La reciente noticia del aislamiento preventivo al que debió someterse el intendente Néstor Grindetti (Juntos por el Cambio) debido al resultado positivo en el test que se realizó su esposa es una expresión de la profundidad de la crisis sanitaria desatada por la pandemia de Covid-19 en el distrito. También ha dado positivo Noelia Quindimil, secretaria de desarrollo humano del gabinete municipal y la concejala Jésica Barrios (Frente de Todos).

Con todo, el contagio de personas cercanas al intendente no es más que la punta de un iceberg. Sobre tan solo 10 mil testeos realizados, se detectaron 3300 casos en Lanús y con una tendencia ascendente. El hecho de que los contagios hayan llegado a la cúpula del gobierno distrital señala el fracaso de la llamada ‘cuarentena reforzada’ toda vez que permanecieron funcionando la amplia mayoría de las industrias y comercios. En Lanús, el municipio habilitó en la etapa previa, y de manera apresurada ramas que no tenían carácter esencial alguno como joyerías o jugueterías.

Mientras, se multiplican los reclamos de los trabajadores de la salud por sus condiciones de trabajo y la falta de camas e insumos, así como las explosiones de contagios en lugares sensibles que no merecieron la disposición de políticas adecuadas ni el destino del presupuesto necesario por parte ni del gobierno municipal ni provincial. La multiplicación de nuevos casos positivos en el Hospital Evita o en el geriátrico Cumelén muestran la desidia de las autoridades.

La atención que recibieron los funcionarios afectados contrasta con la realidad que sufren los trabajadores y vecinos contagiados o con contacto estrecho con casos sospechosos de Covid-19. Rápidamente las personas cercanas a los miembros del gobierno municipal fueron testeadas y pueden guardar aislamiento en buenas condiciones. Por el contrario, no existen testeos masivos en los lugares de trabajo o en los barrios donde se detectan casos y la mayoría de los trabajadores no cuentan con la posibilidad de permanecer aislados de manera confortable.

El reclamo de la realización de testeos masivos, de destinar los recursos necesarios al sistema de salud, así como la implementación de un subsidio al desempleado de 30 mil pesos siguen siendo medidas esenciales para hacer frente a esta crisis social y sanitaria.