Políticas
28/12/2024
El caso del gendarme preso en Venezuela
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La disputa entre el gobierno de Maduro y el de Milei está escalando.
La disputa entre el gobierno de Maduro y el de Milei en torno a la suerte del gendarme argentino Nahuel Gallo está escalando. El gobierno venezolano detuvo al gendarme en la frontera de ese país con Colombia el pasado 9 de diciembre, y no dio cuenta de esa detención hasta que la desaparición de Gallo llegó a los medios de comunicación. Entonces reconoció que estaba detenido, sin decir dónde -una práctica que es común con los presos políticos venezolanos-, acusado de acciones terroristas, sin especificar cuáles tampoco. Incluso ahora el gobierno de Maduro acusa a la ministra de Seguridad y al canciller argentinos, Bullrich y Werthein, de ser parte del complot derechista del cual Gallo sería parte.
El gobierno argentino sostiene que Gallo pretendía entrar a Venezuela a visitar a su esposa e hija y que esto había sido autorizado por el gobierno de Maduro, aunque no explica la vía poco convencional utilizada por el gendarme (usar una frontera terrestre, por ejemplo).
La vicepresidenta Villarruel criticó a Bullrich por haber autorizado el viaje del gendarme a Venezuela, cuando es un país con el cual no hay relaciones diplomáticas y un conflicto por los asilados venezolanos en la embajada argentina que está bajo la administración de Brasil. El conflicto con Venezuela se convirtió en una nueva crisis al interior del gobierno de La Libertad Avanza.
Sin que ninguna de las denuncias mutuas haya sido probada o desmentida por los dos gobiernos, ambos parecen haber encontrado beneficios en crear una suerte de grieta. El gobierno argentino se planta como defensor de los derechos humanos, que según Werthein “son solemnes”. Es el mismo gobierno que bate récords en perseguir luchadores, en gasear, apalear e incluso meter presos a manifestantes; o que involucra a las Fuerzas Armadas en la represión interna mientras niega el genocidio de la dictadura. Lo dice el mismo canciller que impulsa una “limpieza ideológica” en el personal diplomático; o el gobierno que prohíbe libros, etc.
Del otro lado está Maduro, que pretende ser víctima de la derecha mundial mientras avanza en sus acuerdos con los grupos petroleros yanquis y el pueblo venezolano vive en un estado de penuria. Maduro es la cabeza de un régimen autoritario y dictatorial que tiene miles de presos políticos, luchadores asesinados y exiliados; la mayoría de ellos trabajadores que apoyaron al chavismo contra la derecha oligárquica, los escuálidos, que sometieron durante décadas al pueblo venezolano a la pobreza.
En este conflicto por el gendarme Gallo el interés de los trabajadores argentinos, venezolanos y de toda América Latina, está ausente. Para abrirle paso, tenemos que sacarnos de encima a estos regímenes políticos capitalistas y reaccionarios.
