresaria en el centro del problema que los gobiernos de Nación y Provincia no cuestionan.

Foto: Archivo Prensa Obrera

Los cruces entre el gobierno provincial y el nacional en torno a los subsidios en el transporte suman nuevos capítulos. Es que el acuerdo con el FMI traerá como exigencias la reducción del “déficit fiscal”, y por lo tanto un recorte de los fondos que se destinaban a las empresas de transporte. Así las cosas, unas y otras gestiones pretenden pagar el menor costo político de nuevos aumentos del boleto.

Además, el gobernador Schiaretti eligió el servicio de colectivos como punto de delimitación con la gestión de Alberto Fernández. Mientras busca diferenciarse del gobierno nacional, en Córdoba Capital ya se impuso un aumento del 19 % en el boleto de colectivo. En el Concejo Deliberante, solo el FIT rechazó el tarifazo y propuso congelar el precio del boleto. Lo que da cuenta del alineamiento del PJ provincial y nacional con subas en el costo del servicio.

En los últimos días, el PJ provincial hizo saber que presentará en el Congreso de la Nación un proyecto de ley sobre subsidios, para que se “garantice el reparto equitativo para las provincias”. La iniciativa, también denominada “boleto federal”, es apoyada por las intendencias de Santa Fe y Rosario.

El gobierno nacional respondió que “Córdoba es la que más subsidios recibe”, las declaraciones de Marcos Farina, funcionario del Ministerio de Transporte. La citada fuente también afirmó que “en 2017, cuando se firmó el Pacto Fiscal, los gobiernos provinciales acordaron hacerse cargo del transporte”.

Sin embargo, las diferencias entre los distintos partidos capitalistas, en torno a cómo repartir los subsidios, parte de una coincidencia esencial, que consiste en defender la renta de las empresas. Se sabe los subsidios se entregan de acuerdo a las unidades que las empresas declaran mantener en funcionamiento.

En Córdoba capital, lo sucedido con la empresa Ersa es un caso testigo de un vaciamiento del transporte urbano, esto se realiza, en parte, porque la gestión capitalista del sistema se sostiene por los subsidios manejados sin ningún tipo de control. Solo el FIT pidió la suspensión de la licencia de una empresa que incumplió con creces el marco regulatorio.

El gobierno municipal de Martin Llaryora publicita una supuesta mejora en el servicio, Sin embargo, en los días de semana la realidad da cuenta de colectivos repletos, demoras en la frecuencia, zonas de la ciudad incomunicadas. En Córdoba se paga caro por un servicio deficiente, esto es así, y cabe volver a reiterarlo, a pesar de los subsidios que las empresas manejan a discreción.

Tenemos por lo tanto que nadie cuestiona a las empresas, sin importar el servicio que brindan. En ese sentido, salta a la vista la falta de inversión que por concesión deberían de garantizar. Por supuesto que a quienes gobiernan menos les importa el salario de choferes y el personal que trabaja en el sistema de transporte. De hecho, hace años que también vienen perdiendo como la guerra frente a la inflación. La burocracia sindical acompaña esta orientación de pérdida de derechos laborales y de calidad de servicio para lxs usuarios.

En este cuadro, una salida debe tener como punto de partida la apertura de los libros contables de las empresas del transporte. Es necesario saber en qué se usaron los fondos de los subsidios, cuáles han sido las ganancias de los grupos empresarios durante los últimos años. En este punto, el planteo de un control de trabajadores y de usuarixs, mediante una comisión con mandatos electos y revocables, adquiere toda una trascendencia para garantizar el derecho al transporte, y el convenio colectivo de trabajo.

A la suba del boleto, al deficiente servicio, es necesario oponerse con una acción independiente desde el campo de lxs trabajadores, que tenga como planteo estratégico la estatización.

En conclusión, los debates entre políticos patronales están muy lejos de resolver las necesidades de trabajadores y de usuarixs. Todos quienes gobernaron nación y provincia sostienen el parasitismo de las empresas y los negociados con los fondos estatales. Por eso, en los cruces por los subsidios asistimos a un debate entre ajustadores.