Políticas

29/12/2022

Cristina y Kicillof en Avellaneda o el desfleque del “núcleo duro”

CFK y Kicillof.

El acto en Avellaneda, que tuvo a Cristina como oradora de fondo, volvió a exponer el aislamiento cada vez más marcado del núcleo duro del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires. CFK insistió con el devaluado verso del bastón de mariscal que cada peronista “debe portar en su mochila”, para mantener a raya a quienes le piden que desista de su “renunciamiento”.

Ni siquiera una demostración de fuerzas

En su discurso, la vicepresidenta repitió las denuncias al “partido judicial”, en directa referencia a su condena penal por la Causa Vialidad, y más recientemente al fallo de la Corte Suprema a favor de Larreta. El kirchnerismo adoptó el lema “Democracia o Mafia” para no incomodar al FMI ni a los capitalistas; paradójicamente “los mercados” le chumban al gobierno por violentar la “seguridad jurídica” de los inversores y el estado de derecho.

Flanqueada por Axel Kicillof y el intendente Ferraresi -exministro de Desarrollo Territorial y Hábitat del gabinete nacional y quien ofició de anfitrión-, la reaparición de la vicepresidenta tuvo sabor a poco. Un acto raleado en convocatoria y sin la presencia de los pesos pesados del PJ bonaerense que preside su hijo, Máximo Kirchner. ¿Se desfleca el núcleo duro? Cristina llegó a Avellaneda después de sucesivas postergaciones del acto del Grupo Puebla -que debía hacerse en el CCK como respuesta política y de movilización a la condena de la vicepresidenta-; en el mientras tanto, los gobiernos progresistas hicieron migas con los golpistas que tumbaron a Pedro Castillo. Ni siquiera las movilizaciones populares en tierras peruanas despabilaron a los nacionales y populares, que no movieron un dedo para ganar la calle contra el golpe derechista y reaccionario.

En su discurso en el Polideportivo Municipal, la “jefa” habló para contener a la desmoralizada tribuna kirchnerista, negando que hubiese renunciado voluntariamente a ser candidata (autoexclusión). Según Cristina, lo suyo es el resultado de una proscripción orquestada por la mafia macrista, judicial y por Clarín, pero se cuidó mucho en decir cómo va a enfrentarla. Si el “renunciamiento” de Cristina (o, según ella, proscripción) no pasó de ser una jugada como se consuelan el kirchnerismo y el propio Ferraresi, la maniobra nació devaluada y agravó la fragmentación del peronismo. El Frente de Todos va quemando cartas de cara al 2023 y poco le queda para explotar más allá de la división de la oposición derechista y la posibilidad de que Milei les saque votos a Juntos.

En la provincia de Buenos Aires, a la andanada de candidatos de la derecha como Diego Santilli, Facundo Manes, Cristian Ritondo o Joaquín de la Torre, se suma ahora Gustavo Posse en una interna (Paso) de la que no descarta participar el otro “libertario” y facho José Espert. Juntos tendrá que explicar por qué votó las leyes principales junto al Frente de Todos en la Legislatura provincial, “cogestionando” el ajuste que lleva adelante Kicillof para garantizar los pagos de la usurera deuda externa bonaerense. Solo los diputados del Frente de Izquierda Unidad denunciaron la “ley de leyes” del ajuste, endeudamiento y represión.

Desmoralizados

El discurso de CFK en Avellaneda poco aportó al kirchnerismo para entusiasmar a un peronismo dividido, sin candidato y obligado a profundizar el ajuste fiscal para cumplir con las metas de asfixia del FMI. El “núcleo duro” ha optado por refugiarse en la provincia de Buenos Aires para sobrevivir. Sin embargo, la reelección de Kicillof es un campo espinoso, siendo que la principal provincia argentina está atravesada por un gigantesco empobrecimiento de las masas populares. La pobreza ronda el 50% en el Conurbano y Gran La Plata, que son un polvorín social.

