Políticas
23/10/2024
Cristina aconseja a Milei: los políticos “descartables” por los capitalistas
Acusaciones cruzadas por parte de dos gestores, descartables, de los negocios patronales.
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Cristina Kirchner y Javier Milei.
El presidente Javier Milei y la expresidenta y exvice Cristina Fernández de Kirchner vienen manteniendo un cruce con declaraciones públicas, en discursos y por las redes sociales, que más allá del intento de polarizar entre dos fuerzas patronales saca a la luz algunos elementos clarificadores. Uno de ellos es el señalamiento de Cristina a Milei de que éste será descartado por la burguesía cuando haya realizado el “trabajo sucio” y ya no sea de utilidad: Cristina lo sabe porque ella ya estuvo en ese lugar, y se candidatea para volver a jugar un papel similar “reordenando” al PJ.
En la última respuesta de Cristina a la “moderación” de Milei respecto a la metáfora de enterrar al kirchnerismo y a la exmandataria en un cajón, ésta le advirtió al presidente: “Cuando les termines de hacer el trabajo sucio de destrucción del Estado, de lo público y de precarizar el trabajo, los que hoy te aplauden en los coloquios cuando puteás a un muerto, te van a soltar la mano y te van a descartar como se hace con esos adminículos que sólo se pueden usar una vez”. Además, Cristina agregó que los sectores más beneficiados con la política del gobierno son “los sectores financieros y los vinculados a la energía”.
La advertencia de Cristina podría entenderse como un gesto de camaradería entre colegas: el kirchnerismo atravesó el mismo proceso cuando, en palabras de Néstor Kirchner, se propuso reconstruir los negocios de la burguesía nacional sobre la base de una mayor precarización y tercerización laboral, para luego ser “material de descarte” con la crisis económica y los cambios de frente y nuevas necesidades de la burguesía.
La mención al favorecimiento de los negocios del capital financiero es más que llamativa, cuando el kirchnerismo se reivindica hasta la actualidad como una gestión “pagadora serial” de la deuda, y de grandes negocios para los especuladores financieros: por lo que estaríamos ante una conducta reiterativa del kirchnerismo por repetir la historia del descarte.
Cristina, incluso, contradice sus advertencias con los postulados de sus misivas anteriores, donde le sugería al actual gobierno una serie de medidas antiobreras, como proceder a una reforma laboral y avanzar contra los derechos de los y las trabajadoras de la educación. La exmandataria reclama, como los capitalistas, que este gobierno haga el “trabajo sucio”.
La líder del kirchnerismo reconoce que estas son las leyes del juego, que quienes ponen y sacan a los gobiernos son los sectores capitalistas y ella se candidatea para ofrecer la alternativa de recambio ante un eventual bloqueo de la actual gestión, para luego asumir las consecuencias de esta dinámica capitalista que ésta bien señala. Cada uno hace su parte.
Tal es así la cosa que el proyecto de “reordenamiento del PJ” integra entre sus candidatos a los colaboradores con el ajuste del gobierno de Milei, los acuerdos con el FMI y a la burocracia sindical entreguista, entre otros elementos que si no han sido “descartados” es porque se mantienen serviles a las necesidades patronales de cada momento.
Lenin, parafraseando a Marx, señalaba que en el capitalismo “a los oprimidos se les autoriza para decidir una vez cada varios años ¡qué miembros de la clase opresora han de representarlos y aplastarlos en el parlamento!”. Milei y Cristina son ambos representantes de esa clase opresora capitalista.
Las misivas de Cristina se dan de espaldas al proceso de lucha de los trabajadores, estudiantes y jubilados contra el gobierno. Incluso son un ataque a estos, ya que reconocen la capacidad de las patronales para digitar y cambiar un gobierno, pero no así el derecho de los explotados para sacudirse de encima un gobierno ajustador.
Los trabajadores y explotados no podemos esperar nada de una oposición patronal que disputa con el gobierno quién es más funcional a los intereses capitalistas. Sino que debemos apoyar todos nuestros esfuerzos en desechar el material descartable de la burguesía y poner en su lugar un gobierno de los trabajadores, que solo responda a las mayorías explotadas.