Políticas
22/5/2025
Editorial
Dólar "libre", trabajo esclavo
Hay que frenarlos con la huelga general.

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Metalúrgicos en huelga en Tierra del Fuego.
La victoria de Adorni en las elecciones de la Capital parece haberle dado al gobierno un nuevo impulso para avanzar en su plan de reformas. Aunque medido en relación al padrón, los votos al oficialismo no alcanzaron el 16%, el gobierno anunció con menos de 24 horas de distancia en primer lugar, un megadecreto de prohibición del derecho a huelga, y luego un plan improvisado de liberalización de los controles a los dólares (y pesos) no declarados (o “bajo el colchón”).
El decretazo antihuelgas sigue la misma base que la establecida en su momento en el DNU 70/23 (y que fue frenada en la justicia), y luego incluida en los capítulos laborales que quedaron por fuera de la Ley Bases. Se trata, ni más ni menos, que de encorsetar a la fuerza de trabajo para prohibir el derecho a huelga, en un cuadro de confiscación salarial (con los topes paritarios) y jubilatoria todos los meses. Y en el cual se ejecuta, cada miércoles, un intento de sitiar el Congreso que llevó, esta semana a una virtual cacería con detenciones y heridas contra los jubilados que reclaman contra las jubilaciones de miseria.
El gobierno de la “libertad” muestra así su naturaleza de clase: no sólo impone el poder salvaje del Estado para rebajar jubilaciones, lo impone para fijar el precio de la fuerza de trabajo y lo vuelve a imponer nada más y nada menos que para impedir que los trabajadores puedan negarse colectivamente a trabajar, ejerciendo el derecho a huelga. Se trata de una dictadura patronal de la peor calaña, con cada vez menos ropa democrática.
El placebo del blanqueo y la deuda
Para que estas medidas confiscatorias sean “electoralmente viables”, el gobierno recurrió al (recontra)remanido recurso de la apreciación cambiaria para permitirle a un sector de la clase media un acceso a un mercado mundial abaratado por el dólar accesible. Los 20.000 millones de dólares puestos por el FMI vinieron al rescate de esta política cuando el gobierno rascaba el fondo de la olla de las reservas para garantizar el pago de la deuda externa. La contrapartida es una nueva embestida de “reformas estructurales”: para imponerlas es central para el gobierno golpear el derecho a huelga. Por eso el decreto.
Pero pasado el impacto del acuerdo, la incapacidad de acumular reservas vuelve a ponerse en evidencia, y el imcumplimiento de las metas colocadas por el Fondo para el mes de junio va a poner en debate tarde o temprano, de nuevo, la cuestión de la devaluación monetaria.
Por eso el gobierno recurre a la medida cuasi desesperada de “liberar” la circulación de dólares “bajo el colchón”, que antes estaban sometidos a controles del Arca (ex Afip) sobre su origen. Con este objetivo, eleva los topes y libera, además, toda una serie de transacciones, de la obligación de ser informadas al fisco. Estas medidas fueron cuestionadas por el propio FMI porque, de cumplirse, serían un paso en favor de la legalización del lavado de activos. Pero, justamente por su carácter precario, su viabilidad será dudosa.
Bien miradas, las medidas son complementarias. El gobierno que encorseta la economía y los salarios con un brutal ajuste pretende compensar sus efectos volcando a la circulación monetaria el ahorro que hasta ahora se viene manejando por fuera del sistema bancario. Los dólares que no puede acumular a través de la exportación, por el dólar barato, pretende obtenerlos de los ahorros bajo el colchon de la clase media.
Pero el placebo de los dólares del Fondo garantizando el dólar barato y la liberalización tienen corto vuelo, en una economía donde gran parte del sector industrial está yendo a la quiebra, y los salarios y jubilaciones se hunden. Y acumulan contradicciones brutales en la medida que se liberaliza y expande el crédito en dólares en un país que depende del crédito externo y del Fondo Monetario para mantener el tipo de cambio y es insolvente para el pago de su deuda externa. El gobierno se juega a fondo porque sabe que la precariedad de este armado dependiente de la deuda solamente podría superarse por la vía de un nuevo ciclo de negocios, para el cual quiere tentar al capital internacional. Pero la “lluvia de inversiones” -que ya prometió Macri- aparece bloqueada en un marco de crisis mundial arancelaria, guerras comerciales y por las mismas dudas en los circuitos capitalistas sobre la debilidad del armado de Milei.
