Políticas
5/10/2023
El BCRA vendió 3 mil millones de dólares durante el año para financiar la corrida cambiaria
Una sangría que pagamos los trabajadores.
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Hubo una disparada récord del contado con liqui.
La corrida cambiaria elevó las cotizaciones de los dólares financieros por encima de los $900, mientras que el gobierno dilapida pesos y dólares en tratar infructuosamente de mitigarla. El resultado es más inflación sobre el raído bolsillo popular.
En lo que va del año, el Banco Central lleva vendidos aproximadamente U$S 3.000 millones con la finalidad de contener la brecha cambiaria. A su vez, solo en los primeros 20 días de septiembre la autoridad monetaria emitió $418 mil millones en comprar los bonos del Tesoro puestos a la venta por sus acreedores privados con el objetivo de dolarizarse. Por ambas vías el gobierno está financiando la corrida cambiaria a costa de los recursos públicos.
El mismo destino tendrán las divisas que Massa pretende recabar con los tipos de cambio diferenciales que fue otorgando: el dólar soja 5 y el dólar petróleo. Ahora se suma el beneficio cambiario a las Pymes, las cuales podrán liquidar el 25% de sus exportaciones al dólar contado con liqui, a partir del 9 de octubre. También está en vigencia la posibilidad de que las empresas traigan sus dólares al país y los vendan a la cotización CCL.
Todo aquello representa una emisión monetaria extra de gran envergadura, ya que de esta forma el BCRA compra dólares a $900 y los vende a $350. Lo anterior no hace más que recalentar la inflación en ascenso, mostrando nítidamente que las prebendas al capital son padecidas por los trabajadores a la hora de hacer las compras. Además son inconducentes, porque los dólares que atraen se esfuman por el sumidero de la fuga de capitales y no ayudan a alivianar las tensiones cambiarias.
Entre las concesiones al sector exportador también se encuentra la quita de retenciones a la agroindustria y a los productos lácteos, lo cual presionará sobre los precios de la comida en el mercado interno. Eso afecta a alimentos básicos como la leche, que ya ha aumentado 139% en el último año. A su vez, la sumatoria de dólares preferenciales constituye una devaluación en cuotas, en función de aproximarse al salto cambiario que exige el FMI, el cual se avizora pos elecciones.
Como vemos, los ingresos de la población trabajadora están bajo amenaza y para defenderlos hay que salir a luchar. Por otro lado, si queremos terminar con el descalabro reinante debemos poner fin al dominio capitalista de los resortes económicos del país, nacionalizando bajo control obrero el comercio exterior y el sistema financiero y rompiendo con el programa inflacionario del FMI. En definitiva, corresponde echar a los políticos patronales y dar paso a una salida comandada por los trabajadores.
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