Políticas
8/10/2024
Cristina se propone “enderezar” al peronismo para contener la bronca popular
La clase capitalista busca ordenar sus alternativas y recambios.
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Cristina Kirchner recorrió La Matanza.
Cristina Fernández de Kirchner volvió a aparecer en la agenda política nacional con una de sus cada vez más frecuentes cartas, esta vez anunciando su postulación para presidir el PJ nacional y “Enderezar y ordenar” al peronismo y al “activismo” para contener los procesos de lucha que se abren contra el gobierno nacional.
Toda la carta de Cristina gira sobre el eje de la supuesta antinomia entre peronistas y antiperonistas, como si por fuera no existiera nada más, buscando trazar una orientación para que el peronismo “recupere” una representación política, sindical y estudiantil socavada y desgastada durante los últimos años.
No resulta llamativo, entonces, que Cristina se refiera particularmente a reconstruir un trabajo político sobre la juventud estudiantil, en tiempos donde se están protagonizando procesos de radicalización y lucha en las universidades y colegios, con tomas de los establecimientos educativos, contra el ajuste educativo de Milei y compañía.
La intervención de la exvice y expresidenta, en tal caso, no es para alentar al movimiento de lucha sino para lo que su texto destaca: enderezar y ordenar. O, dicho de otra forma, contener estos procesos en miras a apuntalar un recambio institucional y electoral, cuando el gobierno actual haya arrasado con la educación pública.
Cristina, en su nueva carta, vuelve sobre sus misivas anteriores, reivindicando el programa reaccionario esgrimido en el pasado reciente: reforma laboral antiobrera, “nuevo Estado”, equilibrio fiscal, reforma antieducativa, etc.
Su discurso hacia el peronismo es también un mensaje hacia la clase capitalista para dar cuenta de su pleitesía con los intereses capitalistas en juego. De fondo, de lo que se trata, es crear las condiciones para un recambio burgués llegado el caso de que el gobierno de Milei se choque de frente con la crisis económica y social creciente y la movilización popular, y termine cayendo.
Cristina destaca que su objetivo es velar por los intereses de la burguesía, cuando en su posdata refiere que hay que ponerse de acuerdo sobre “cuál va a ser el modelo de acumulación económica” que debe adoptar el país, siguiendo el ejemplo de los Estados unidos o China.
En ninguna parte de las cinco hojas difundidas se expresa en favor de los reclamos y reivindicaciones de los sectores en lucha, como los jubilados, trabajadores de la salud, docentes y trabajadores universitarios, estudiantes, etc. En declaraciones anteriores incluso se dedicó a atacar a los métodos huelguísticos de los trabajadores aeronáuticos, en medio de un furibundo ataque del gobierno nacional y los medios contra estos.
La mención a la obtención de la dirección del centro de estudiantes de Fadu (UBA) como un “hecho bisagra” del peronismo es vaciado de todo significado: la ahora candidata a presidir el PJ no dice si esta dirección se ubica en la perspectiva de la huelga educativa que se está gestando o en su contra.
Cristina se propone como dirección del PJ para rearmar un movimiento de contención que se encuentra fisurado y resquebrajado. En este camino apela al “segundo trasvasamiento, incorporando a las nuevas generaciones en los secundarios, universidades, sindicatos, movimientos sociales y, desde ahí, recomponer la presencia en las barriadas populares, junto a la Iglesia, las sociedades de fomento, los clubes de barrio…”.
Se trata de una orientación reaccionaria que busca calmar las aguas en medio de un ajuste brutal contra los trabajadores, para navegar los más de tres años restantes de un gobierno declarado enemigo de los trabajadores y sectores populares, dejando pasar el grueso de los ataques y el ajuste, para luego recoger los restos y reconstruir una salida capitalista en peores términos para los explotados.