Políticas
1/11/2024
El derrumbe del apart hotel geselino: radiografía de la voracidad capitalista
Horas definitivas para el rescate de eventuales sobrevivientes.
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Hotel Dubrovnik.
Suceso y contexto
El derrumbe del Hotel Dubrovnik en Villa Gesell, ciudad de la costa atlántica bonaerense, y el entramado que va saliendo a la luz, constituyen el más doloroso y palmario ejemplo del fracaso rotundo y de las consecuencias brutales de la filosofía anarcoliberal del gobierno de Milei que aboga por el retiro de cualquier control estatal a la iniciativa capitalista privada.
Al mismo tiempo, pone blanco sobre negro la impotencia y negligencia -deberemos esperar para comprobar si también complicidad- de la oposición patronal -que en Villa Gesell es oficialismo desde 2007- para propiciar un “capitalismo con sentido social”. El peronismo insiste en tal formulación olvidando aquello de que “aunque la mona se vista de seda…”.
La tercera pata de esta mesa son los medios de comunicación masivos. Más allá del morbo que alimenta el rating, un clásico; y salvo excepciones, se ha procedido a una invisibilización de las victimas que se están buscando entre los escombros. Son contados los medios que difundieron los nombres de los trabajadores atrapados (se está procurando rescatar a Mariano Troiano, Ezequiel Juan Matu, Dana Desimone, Matías Chaspman, Fabián Javier Gutiérrez). Fabián participó de la construcción de una agrupación gremial de Vigiladores afín a nuestro Partido Obrero, carpintero de obra de profesión. También al sobrino de quien fuera la dueña del hotel y que ayer se la encontrara sin vida, Nahuel Stefanic. Excepto Nahuel y Dana, su pareja, que trabajaba en el hotel, los demás participan del indefinido “albañiles”.
Sin embargo, y con mucha premura, se dieron a conocer los nombres, edades y procedencia de los cuatro trabajadores (ahora habría un quinto) detenidos por orden de la fiscal Verónica Zamboni luego de que escaparan del derrumbe. Se mantiene un respetuoso silencio respecto de los nombres del arquitecto y de la arquitecta responsables de la obra, que por otra parte no han sido detenidos. La cuarta pata de esta mesa desvencijada por su inocultable carácter de clase es la “justicia”. Advertimos prematuramente sobre la posibilidad de ir hacia un “la culpa es del motorman”, como sucediera ante la Masacre de Once del 22/02/2012 donde murieron 52 personas y se intentó lavar la responsabilidad del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner negando el entramado de corrupción, negocios y abandono denunciado históricamente por los trabajadores ferroviarios.
Datos
El hotel era una estructura que databa de 1986. En 1994 se aprobaron los planos conforme a obra, afirma el municipio. Próxima al mar, entonces expuesta a los factores naturales que implican deterioro y corrosión, adolecía de mantenimiento, algo para lo que habrían sido convocados algunos de los trabajadores hoy bajo los escombros. “Están invirtiendo un montón de guita (en intentar acomodar) en algo que está hecho pelota”, dijo en un chat de WhatsApp Fabián Gutiérrez a un amigo, según difundió Telefe Noticias el 31/10.
La municipalidad sostiene que en agosto de 2024 “se detectaron obras en curso sin autorización municipal, por lo que se labró un acta de paralización”. Posteriormente los propietarios solicitaron autorización para realizar “algunos trabajos en la planta baja (cambios de carpintería, revestimientos de pisos, pintura interior, cambio de revestimientos de baño u reemplazo de mesadas), los cuales fueron aprobados exclusivamente para esa área, en planta baja y no en altura. El 19 de septiembre se presentó un informe técnico sobre el estado del hueco para un ascensor (ese sector no colapso en el derrumbe) y el 27 de septiembre 2024 se solicitó permiso para construir un tabique del ascensor.
El 15 de octubre de 2024 el municipio notificó la necesidad de presentar formalmente toda documentación requerida para esa obra”. Y concluye: “Esta es la única obra (la del ascensor) en trámite con la municipalidad, que corresponde al sector delantero del edificio (no colapsado). No existe ningún permiso autorizado ni solicitud en trámite alguna para realizar trabajos en la parte trasera, donde se produjo el colapso (La Nación, 29/10). En el punto resulta crucial la declaración que uno de los trabajadores detenidos hiciera el día de ayer ante la fiscal de causa: “Fui notificado de la paralización de la obra en agosto, le dije al dueño y al arquitecto, pero me dijeron que siguiera con la obra: no paremos hasta que llegue una orden de arriba” (El Fundador, 31/10). Mencionó que los balcones “se podían caer” y que en algunas partes “había rajaduras” como también problemas en los revoques. Nosotros no somos culpables, siempre trabajamos bajo las ordenes del arquitecto y la arquitecta” (ibid). “Una obra que se estaba realizando en forma clandestina, sin cumplir con la normativa municipal”, concluyen las autoridades municipales (Página 12, 29/10).
Preguntas
¿El gobierno municipal de Gustavo Barrera, a través del área correspondiente no realizó inspecciones ad hoc, habida cuenta que había ordenado suspender las obras a través de una notificación fechada el 20 de agosto de 2024, “obras que se estaban realizando desde hacía unos meses” (Infobae, 29/10)?
¿Los albañiles trabajan por su cuenta y saber sin el control de quienes firman como encargados de obra?
¿Cuál es el estado de las estructuras de las construcciones linderas a la costa, cuestionadas por todas las organizaciones ambientalistas?
¿El gobierno municipal insistirá en sostener el cuestionado y judicializado POM (Plan de Ordenamiento Municipal) que habilita nuevas zonas para la construcción transgrediendo los límites establecidos en la defensa y guarda del médano costero y por sus consecuencias socio ambientales?
¿En qué condiciones laborables desarrollan sus tareas las y los trabajadores “golondrina” en las obras y durante la temporada en Villa Gesell? ¿Por ejemplo, dónde y cómo vivían los trabajadores que hoy se encuentran bajo los escombros?
¿Todo vale para computar ingresos por la temporada estival?
Hoy toda la Villa está de luto, una vez más. Destacamos la tarea agotadora, tenaz e irremplazable de rescatistas y bomberos, y la solidaridad de toda una comunidad conmovida. Terminemos con la voracidad capitalista, a su afán insaciable de lucro, a las corrupciones que promueve para el logro de sus propósitos. Podía evitarse. Es menester la organización independiente y clasista de la juventud, los trabajadores y las trabajadoras locales junto a quienes llegan por la temporada. ¿Se necesita algo más para definir la barbarie capitalista?