Políticas

24/5/2020

Después del robo jubilatorio en Córdoba, Fernández apoya más a Schiaretti

Los elogios del presidente a un gobierno antiobrero, ajustador y represivo.
 

En la conferencia donde se anuncio la extensión del aislamiento hasta el próximo 7 de junio, Alberto Fernández mencionó en reiteradas oportunidades el diálogo que había tenido con los gobernadores. Entre todos, el más mencionado fue Juan Schiaretti de Córdoba, al cual todo el tiempo hizo mención como “el gringo”, como muestra de acercamiento y de simpatía. Mientras el gobernador es repudiado por los trabajadores cordobeses por el robo jubilatorio del miércoles pasado, Fernández salió en su apoyo. 


El presidente elogió a Schiaretti (como al chaqueño Jorge Capitanich) por la decisión de dar marcha atrás con la flexibilización de la cuarentena, afirmando que “no les tembló el pulso para volver para atrás para cuidar la salud de su gente”. Pero Schiaretti retrajo la flexibilización con el objetivo de preparar mejor las condiciones para proceder al ataque más grande que se haya realizado en contra de las y los jubilados, imposibilitando la movilización obrera y popular contra semejante embestida. Hay que recordar que en el 2008 hubo una rebelión en la provincia, contra el avance de la “armonización” previsional que habían pactado entre Cristina Fernández y Schiaretti.


El gobierno provincial viene estableciendo la táctica de reprimir y perseguir las luchas con el argumento de que transgreden el aislamiento social. Así encarcelaron a 41 trabajadores en Jesús María, e imputaron a decenas de activistas del Suoem (municipales) y de la UTA. También reprimieron y persiguieron a repartidores, trabajadores de alimentación y comerciantes, entre otros sectores. Se trata a todas luces de una política de criminalización de la protesta gremial y social. Schiaretti avanza con métodos de la dictadura contra las luchas, desconociendo abiertamente garantías constitucionales. Tiene para ello la cobertura cómplice de una justicia adicta, que se ha lanzado de lleno a proscribir cualquier asamblea, reunión o movilización.


La impostura del gobernador queda expuesta por todos lados. Especialmente cuando se envía a las fábricas a miles y miles de trabajadores, como sucede en las automotrices y grandes autopartistas de Córdoba, en las cuales no existe ninguna razón para retomar la actividad. El obrero puede amontonarse a producir para el capitalista, pero no tiene “derecho” a reclamar. Ahí se pone en evidencia el desprecio por la vida y la salud obrera, de un régimen descompuesto, que solo protege el interés del capitalista.


Pero justamente este costado es el otro gran punto que Fernández elogia a Schiaretti. En dos ocasiones, el presidente resaltó la apertura económica en la provincia. Primero, señalando que “el país ya recuperó el 80 por ciento de la actividad económica. Hoy hablé con el ‘Gringo’ Schiaretti, quien me dio datos de que hay muchas actividades que se están recuperando en Córdoba. Salvo en algunas grandes ciudades, las actividades están recuperando la normalidad”. Y luego, afirmando tener “la expectativa de que nosotros vamos a tener un proceso de recuperación más rápida, hoy lo hablamos con el ‘Gringo’ Schiaretti, que él tenía algunos datos de actividades que ya empezaron a moverse y empezaron a rebotar bien”. 


Los elogios y el apoyo de Fernández al gobernador del PJ más macrista de todos, no tienen nada de casualidad. Es un respaldo político supremo al robo jubilatorio que Schiaretti protagonizó esta semana, con el voto en la Legislatura de los legisladores que responden a Fernández. Pero la cuestión no queda ahí: Schiaretti y su socio en la capital, el intendente Martin Llaryora, están aprovechando la pandemia para imponer totalmente el programa del FMI de reforma laboral y previsional, como se ve en la reducción del salario del 15% a los municipales del Suoem, y en el no pago de salarios e intento de atacar el convenio colectivo de los choferes de la UTA.  


El régimen del FMI quiere descargar la crisis capitalista sobre las espaldas de los trabajadores. El apoyo a un gobierno anti obrero, ajustador y represivo, marca una orientación general. Llamamos al movimiento obrero a sacar las conclusiones, y a defender la independencia política conjuntamente con los paros y planes de lucha.