Políticas
25/5/2025
Mendoza
Crisis en el Concejo Deliberante de Guaymallén y un intendente sin autoridad
Tras el escándalo público del concejal radical Miqueas Burgoa.
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Interna de camarillas entre funcionarios propatronales.
El escándalo público del concejal radical Miqueas Burgoa, que conducía ebrio con 1.20 de alcohol en sangre y para salvarse de la infracción chapeó ser funcionario y su amistad con el intendente de General Alvear, ha desatado una crisis en Guaymallén.
Esta actitud demuestra cómo los funcionarios propatronales son una camarilla que intenta constantemente utilizar ciertos privilegios para beneficio personal.
La réplica de la noticia en todos los medios y las posteriores declaraciones del intendente Marcos Calvente diciendo que si fuera funcionario del Ejecutivo le pediría la renuncia -lo cual nunca se efectivizó-, deja en evidencia la crisis oficialista.
Pero este pedido es para salvarle la ropa al concejal radical, que expone no solo su persona sino también al partido que detenta el poder.
Ninguno de los concejales procalventistas, ni los ligados a Marcelino Iglesias que digita la presidencia del HCD, tomaron el guante y dejaron pasar la situación, desautorizando al intendente que no puede ordenar su bloque y disciplinar a un concejal díscolo.
Luego el concejal Burgoa devolvió las declaraciones con una carta pública pidiendo disculpas y desmintiendo los hechos, que luego fueron contradichos en la sesión del Concejo Deliberante porque se hizo pública el acta policial que daba por cierto el escándalo.
Aun así Burgoa sigue sin renunciar y la oposición del peronismo presentó un pedido de destitución que no fue tratado en esa sesión e ingresó para la próxima.
La disputa radical de Guaymallén
Los hechos revelan que Guaymallén se está transformando en el campo de batalla político provincial.
Tal es así que hasta el gobernador Alfredo Cornejo se pronunció en sintonía con Calvente, dándole apoyo pero también una voz de mando que por el momento sigue sin obedecerse.
Burgoa no solo es díscolo de Calvente, sino que también los entre dichos dicen que es parte del armado del exgobernador Rodolfo Suárez que quiere disputar a Cornejo la sucesión de la gobernación a manos de Ulpiano.
También entran en el juego los ligados a Marcelino Iglesias, que ofician de opositores de Calvente dentro del Concejo y desde la voz de la presidencia minimizaron el hecho, aludiendo a que fue un episodio fuera de sus responsabilidades institucionales.
La descripción de las tres líneas revela lo partido que se encuentra el radicalismo, y cómo esta situación se presenta para ver a quién se le tuerce el brazo en el departamento más populoso de la provincia y logra imponerse en esta pelea de camarillas.
Una oposición tilinga
La oposición es un punto aparte y sin rumbo. El peronismo presentó un proyecto de destitución pero sin trascendencia, intentando colocarse como “los buenos muchachos”, y la Unión Mendocina le reclama al intendente que resuelve la interna en su bloque; se exculpan para no fijar una posición clara.
Mientras tanto ni unos ni otros han presentado un solo proyecto o iniciativa que ponga en discusión el salario municipal, un plan real de vivienda y obra pública y de urbanización, entre tantos reclamos populares.
Por el contrario, el peronismo conduce el sindicato municipal oficia de un anexo del departamento Ejecutivo al no oponerse a nada, ni en el Concejo Deliberante ni en la lucha sindical, y la Unión Mendocina parece parte de la presidencia del HCD al no cuestionar absolutamente nada del mismo.
Por una salida de los trabajadores y los sectores populares
La disputa interna radical, la crisis de autoridad y una oposición tilinga, plantean la necesidad de que los trabajadores reforcemos desde abajo una salida política propia.
No podemos recaer en problemas e internas que no son nuestros, ya que la necesidad de resolver los salarios municipales, la obra pública en los barrios, un plan de vivienda, la verdadera lucha contra la casta corrupta y la creación de puestos de trabajo genuino son nuestra prioridad.
La única manera es fortalecer una fuerza política consecuente con estos reclamos, con su lucha y progreso. Como los acontecimientos lo demuestran, siempre ha sido la izquierda.
Para que se vayan los Calvente, Marcelinos, Cornejos y superar a una oposición que no se opone, sumate al Partido Obrero en el Frente de Izquierda por el salario, la obra pública, un plan de viviendas, y todos los reclamos populares.