La meneada proscripción a la que alude Cristina y contra la que no lucha es un premio consuelo para la tropa K desbandada, pero también una forma de esquivar las críticas que generó el “renunciamiento” en las filas propias. El veloz reacomodamiento de Alberto Fernández, ordenando depositar bonos en una cuenta del Banco Nación para no desacatar el fallo cortesano, agravó la desautorización de Alberto Fernández, que a esta altura es un cero a la izquierda. AF captó el silencio de Massa como una señal del FMI y un llamado al orden. Corrido por los mercados, Alberto Fernández tiene que lidiar con Cristina y el kirchnerismo, que la van de “críticos” del gobierno nacional mientras bancan a Sergio Massa y mandan a sus burócratas preferidos a sacarse fotos con el embajador norteamericano.

Si bien Kicillof evitó referirse al pago que hará Fernández, la que sí habló sobre la “blandura” del presidente fue su aliada y titular del bloque de senadores provinciales, Teresa García, exministra de gobierno de Kicillof. Quienes argumentan que el aumento de los fondos a CABA (mayor coparticipación) es de cumplimiento imposible porque dicha partida está por fuera del presupuesto votado por el Congreso confiesan su fondomonetarismo explícito y su postración frente a las metas fiscales (reducción del déficit fiscal) acordadas con el Fondo Monetario. Aclaremos que, por fuera de la ley de leyes nacional y de la provincial 2023, también está la pauta salarial 2023. Con distinta vara, burocracias kirchneristas aceptan esta marginación del gasto salarial y lo consideran “normal”, a pesar de que es una de las formas que tienen los gobiernos capitalistas para presionar las paritarias a la baja y licuar los salarios que paga el Estado.

Otro que habló en las vísperas del “retorno de Cristina” fue Paco Durañona, exintendente del Frente de Todos de Areco y actual senador nacional. En este caso lo hizo para celebrar la decisión de CFK de no competir electoralmente, presentándola como una oportunidad para destrabar la emergencia de nuevos candidatos, en obvia alusión al presidenciable Sergio Massa. Distintos intendentes de la provincia de Buenos Aires se sumaron al escabroso operativo clamor que deja afuera a Cristina y tiene como bandera a “Massa Presidente”. El senador Durañona aprovechó la volteada para cuestionar la falta de voluntad política del presidente, así como también del gobernador Kicillof, para avanzar en una reforma judicial. Con el trasfondo del choque de poderes, lo de Durañona fue un tiro por elevación para que Alberto reconozca el fallo y ponga la plata. Palabras más, palabras menos, es lo que también afirma el albertista venido a menos, Leandro Santoro, quien aconsejó pagar el “fallo injusto” a CABA.

Lo de Ferraresi en Avellaneda fue puro fuego de artificio. La “proscripción” tolerada por Cristina Fernández tensa la lucha interna por la lapicera electoral y pone en cuestión el rol que pueda jugar Kicillof frente a la resistencia de un grupo grande de intendentes del PJ que prefieren a Insaurralde para cortarle las patas a La Cámpora y a las intromisiones de Sergio Berni en sus municipios.

El kirchnerismo y Kicillof siguen teniendo en el facho de Berni y en las burocracias sindicales de ambas CTA alineadas con el gobierno provincial a su principal sostén. La dirección yaskista de la Cicop sacó un comunicado público contra el fallo de la Corte Suprema, copiando los argumentos del gobierno. A Berni, el gobernador lo floreó con la inauguración del Operativo Sol, y a las burocracias kirchneristas las hace sudar la gota gorda postergando hasta el 29 y 30 de diciembre el anuncio “paritario” de la actualización salarial de este año. No todo es, sin embargo, Berni y Baradel; como político burgués, el exahijado político de Cristina se cuidó de no tocar los intereses del capital sojero y agrario y de revaluar sus propiedades.

Frente de Izquierda Unidad

La crisis política de todo el peronismo es el factor político más dinámico y un llamado de atención al Frente de Izquierda Unidad en un año electoral en el que habrá vencimientos de deuda, escalada del dólar y una miseria popular que demanda urgentemente un plan de lucha de las organizaciones obreras y populares. Nuevamente, la provincia de Buenos Aires será el distrito clave y la prueba de fuego para un kirchnerismo que va detrás de Massa y del FMI. Con este escenario político, el Partido Obrero convocó a un plenario nacional, a realizarse el 11 de febrero, para reforzar la campaña por un congreso del Frente de Izquierda, que sea una referencia para todos los luchadores, y para construir un nuevo movimiento popular con banderas socialistas.

https://prensaobrera.com/politicas/cristina-en-avellaneda-una-ratificacion-de-la-autoexclusion