Políticas

26/7/2022

El BID exige endurecer el ajuste para aprobar el préstamo previsto

Los condicionamientos políticos de endeudarse con organismos multilaterales de crédito.

Claver-Carone, presidente del BID.

Se suma a la crisis de reservas del Banco Central la negativa del presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Claver-Carone, a girar los préstamos previstos por USD 500 millones hasta tanto no se cumplan las metas de ajuste dictadas por el FMI.

El acuerdo con el Fondo suponía desde el inicio un incremento de la deuda, tanto en pesos como en dólares, dadas las restricciones monetarias establecidas, con lo que el déficit debía financiarse en mayor medida contrayendo préstamos. Esto, lejos de ser inocuo como se jactaba Guzmán, colocó al gobierno a merced de la voluntad tanto de la banca local como de los organismos multilaterales de crédito -como el BID y el BM-, habilitando una mayor tutela del imperialismo sobre la economía nacional.

Lo muestra el hecho de que el Banco Mundial aprobó un desembolso por USD 200 millones, una vez que Batakis viajó Washington para ratificar el sendero del ajuste. Por otro lado, el BID le exige al gobierno profundizar el mismo como condición para enviar el monto pautado para el tercer trimestre del año, dificultando aún más poder alcanzar las metas de acumulación de reservas impuestas por el FMI.

Otra de las demandas es avanzar en una mayor injerencia de la Casa Blanca sobre la política exterior de Argentina, en un escenario atravesado por la guerra comercial. No olvidemos que las rispideces con Claver-Carone comenzaron en el acto de asunción de Alberto Fernández, donde el exfuncionario de Donald Trump se retiró de la ceremonia molesto con la presencia de un ministro de Nicolás Maduro. Continuaron con las declaraciones del mandatario local a favor de la candidatura de Gustavo Beliz como presidente del BID.

Los cierto es que el gobierno debe recurrir a este tipo de financiamiento ya que el mercado de crédito internacional está virtualmente vedado para Argentina, con un riesgo país que oscila los 3.000 puntos fruto de la quiebra estatal como consecuencia de la fuga de capitales persistente -pago de la deuda inclusive- bajo todos los gobiernos.

Así las cosas, el préstamo trabado con el BID pone en apuros al gobierno ya que hasta diciembre deberá afrontar vencimientos de deuda en moneda extranjera por USD 3.317 millones -sin contar los compromisos con el FMI-, según los datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso, con lo que el oficialismo tenderá a aceptar todos los condicionamientos de Claver-Carone. Asimismo, al Fondo habrá que pagarle hasta fin de año otros USD 10.800 millones, que, si el organismo desistiera de realizar los giros programados en alguna de sus revisiones trimestrales, el país caería directamente en default.

Como el incremento de los subsidios energéticos pone en jaque el objetivo de reducir el gasto, la nueva ministra de Economía ya se comprometió a reforzar el ajuste en otras áreas, agravando los padecimientos de las mayorías populares en nombre de intentar cumplir un acuerdo incumplible con el FMI. El kirchnerismo, por su parte, no salió a impugnar las medidas propuestas por Batakis debido a que es incapaz de ofrecer un rumbo alternativo.

Los trabajadores debemos, entonces, quebrar este pacto ruinoso por medio de la lucha y construir una salida propia cimentada en el repudio de la deuda ilegítima. El jueves 28 copemos la Plaza de Mayo en esa perspectiva.