Políticas

30/10/2023

¿Cuáles son las causas del faltante de combustible?

Lo ocurrido ilustra un esquema hidrocarburífero inviable.

Falta nafta y gasoil en los surtidores.

La falta de combustible en las estaciones de servicio tiene múltiples causas, pero todas ellas remiten a la preeminencia del ánimo de lucro de las empresas hidrocarburíferas y a una política gubernamental abocada a beneficiarlas, en detrimento de las mayorías populares.

Por un lado, estamos frente a una caída en el nivel de producción de las refinerías. Según los últimos datos disponibles del Instituto Argentino de la Energía “General Mosconi” (IAE), en el mes de agosto, la producción de gasoil retrocedió 11,2% interanual y la de nafta lo hizo en un 4,4%. En ese sentido, el Índice de producción industrial manufacturero que mide el Indec, correspondiente a agosto, arroja que la actividad de las refinerías disminuyó 3,4% interanual.

Por mencionar algunos ejemplos, en dicho mes, la Refinería La Plata (YPF) produjo 8% menos combustible que en agosto 2022; la Refinería Luján de Cuyo produjo 19,2% menos; la producción en Dock Sud bajó 15% en ese período; y la Refinería Campana tuvo una caída del 5,4% de su producción, en términos interanuales (Ámbito, 30/10).

Como vemos, no es verdad que la escasez en los surtidores se deba exclusivamente a un aumento en la demanda -adjudicado al sobre stockeo que generó la incertidumbre electoral, al fin de semana largo y al comienzo de la siembra-, como sostiene el comunicado difundido por YPF, Raizen, Trafigura y Axion Energy. Además, circulan versiones de que las refinadoras “guardaron” combustible especulando con una devaluación pos electoral y con que expectativa de que vencieran los acuerdos de precios. Sin ir más lejos, muchas de ellas programaron parar sus plantas por mantenimiento justo durante esos días en la que se preveía más demanda en los surtidores.

Ahora bien, cae la producción de combustible porque las petroleras prefieren vender el crudo al exterior, en lugar de destinarlo al mercado local. Sucede que los precios internacionales del barril y los internos tienen una brecha del 40%. Sergio Massa, que advirtió que “cortará las exportaciones de petróleo crudo desde este miércoles 1° de noviembre si persisten las dificultades para cargar combustibles”, es el primero en fomentar el desabastecimiento desde el momento que permite liquidar las exportaciones de hidrocarburos a un dólar diferencial.

Además, el titular de Economía también contribuyó a que haya escasez en las estaciones de servicio al haber autorizado mayores aumentos en el canal mayorista (donde suelen cargar combustible las transportistas, los tractores, etc.), cuyos precios son un 20% más altos que en el minorista, haciendo que se dispare la demanda en este último.

Entonces, se genera una contradicción propia de un sistema guiado por la ganancia capitalista: mientras la producción de petróleo liviano (del cual deriva la nafta) en Vaca Muerta presenta niveles récord -en septiembre tuvo un aumento interanual del 18,1%-, la de las refinerías está en declinación. No sorprende, considerando que, en el primer semestre del año, el 24% de la producción de crudo de la cuenca (14,15 millones de barriles) de dólares se exportó, por el equivalente a 987,6 millones de dólares. Las que acapararon el grueso de esas exportaciones fueron Tecpetrol (27,4%), Pampa (23,4%), PAE (19,5%) y Total Energies (18,3%).

Por otra parte, la desinversión es ostensible en aquellos yacimientos en los cuales se extrae petróleo pesado (el que se utiliza para fabricar gasoil), ocasionando un descenso en la producción. Estamos hablando particularmente de la cuenca del Golfo San Jorge y la Cuyana, donde la producción de crudo en agosto cayó 2,7% y 7,3% interanual, respectivamente, según el IAE.

Frente al desabastecimiento que provocan las petroleras, las refinerías se resisten a compensar los faltantes importando combustibles sin antes trasladar esos mayores costos al surtidor. Por su parte, YPF, ante el cepo importador -fruto de la crisis de reservas- y la reticencia a tomar deuda en dólares, demoró en pagar las importaciones de combustible que había encargado, con lo que “cuatro barcos se quedaron esperando en el Río de La Plata” (El Cronista, 30/10).

Luego de la crisis desatada, Flavia Royón anunció que aceleraría la bajada de combustible importado para abastecer la demanda interna. Es decir, se agravará el drenaje de divisas de BCRA para comprar combustible a precio internacional (más caro que el interno), cuando las petroleras que operan en suelo criollo se llenan los bolsillos exportando, bajo la anuencia oficial, y no revierten la huelga de inversiones.

Finalmente, el trasfondo de la cuestión es la presión que ejercen los pulpos petroleros  para equiparar los precios internos con los internacionales en alza (que se han elevado más aún tras los bombardeos de Israel sobre la Franja de Gaza), un reclamo patronal apoyado abiertamente por Javier Milei. Eso, sin dudas, implicaría un duro golpe al bolsillo de los trabajadores argentinos.

Massa abona el terreno para que se produzca esta extorsión, concediéndoles a las petroleras un tipo de cambio preferencial a la hora de liquidar exportaciones y retenciones 0% a la exportación incremental en algunos casos. Esos incentivos oficiales a las ramas de exportación hunden sus raíces, por un lado, en el objetivo de acumular divisas para cumplir con las metas de acumulación de reservas del FMI y, por otro, en la bancarrota del Banco Central.

No obstante, la política de otorgar estímulos al capital en pos de amortiguar la crisis de reservas se ha mostrado infructuosa, porque se mantienen inalterables los múltiples mecanismos mediante los cuales la burguesía fuga divisas. No solo persiste la sangría sino que además los parches que implementa el gobierno en aras de paliarla generan efectos muy perjudiciales sobre la población trabajadora.

La salida a esta problemática parte de nacionalizar bajo control obrero la industria hidrocarburífera, de manera tal que esos recursos se orienten al desarrollo nacional y a satisfacer las demandas de las mayorías (con precios fijados en base a las necesidades sociales), y no a acrecentar la fortuna de los capitalistas que dominan el sector.

https://prensaobrera.com/politicas/los-abrazos-las-rupturas-y-las-estafas-al-electorado