Mientras tanto, la transformación de la Argentina en una suerte de paraíso fiscal de los flujos en negro va a tener consecuencias de fondo, consolidando todos los esquemas de lavado en favor del narcotráfico, la trata de personas, la esclavitud laboral y los negociados de toda esa calaña. Las consecuencias las van a vivir los barrios populares, donde más pega la descomposición social, y que están especialmente golpeados, no solo por la pobreza y las mafias narco, sino además por el racismo y la estigmatización con la que el gobierno pretende dividir a la clase trabajadora.
Los “republicanos” venden la república, la CGT el derecho a huelga
La semana también nos dejó ejemplos de sobra del “republicanismo” de los “demócratas” patronales. El ejemplo lo dio Lospennato, que enfrentó al candidato oficialista hablando de la defensa de los jubilados solamente para bajarse, tres días después, del quórum en la sesión del Congreso que podía reflotar la moratoria previsional. El mismo día, el gobierno se llevó presos a tres fotógrafos, uno de ellos con la bota en la cabeza como ocurrió con el asesinado George Floyd en los Estados Unidos. Los “republicanos” sacrifican las “instituciones” y la “defensa de la libertad de prensa” cuando se trata de cuidarle… la espalda al gobierno que revienta a la clase obrera.
El mismo ejemplo nos dio la CGT, que respondió al decretazo antihuelgas del gobierno con… un comunicado intrascendente y el anuncio de medidas judiciales. Mientras toda la isla grande de Tierra del Fuego arde bajo la lucha contra los despidos, brillan por su ausencia las medidas nacionales de apoyo. El peronismo se desarma en el Congreso mientras sus gobernadores aliados le dan aire al oficialismo. En el fondo, la oposición entrega todas sus supuestas más preciadas banderas al altar de reconstruir un ciclo de negocios del gran capital minero, agrario, petrolero y financiero.
Son estas condiciones las que permiten darle aire y alimentar las expectativas de triunfo electoral de un gobierno que ejecuta una sistemática y planificada masacre social. Para los sectores combativos del movimiento obrero, está planteada una campaña a fondo contra el decreto antihuelgas, por el salario, contra los despidos y contra toda la entrega de la burocracia sindical, planteando una acción histórica y la huelga general para derrotar al gobierno.
La lucha de clases y el rol de la izquierda
En este cuadro, la clave pasa por la reacción de la clase obrera, los estudiantes, los barrios y todo el pueblo frente al paquete fascistoide y de ajuste del gobierno nacional. La huelga general metalúrgica en Tierra del Fuego marca el camino. Es necesario promover en todo el país acciones de solidaridad. Empalma con el descontento salarial y la preocupación por los despidos en numerosos gremios. Los choferes autoconvocados marchan a nuevas acciones. Es necesaria una gran campaña contra el decreto que prohíbe el derecho a huelga, que va ganando las calles para derrotarlo. Y unido a esto, es necesario ejercer el derecho a huelga y convocar asambleas y acciones en todos los lugares de trabajo y estudio contra el gobierno liberfacho de Milei.
La izquierda, incluso consagrando a Vanina Biasi como legisladora contra la brutal campaña del sionismo y gran parte del periodismo en contra, obtuvo en las elecciones últimas un resultado magro. En este cuadro, la clave de un crecimiento pasa por la capacidad de impulsar y ponerse a la cabeza de estas luchas estratégicas, de la defensa de las jubilaciones, la educación pública, el derecho a huelga, y las fuentes de trabajo, para terminar con este gobierno criminal. Y en atar esta defensa a un programa de transformación social, de la mano de un gobierno de los trabajadores, explicando paso a paso el carácter de cada una de las medidas del gobierno y de la oposición patronal. Combatiendo las andanadas racistas y fascistoides que día a día quieren correr la vara para instalar una línea mas aguda de confrontación al interior de la propia clase obrera. Esta tarea de lucha política y teórica va atada a una crítica de fondo de un régimen capitalista en decadencia histórica que nos está llevando a guerras y masacres generalizadas. En función de todo este planteo, es importante desarrollar un plan de acción común del Frente de Izquierda que permita ampliar la agitación y reforzar nuestras posiciones.
Más que nunca, nuestra tarea es un llamado a intervenir, a movilizarse y a enfrentar la catástrofe capitalista con las banderas del socialismo.
