Políticas

14/7/2022

El costo usurario con el cual Batakis refinancia la deuda en pesos agranda la burbuja

Prepara las condiciones para mayores corridas.

Foto: Télam.

En la licitación del pasado miércoles, el Tesoro logró captar $122.607 millones, superando el objetivo inicial de colocar $29.100 millones. Se trató de una subasta hecha a la medida de los acreedores, en función de represar la corrida en curso.

En primer lugar, el 62% del financiamiento obtenido fue a través de bonos con vencimientos dentro de este año. A su vez, en la oferta de títulos aparecían numerosos incentivos: tasas más altas, el “seguro antiderrumbe”, la posibilidad de adquirir algunos con encajes bancarios y cobertura frente a una devaluación en otros (dollar-linked).

Así se va configurando una deuda en pesos cada vez más insostenible, por la cual el Tesoro deberá pagar intereses muy sustanciosos en el corto y mediano plazo: “este mes y el próximo vence medio billón de pesos por mes, pero en setiembre vencen más de un billón de pesos” (Ámbito, 14/7). Un nivel de usura que se acentuará con el sendero de tasas reales positivas ratificado por la nueva ministra de Economía. Como hemos señalado, mientras Batakis se compromete a profundizar la austeridad fiscal, asegura que afrontará todos los compromisos de deuda en pesos y exhibe esa promesa de ajuste como garantía.

El seguro “antiderrumbe” mencionado anteriormente es una garantía de recompra por parte del Banco Central a aquellos bancos que quieran desprenderse de los bonos del Tesoro. Es un arma de doble filo. El BCRA viene emitiendo a raudales ($1,2 billones) a partir del 8 de junio para frenar la caída de los bonos CER. Esto obligó a la entidad a esterilizar esos pesos colocando letras, incrementando así su hipoteca al punto que el stock de Leliq y pases superó los $7 billones, el equivalente a 10 puntos del PBI.

Esta forma de “aspirar pesos” es pan para hoy y hambre para mañana, ya que la dinámica “bola de nieve” del endeudamiento del Banco Central, sumado a la suba constante de las tasas (en seis oportunidades en lo que va del año), requiere de la emisión monetaria en grandes cantidades para cancelar los intereses de las Leliqs y los Pases. Por ese concepto, el BCRA emitió entre enero a junio $858 mil millones y se estima que alcanzará los $4 billones al finalizar el año. Lo anterior desmiente a quienes responsabilizan al gasto social de los altos niveles de emisión y utilizan este argumento para reclamar más ajuste.

En definitiva, una hipoteca que no para de crecer, aumentando las posibilidades de que se produzcan nuevas corridas. El gobierno refuerza la bicicleta financiera en beneficio de los agentes de la fuga, a la par que toma medidas inocuas para preservar las reservas, como por ejemplo, aumentar un 10% la carga impositiva sobre el dólar turista, en función de arañar la meta de acumulación de divisas impuesta por el FMI y contener una devaluación.

Las políticas de todos los gobiernos al servicio del gran capital nos han conducido a este descalabro, que se traduce en más hambre y miseria. Es hora que los trabajadores tomemos en nuestras manos el rumbo del país, para verdaderamente terminar con la “timba financiera” y orientar los recursos al desarrollo nacional y al bienestar de nuestro pueblo.

 

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